La Larga Sombra del COVID-19: Efectos Duraderos en la Salud
Muchas personas enfrentan síntomas prolongados después de COVID-19, afectando su vida diaria.
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Tabla de contenidos
Los efectos del COVID-19 todavía se sienten, ya que muchas personas están experimentando Síntomas que duran mucho después de la infección inicial. Esta condición, a menudo llamada "long COVID", incluye una amplia gama de síntomas como fatiga, problemas para pensar y problemas con las funciones automáticas del cuerpo. Esta situación crea dificultades tanto para quienes sufren estos síntomas duraderos como para los trabajadores de la salud que intentan ayudarles.
Las investigaciones indican que aproximadamente una de cada tres personas puede experimentar estos síntomas prolongados después de haber tenido COVID-19. Los números pueden variar mucho dependiendo de quién se estudie y cómo se definan los síntomas. En los hospitales, alrededor de la mitad de los pacientes que tuvieron COVID-19 podrían seguir sintiéndose mal semanas o incluso meses después.
Parece que hay una conexión entre el sistema inmunológico y una condición conocida como síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS), que afecta el corazón y la circulación sanguínea. Los estudios actuales sugieren que el COVID-19 también puede causar problemas similares a la encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (ME/CFS), que se caracteriza por una fatiga extrema que no mejora con el descanso. En niños y adultos, han aparecido nuevas enfermedades inflamatorias después de COVID-19, destacando que el virus puede desencadenar muchas respuestas inflamatorias diferentes en el cuerpo.
Ciertas respuestas inmunitarias después de COVID-19 pueden hacer que se produzcan anticuerpos que atacan los propios tejidos del cuerpo. Esto puede empeorar condiciones como la artritis reumatoide y lupus o desencadenar nuevas enfermedades autoinmunitarias. La investigación muestra un vínculo entre COVID-19 y una variedad de trastornos inflamatorios.
Saber cómo afecta COVID-19 a condiciones como POTS, ME/CFS y enfermedades autoinmunitarias es muy importante. Esta información puede ayudar a los sistemas de salud a prepararse y ofrecer una mejor atención y recursos para las personas afectadas.
Diseño del Estudio
Para explorar estos desafíos de salud, los investigadores realizaron un gran estudio utilizando registros de salud de varios países. Usaron un método común para organizar los datos y realizaron el estudio en varias partes sin compartir detalles personales de los pacientes.
Fuentes de Datos
El estudio incluyó datos de nueve bases de datos diferentes abarcando seis países europeos, Estados Unidos y Corea. Estas bases de datos incluían registros de atención primaria y entornos hospitalarios. La base de datos más grande provino del Reino Unido y recopiló datos de más de 13 millones de personas.
Población del Estudio
Los investigadores analizaron pacientes que habían estado en el sistema de salud durante al menos un año. El estudio comenzó en septiembre de 2020 y continuó hasta que se tuvieron las últimas actualizaciones disponibles. Dividieron a los pacientes en grupos según si habían dado positivo o negativo en la prueba de COVID-19. También excluyeron a ciertos pacientes que tenían otras infecciones o condiciones que podrían confundir los resultados.
Rastrearon a los pacientes para ver el resultado de interés, la recolección de datos, la muerte o hasta que pasara un año. Para la comparación entre quienes tuvieron COVID-19 y quienes no, se centraron en los pacientes a los 91 días después de su fecha de prueba inicial para permitir tiempo de recuperación.
Resultados Medidos
Los investigadores buscaron el primer registro de condiciones como POTS y ME/CFS, así como síntomas relacionados con estas condiciones. También revisaron enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y el lupus. Rastrearon a estos pacientes a lo largo del tiempo para ver cuántos desarrollaron estas condiciones después de haber estado afectados por COVID-19.
Análisis Estadísticos
Con una gran cantidad de datos de varias fuentes, los investigadores resumieron detalles clave como edad, sexo y condiciones de salud previas. Estimaron las tasas de condiciones después de COVID-19 en comparación con aquellos que dieron negativo en la prueba.
Participación de Pacientes y del Público
Los investigadores consultaron al público y recogieron opiniones sobre el diseño del estudio para asegurarse de que era relevante y valioso para quienes se vieron afectados por COVID-19.
Hallazgos
En total, el estudio incluyó a más de 34 millones de individuos, con alrededor de 2.5 millones habiendo tenido COVID-19 y más de 4 millones con un resultado negativo. La demografía de los pacientes fue generalmente equilibrada en términos de sexo, aunque las mujeres representaron un número mayor en ambos grupos.
Los resultados mostraron que los síntomas relacionados con POTS y ME/CFS fueron significativamente más altos en pacientes que tuvieron COVID-19 en comparación con aquellos que dieron negativo. Específicamente, los síntomas de POTS fueron aproximadamente 1.24 veces más comunes, y los síntomas de ME/CFS fueron aproximadamente 1.22 veces más comunes después de COVID-19 que después de una prueba negativa.
Curiosamente, aunque menos hombres se vieron afectados por los síntomas de POTS, se les diagnosticó con más frecuencia que a las mujeres. Además, los niños mostraron una incidencia particularmente alta de estos síntomas.
Los investigadores observaron que las enfermedades autoinmunitarias a menudo mostraron tasas más bajas después de COVID-19 que en el grupo de prueba negativa. Esto podría sugerir que algunos síntomas podrían ser mal diagnosticados o atribuidos a COVID-19 cuando en realidad los pacientes podrían haber tenido otros problemas subyacentes.
