Nuevas perspectivas sobre la investigación del Alzheimer
Un estudio con cultivos de cortes cerebrales muestra buena onda para entender la enfermedad de Alzheimer.
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Tabla de contenidos
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que afecta lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento. Es la causa más común de demencia, una condición seria que impacta la vida diaria y la independencia. La enfermedad lleva a la pérdida de células y conexiones cerebrales, lo que resulta en dificultades con la memoria, el lenguaje y la resolución de problemas. A medida que avanza, puede afectar severamente la capacidad de realizar tareas simples.
El Papel de las Proteínas Cerebrales
Dentro de los cerebros de las personas con Alzheimer, hay dos proteínas clave que suelen estudiarse: la amiloide-beta (Aβ) y TAU. Estas proteínas pueden interrumpir la función normal de las células cerebrales. Específicamente, la amiloide-beta tiende a formar placas pegajosas fuera de las células cerebrales, mientras que tau forma enredos dentro de las células. Estos cambios en el cerebro están relacionados con el deterioro en la función mental que caracteriza a la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores creen que entender cómo estas proteínas afectan las células cerebrales al inicio de la enfermedad podría llevar a mejores tratamientos. Sin embargo, la mayoría de la investigación actual ha tenido éxito limitado en traducirse en terapias efectivas para los pacientes. Este desafío puede surgir del hecho de que muchos modelos animales utilizados en la investigación no son réplicas perfectas de la función cerebral humana.
Desafíos en la Investigación Actual
Muchos estudios han demostrado que la amiloide-beta y tau pueden interrumpir la forma en que las células cerebrales se comunican entre sí. Sin embargo, desarrollar tratamientos efectivos ha sido difícil. Los investigadores han encontrado que algunos fármacos, que atacan la amiloide-beta, pueden ralentizar el deterioro cognitivo en algunos pacientes, pero el progreso en la búsqueda de una cura o tratamiento efectivo ha sido lento.
Una razón principal para este lento progreso es que muchos modelos animales utilizados en la investigación no reflejan con precisión las complejidades del cerebro humano. Por ejemplo, las diferencias en la esperanza de vida, el tamaño del cerebro y los tipos de Neuronas presentes pueden afectar cómo los hallazgos de la investigación se traducen en pacientes humanos. Por lo tanto, hay una gran necesidad de estudiar la amiloide-beta y tau en cerebros humanos vivos.
Analizando Amiloide-beta y Tau en Cerebros Humanos
En la investigación, los científicos suelen analizar el líquido cerebral para medir los niveles de amiloide-beta y tau. Sin embargo, estas mediciones pueden verse afectadas por varios factores, lo que dificulta obtener información precisa sobre lo que está sucediendo en el cerebro. Por ejemplo, el envejecimiento puede alterar los niveles de estas proteínas en el líquido cefalorraquídeo. Algunos estudios han mostrado que ciertos grupos de personas, como aquellos que portan un gen específico (APOE ε4), pueden tener cambios aún más pronunciados en estos niveles de proteínas con la edad.
Otro método para estudiar estas proteínas es a través de escaneos cerebrales, que pueden visualizar la acumulación de amiloide-beta y tau en el cerebro. Aunque esto puede proporcionar información valiosa sobre los cambios en el cerebro a lo largo del tiempo, no puede detectar las formas solubles de estas proteínas, que son importantes para entender cómo funcionan en el cerebro. Además, los estudios post-mortem ofrecen información sobre las etapas finales de la enfermedad, pero no capturan la dinámica de progresión más temprana.
El Potencial de Cultivos de Cortes Cerebrales
Para abordar algunos de estos desafíos, los investigadores están utilizando una técnica llamada cultivos de cortes cerebrales humanos. Esto implica tomar finas secciones de tejido cerebral vivo de pacientes que se someten a cirugía para tratar otras condiciones, como tumores. Al mantener estas secciones vivas en un entorno controlado, los científicos pueden observar cambios en tiempo real en las células cerebrales, incluyendo cómo se libera la amiloide-beta y tau y cómo se afectan mutuamente.
En un estudio reciente, los científicos crearon estos cultivos a partir de tejidos cerebrales tomados de pacientes. Se centraron en entender cómo la edad, el sexo, la región cerebral y los factores genéticos afectan la liberación de amiloide-beta y tau desde el cerebro. Este método tiene el potencial de revelar importantes perspectivas sobre la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Investigando la Salud Celular
Los investigadores examinaron cuidadosamente las secciones cerebrales para asegurar que tipos celulares clave se preservaran y fueran funcionales. Encontraron que las células cerebrales, incluyendo neuronas y células de soporte, se mantuvieron sanas durante al menos una semana. Pudieron registrar actividad eléctrica de las neuronas, mostrando que estas células seguían comunicándose efectivamente.
