El comportamiento social moldea la agresión en las moscas de la fruta
Un estudio revela cómo los entornos sociales influyen en los comportamientos de pelea en los machos de la mosca de la fruta.
Yufeng Pan, C. Gao, M. Ma, J. Chen, X. Ji, Q. Peng
― 6 minilectura
Tabla de contenidos
- Agresión en Moscas de Fruta
- Influencia Social en el Comportamiento de Lucha
- Estableciendo el Comportamiento de Pelea en Moscas
- El Impacto del Entorno Social
- Rol de las Neuronas Sensoriales
- Identificando Neuronas Cerebrales para la Pelea
- La Estrategia Ganadora: Pelea vs. Embestida
- Envejecimiento y Apareamiento
- Resumen de Hallazgos
- Importancia del Estudio
- Conclusión
- Fuente original
- Enlaces de referencia
Los animales compiten por recursos como comida, territorio y parejas. Esta competencia es importante para su supervivencia y capacidad de reproducirse. Hay varias maneras en que los animales pueden competir, y pelear físicamente es un método común. Esta lucha puede estar influenciada tanto por la genética como por el entorno Social del animal.
Agresión en Moscas de Fruta
En las moscas de fruta, especialmente la especie Drosophila melanogaster, la agresión de macho a macho puede tomar dos formas: peleas de baja intensidad y peleas de alta intensidad. Las peleas de baja intensidad a menudo implican un comportamiento llamado embestida, donde una mosca salta hacia otra. Las peleas de alta intensidad son más físicas, con las moscas rodando unas sobre otras. La mayor parte de la investigación se ha centrado en el comportamiento de embestida porque sucede más a menudo y es más fácil de observar.
Las investigaciones han destacado ciertos genes y circuitos cerebrales que controlan el comportamiento de embestida. Por ejemplo, un tipo específico de feromona influye en la embestida. Cuando las moscas de fruta macho están expuestas a esta feromona durante mucho tiempo, su embestida disminuye. En cambio, cuando están solas, tienden a embestir más. Este patrón de comportamiento se ha observado en otros animales, incluyendo ratones e incluso humanos.
Influencia Social en el Comportamiento de Lucha
La interacción social puede afectar cuán agresivo es un animal. Por ejemplo, estar con otras moscas puede hacer que sean menos propensas a embestir, pero puede aumentar las peleas de alta intensidad. Además, los machos que están socialmente comprometidos tienden a tener mejor éxito en el apareamiento porque se vuelven más sensibles a las Feromonas, que son señales químicas compartidas entre machos y hembras. Curiosamente, aunque la interacción social puede disminuir la embestida, parece potenciar el comportamiento de pelea.
Estableciendo el Comportamiento de Pelea en Moscas
Para estudiar las peleas, los investigadores crearon un nuevo método que consistía en colocar una mosca hembra virgen fija en el centro de un área de comida. Esta configuración fomentó más peleas entre los machos. En este escenario, se observó que los machos mantenidos en grupo peleaban más que los mantenidos solos. Los machos mayores, específicamente aquellos alrededor de 14 días, mostraron más comportamiento de pelea que los más jóvenes.
Además, el tipo de comida también jugó un papel. Cuando los machos mayores tenían comida rica en levadura, eran más propensos a pelear, con más del 70% de los machos participando en este comportamiento.
El Impacto del Entorno Social
Estudios previos sugirieron que el compromiso social reduce las peleas de baja intensidad, como la embestida. Al comparar ambos comportamientos en moscas que se mantenían solas frente a las que estaban en grupos, se encontró que los machos en grupo embestían menos pero peleaban más. Esto indica que ser socialmente activo puede inhibir algunos comportamientos mientras mejora otros.
Neuronas Sensoriales
Rol de lasPara entender cómo las experiencias sociales afectan la pelea, los investigadores miraron neuronas específicas en los cerebros de las moscas. Se encontró que ciertas neuronas relacionadas con las feromonas eran responsables del comportamiento de pelea, mientras que otras neuronas controlaban la embestida. El receptor olfativo Or47b fue particularmente importante para promover la pelea. Este receptor responde a las feromonas y se activa más en entornos sociales.
Cuando se bloqueó la actividad de Or47b, el comportamiento de pelea disminuyó. Por el contrario, bloquear las neuronas que facilitan la embestida no afectó la pelea. Esta distinción es crucial para comprender cómo la experiencia social da forma al comportamiento agresivo en las moscas.