Discusión
Los hallazgos revelan que muchas personas están luchando con síntomas mucho después de que su infección por COVID-19 ha desaparecido. POTS, que afecta el corazón y la circulación sanguínea, y ME/CFS, marcada por una fatiga extrema, son de los efectos a largo plazo más comunes reportados.
El estudio resalta la necesidad de que los proveedores de salud sean conscientes de estos síntomas prolongados. Sugiere que los sistemas de salud pueden necesitar asignar más recursos para ayudar a quienes sufren los efectos duraderos del COVID-19, ya que estas condiciones pueden interrumpir la vida diaria y requieren un manejo continuo.
A pesar de las preocupaciones sobre el aumento de las tasas de enfermedades autoinmunitarias tras el COVID-19, este estudio encontró lo contrario. Esta discrepancia podría sugerir que algunos individuos no están siendo diagnosticados correctamente o que los síntomas están siendo pasados por alto.
Conclusión
En resumen, COVID-19 ha llevado a un número significativo de individuos a experimentar problemas de salud de larga duración, afectando su calidad de vida. Los síntomas de POTS y ME/CFS son notablemente más altos en quienes tuvieron COVID-19 en comparación con aquellos que dieron negativo. Comprender estos resultados es crucial para mejorar las respuestas de atención médica y los sistemas de apoyo para las personas afectadas.
A medida que continuamos aprendiendo más sobre los impactos a largo plazo de COVID-19, es fundamental que los profesionales médicos se mantengan informados y equipados para tratar las necesidades específicas de estos pacientes. Reconocer a tiempo y gestionar adecuadamente los síntomas puede mejorar en gran medida las posibilidades de recuperación y la salud general de quienes se ven afectados.
Título: The risks of autoimmune- and inflammatory post-acute COVID-19 conditions: a network cohort study in six European countries, the US, and Korea
Resumen: ObjectivesWe aimed to assess the risk of autoimmune- and inflammatory post-acute COVID-19 conditions. DesignDescriptive network cohort study. SettingElectronic health records from UK and Dutch primary care, Norwegian linked health registry, hospital records of specialist centres in Spain, France, and Korea, and healthcare claims from Estonia and the US. ParticipantsWe followed individuals between September 2020 and the latest available data from the day they fulfilled at least 365 days of prior observation (general population), additionally from day 91 after a SARS-Cov-2 negative test (comparator) or a COVID-19 record (exposed patients). Main outcome measuresWe assessed postural orthostatic tachycardia syndrome (POTS) diagnoses/symptoms, myalgic encephalomyelitis / chronic fatigues syndrome (ME/CFS) diagnoses/symptoms, multi-inflammatory syndrome (MIS), and several autoimmune diseases. For contextualisation, we assessed any diabetes mellitus (DM). Meta-analysed crude incidence rate ratios (IRR) of outcomes measures after COVID-19 versus negative testing yield the ratios of absolute risks. Furthermore, incidence rates (IR) of the outcomes in the general population describe the total disease burden. ResultsWe included 34549575 individuals of whom 2521812 had COVID-19, and 4233145 a first negative test. After COVID-19 compared to test negative patients, we observed IRRs of 1.24 (1.23-1.25), 1.22 (1.21-1.23), and 1.12 (1.04-1.21) for POTS symptoms, ME/CFS symptoms and diagnoses, respectively. In contrast, autoimmune diseases and DM did not yield higher rates after COVID-19. In individual general database populations, IRs of POTS and ME/CFS diagnoses were 17-1477/100000 person-years (pys) and 2-473/100000 pys, respectively. IRs of MIS were lowest with IRs 0.4-16/100000 pys, those of DM as a benchmark 8-86/100000 pys. IRs largely depended on the care setting. ConclusionIn our unmatched comparison, we observed that, following COVID-19, POTS and ME/CFS yielded higher rates than after negative testing. In absolute terms, we observed POTS and ME/CFS diagnoses to have a similar disease burden as DM. WHAT IS ALREADY KNOWN ON THIS TOPICO_LIObservational research suggested positive associations between COVID-19 and so called post-acute COVID-19 conditions, whose spectrum is yet to be established C_LIO_LIBasic research suggested pathways that link COVID-19 with autoimmune- and inflammatory diseases such as postural orthostatic tachycardia syndrome (POTS), myalgic encephalomyelitis / chronic fatigues syndrome (ME/CFS), multiple inflammatory syndrome (MIS), and autoimmune diseases C_LI WHAT THIS STUDY ADDSO_LIAfter COVID-19, the rates of POTS symptoms and ME/CFS symptoms/diagnoses was higher than those after negative testing C_LIO_LIAfter COVID-19 versus negative testing, rates of ME/CFS diagnoses were increased in the working age group and rates of symptoms of POTS and ME/CFS were increased in children and elderly C_LIO_LIDisease burdens of POTS and ME/CFS diagnoses in the general population were higher among women than among men and overall similar to that of diabetes mellitus C_LI
Autores: Daniel Prieto-Alhambra, T. Burkard, K. Lopez-Guell, M. Catala, E. Burn, A. Delmestri, S. Khalid, A. M. Joedicke, D. Dedman, J. O. Oyinlola, A. Abellan, L. Perez Crespo, N. Mercade-Besora, T. Duarte-Salles, J. Arinze, M. Mosseveld, R. Kolde, J. Melendez, R. Lopez-Blasco, A. Martinez, B. Valdivieso, D. Delseny, G. Mercier, C. Kim, J.-W. Kim, K. Kostka, J. M. Ramirez-Anguita, M. A. Mayer, N. T. Trinh, H. M. Nordeng, R. Paredes, A. Uuskula, A. Nishimura, C. Loste, L. Mateu, J. Xie
Última actualización: 2024-05-15 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.15.24307344
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.15.24307344.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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