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Impacto del frío extremo en el flujo sanguíneo cerebral

Estudio analiza cómo las condiciones árticas afectan el flujo sanguíneo en el cerebro humano.

― 5 minilectura


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La investigación muestra que no sabemos mucho sobre cómo vivir en áreas muy frías y polares afecta el cuerpo humano, especialmente el cerebro. Un estudio anterior en la Antártida encontró que después de pasar 14 meses allí, el tamaño de una parte del cerebro llamada Hipocampo se redujo en las personas. Esta parte del cerebro es importante para la memoria y el aprendizaje. Junto con este cambio, una proteína del cerebro que ayuda con la salud cerebral también disminuyó, lo que llevó a un peor rendimiento en ciertas tareas de pensamiento.

Propósito del Estudio

Para aprender más, se llevó a cabo un nuevo estudio para ver cómo cambia el flujo sanguíneo en el cerebro cuando la gente está en lugares muy fríos, como el Ártico. El enfoque estaba en cómo el frío extremo afecta el flujo sanguíneo al cerebro con el tiempo.

Quiénes Participaron en el Estudio

En este estudio, se seleccionaron a 16 personas, todos miembros de un equipo de investigación de China. Antes de su viaje, cada persona tuvo un chequeo de salud para asegurarse de que estaban en buena forma. No tenían problemas de salud a largo plazo.

El 11 de julio de 2021, el equipo salió de Shanghái en un barco llamado Xuelong 2 para estudiar el Ártico. Regresaron el 27 de septiembre de 2021.

Detalles del Viaje

El barco viajó a través de diferentes grados de latitud -qué tan al norte o al sur estás en la Tierra- y a través de temperaturas variadas. Al inicio del viaje, cuando estaban en áreas más cálidas, las temperaturas externas variaban de 24 a 32 grados Celsius. Cuando llegaron al Ártico, la temperatura bajó entre -2 y -6 grados Celsius.

Cómo se Midió el Flujo Sanguíneo

Los investigadores usaron un método llamado Doppler Transcraneal (TCD) para medir cómo fluía la sangre en el cerebro. Esta técnica registra mediciones de vasos sanguíneos importantes en el cerebro, incluyendo las arterias cerebrales media, anterior y posterior. Los investigadores midieron la velocidad del flujo sanguíneo y calcularon dos valores importantes llamados índice de pulsatilidad e índice de resistencia para evaluar la calidad del flujo sanguíneo.

El equipo realizó estas mediciones al principio del viaje cuando estaban en condiciones más cálidas y de nuevo una vez que llegaron al Ártico.

Hallazgos Clave

De los 16 participantes iniciales, solo 13 fueron incluidos en los resultados finales. La edad promedio de estos participantes era de 33 años, y todos eran hombres diestros.

Comparando las mediciones tomadas en condiciones más cálidas con las tomadas en condiciones de frío en el Ártico, se revelaron hallazgos importantes. La velocidad del flujo sanguíneo en una arteria, la arteria cerebral media izquierda (LMCA), disminuyó en temperaturas más frías. La velocidad promedio cayó de 68.4 cm/s en condiciones cálidas a 63.5 cm/s en el Ártico. Otra medición, llamada velocidad sistólica pico (PSV), también bajó de 107.0 cm/s a 94.6 cm/s.

Curiosamente, otra arteria, la arteria cerebral media derecha (RMCA), mostró un ligero aumento en la velocidad del flujo sanguíneo mientras estaban en el frío, pero estos cambios no fueron significativos. Sin embargo, el índice de pulsatilidad para la RMCA sí aumentó, lo que indica algunos cambios en cómo se mueve la sangre a través de esta arteria.

Limitaciones del Estudio

Aunque este estudio arroja luz sobre cómo el frío extremo puede afectar el flujo sanguíneo en el cerebro, hay algunas limitaciones importantes. Primero, solo había 13 participantes, lo cual es un número pequeño para sacar conclusiones generales. Además, la duración del estudio fue relativamente corta. Los investigadores solo tuvieron alrededor de un mes y medio en el Ártico, lo que puede no ser suficiente para ver efectos significativos en el cerebro.

Además, este estudio solo incluyó hombres adultos. Como resultado, los hallazgos pueden no reflejar con precisión cómo podrían responder las mujeres o individuos de diferentes edades a las mismas condiciones.

Por último, el TCD fue el único método usado para evaluar el flujo sanguíneo. Otros métodos podrían haber proporcionado información adicional, pero no se incluyeron. Debido a estas restricciones, es importante tener cuidado al interpretar los resultados. Se necesitan más estudios a lo largo de un período más largo y con un grupo más diverso de participantes para obtener una mejor comprensión de cómo las condiciones polares afectan el cuerpo humano.

Conclusión

Este estudio buscaba ver cómo cambió el flujo sanguíneo en el cerebro en condiciones de alta latitud y bajas temperaturas en el Ártico. Los resultados mostraron una disminución en ciertas mediciones del flujo sanguíneo en entornos más fríos. Esta investigación es una de las primeras en observar cómo el frío extremo y la latitud pueden afectar la función cerebral humana.

Mientras los científicos continúan estudiando los efectos de vivir en entornos desafiantes como el Ártico, esperan comprender mejor cómo estas condiciones impactan el cuerpo humano. Este conocimiento podría ser importante para aquellos que trabajan o viajan a entornos extremos, asegurando que mantengan su salud y habilidades cognitivas.

Fuente original

Título: The impact of Arctic environments on human cerebral blood flow

Resumen: BackgroundThe Arctic environment represents an extreme living condition that has significant impact on life. But research on alterations of human cerebral blood flow (CBF) in a high-latitude and low-temperature environment in the Arctic is still lacking. MethodsMembers of the 12th Chinese National Arctic Research Expedition team who took the icebreaker R/V Xuelong 2 to the Arctic were recruited. Transcranial colour doppler (TCD) examination was performed at the beginning of the voyage (lower latitude and higher temperature, LLHT) and during the Arctic scientific expedition period (higher latitude and lower temperature, HLLT) respectively. The spectral pattern and parameters of cerebral arteries were compared. ResultsAmong 16 healthy individuals, 13 completed the TCD examination twice. They had a significantly lower mean velocity (Vm) (63.5 cm/s HLLT vs. 68.4cm/s LLHT; P=0.028) and peak systolic velocity (PSV) (94.6cm/s HLLT vs. 107.0cm/s LLHT; P=0.038) of the left middle cerebral artery (LMCA) and higher pulsatility index (PI) of the right middle cerebral artery (RMCA) (0.83 HLLT vs. 077 LLHT; P=0.011) in the HLLT environment compared to the LLHT one. ConclusionsChanges in human CBF may occur in higher-latitude and lower-temperature environments in the Arctic.

Autores: Junjie Hao, F. Liu, T. Zheng, J. Chen, H. Liang, G. Li

Última actualización: 2024-03-20 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.03.17.585446

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.03.17.585446.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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