Identificando Neuronas Cerebrales para la Pelea
Luego, los investigadores intentaron encontrar las neuronas cerebrales centrales responsables de la pelea. Descubrieron que silenciar ciertas regiones, como las neuronas conocidas por promover la agresión, no alteró el comportamiento de pelea, sugiriendo un circuito único para este tipo de lucha. Entre estas neuronas, se encontraron las neuronas pC1SS2, que son menos conocidas, específicamente promoviendo la pelea en machos.
La Estrategia Ganadora: Pelea vs. Embestida
Para ver qué comportamiento era más efectivo en la lucha por territorio y parejas, los científicos realizaron experimentos donde los machos podían competir por recursos. Los hallazgos iniciales mostraron que los machos mantenidos en grupos sociales tenían una ligera ventaja sobre aquellos mantenidos solos, especialmente a medida que envejecían. Los machos mayores que experimentaron enriquecimiento social mostraron más éxito en reclamar territorio y oportunidades de apareamiento en comparación con los machos aislados.
Cuando se probaron machos jóvenes, no hubo una ventaja significativa para aquellos mantenidos en grupos frente a los que estaban solos. Sin embargo, en machos mayores, las experiencias sociales mejoraron significativamente sus oportunidades en la competencia.
Envejecimiento y Apareamiento
A medida que los machos envejecían, generalmente se volvían menos competitivos en el apareamiento. No obstante, se encontró que los machos mayores que tuvieron experiencias sociales eran más competitivos que los aislados. Esto sugiere que la experiencia social puede ayudar a compensar algunas desventajas que vienen con el envejecimiento.
Resumen de Hallazgos
En general, las experiencias sociales moldean cómo los machos de mosca de fruta abordan la lucha y el apareamiento. Los machos mantenidos en grupo tienden a participar en comportamientos de pelea menos frecuentes pero más intensos, lo que puede llevar a un mejor éxito en la competencia por territorio y parejas. Esta investigación muestra que los dos tipos de pelea tienen procesos sensoriales y circuitos cerebrales subyacentes diferentes.
Importancia del Estudio
Entender cómo las experiencias sociales afectan la agresión puede aclarar cómo interactúan los animales. Aunque el aislamiento social a menudo aumenta la agresión, puede reducir simultáneamente el éxito en el apareamiento. Este estudio sobre los comportamientos de pelea versus embestida ayuda a resolver la tensión entre la agresión y la reproducción, mostrando que estos comportamientos están regulados de manera diferente y tienen roles distintos en las estrategias de supervivencia y apareamiento.
Conclusión
Este estudio suma a la comprensión de cómo los entornos sociales pueden influir en las estrategias de lucha en los animales. Al reconocer las diferentes vías sensoriales y neuronas cerebrales que gobiernan la embestida y la pelea, los investigadores pueden entender mejor la agresión y el éxito reproductivo en contextos sociales. Los hallazgos sugieren que, para los machos mayores, las experiencias sociales podrían ser clave para mejorar la competitividad a pesar de los efectos del envejecimiento, lo que podría tener implicaciones más amplias entre especies.
Título: Social Experience Shapes Fighting Strategies for Reproductive Success
Resumen: Social isolation generally increases aggression but decreases mating competition, resulting in an intricate and ambiguous relationship between social experience, aggression, and reproductive success. In male Drosophila, aggression is often characterized by lunging, a frequent and comparatively gentle combat behavior. Here, we establish a behavioral paradigm for studying a less frequent but more vigorous fighting form known as tussling. We discover that while social enrichment decreases lunging, aligning with past observations, it heightens the more forceful tussling behavior. These two forms of aggression rely on different olfactory receptor neurons, specifically Or67d for lunging and Or47b for tussling. We further identify three pairs of central pC1 neurons that specifically promote tussling. Moreover, shifting from lunging to tussling in socially enriched males facilitates better territory control and mating success, mitigating the disadvantages associated with aging. These findings reveal how social experience shapes fighting strategies to optimize reproductive success.
Autores: Yufeng Pan, C. Gao, M. Ma, J. Chen, X. Ji, Q. Peng
Última actualización: 2024-10-26 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.10.25.620166
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.10.25.620166.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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