Explorando el Impacto de las Características del Paciente
A continuación, los investigadores analizaron cómo las diferentes características del paciente impactaban la liberación de proteínas amiloide-beta y tau. Estudiaron tejidos cerebrales de pacientes de diferentes edades y antecedentes. Sus hallazgos mostraron que había una disminución en ciertas formas de amiloide-beta a medida que los pacientes envejecían. Sin embargo, no encontraron una correlación significativa entre la edad y los niveles totales de tau liberados.
Curiosamente, observaron que la concentración de tau era mayor en tejidos del lóbulo temporal en comparación con el lóbulo frontal. Esto es notable porque el lóbulo temporal es generalmente donde comienza la patología tau en la enfermedad de Alzheimer.
Factores Genéticos y la Enfermedad de Alzheimer
Los investigadores también examinaron la influencia de la genética, particularmente el gen APOE, que se sabe que afecta el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Encontraron que las variaciones en este gen no parecían impactar significativamente los niveles de proteínas amiloide-beta y tau en sus muestras de estudio. Esto sugiere que, aunque la genética es un factor importante, puede haber otras influencias en los niveles de proteínas que necesitan ser consideradas.
Modificando los Niveles de Amiloide-beta en Tejidos Humanos
Después de establecer un método confiable para estudiar amiloide-beta y tau en cortes cerebrales humanos, los investigadores buscaron manipular los niveles de amiloide-beta en los cultivos. Probaron ciertos fármacos conocidos por afectar la producción de amiloide-beta. Un fármaco disminuyó la producción de amiloide-beta, mientras que otro la aumentó.
Los resultados mostraron que manipular estos niveles de proteínas podría alterar la expresión de genes relacionados con la función de las sinapsis, que son importantes para la comunicación entre las células cerebrales. Este es un hallazgo alentador porque indica que los tratamientos farmacológicos podrían influir en los procesos moleculares de una manera potencialmente beneficiosa.
Los Efectos de las Proteínas Derivadas del Alzheimer
Los investigadores querían ver cómo la amiloide-beta de cerebros afectados por Alzheimer impactaba las sinapsis. Introdujeron esta proteína en los cultivos de cortes cerebrales y observaron cómo interactuaba con las estructuras sinápticas. Encontraron que la amiloide-beta podía unirse a áreas post-sinápticas de las neuronas, que son cruciales para transmitir señales.
Después de exponer las secciones cerebrales a amiloide-beta derivada del Alzheimer, notaron una pérdida de estructuras sinápticas en los cultivos. Esta pérdida podría indicar que la amiloide-beta es perjudicial para la comunicación entre neuronas, contribuyendo al deterioro cognitivo observado en la enfermedad de Alzheimer.
Observando Características Patológicas en Muestras Humanas
Además de estudiar la dinámica de proteínas y expresión, los investigadores examinaron las secciones cerebrales en busca de signos de patología relacionada con el Alzheimer. A pesar de que ninguno de los pacientes había sido diagnosticado con Alzheimer, algunas de las muestras exhibieron características típicas de la enfermedad.
Usando técnicas de tinción, los investigadores identificaron la presencia de placas de amiloide y enredos de tau en el tejido. Encontraron que los pacientes mayores eran más propensos a mostrar estos signos de patología, destacando la relación entre la edad y la enfermedad de Alzheimer.
Implicaciones para la Investigación Futura
La capacidad de detectar patología de amiloide-beta y tau en cortes cerebrales humanos vivos es significativa. Permite a los investigadores estudiar procesos de enfermedad fuera del contexto típico post-mortem. Al entender cómo se comportan estas proteínas en tiempo real, junto con sus efectos en las células cerebrales, los investigadores pueden tener una mejor comprensión de las etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer.
Este enfoque innovador puede usarse para probar nuevos fármacos y estrategias de tratamiento. Dado que los cultivos de cortes cerebrales humanos imitan de cerca ciertos aspectos de la función cerebral humana viva, brindan una oportunidad para diseñar terapias más efectivas que aborden los procesos específicos de la enfermedad de Alzheimer.
Resumen de Hallazgos
En resumen, el estudio estableció que los cultivos de cortes cerebrales humanos podrían usarse para observar la dinámica de la amiloide-beta y tau. Estos cultivos tienen un gran potencial para descubrir los efectos celulares de estas proteínas en diferentes demografías de pacientes.
A través de un análisis cuidadoso, los investigadores descubrieron que:
- La edad impacta la liberación de formas específicas de amiloide-beta.
- Las concentraciones de tau varían según la región cerebral, particularmente en el lóbulo temporal.
- Los factores genéticos, aunque importantes, pueden no tener un impacto directo en los niveles de estas proteínas en los cultivos.
- Manipular los niveles de amiloide-beta puede alterar la expresión génica relacionada con la función sináptica.
- Las proteínas derivadas del Alzheimer pueden unirse a estructuras sinápticas y causar pérdida sináptica.
Conclusión: El Futuro de la Investigación sobre el Alzheimer
Los conocimientos adquiridos al utilizar cultivos de cortes cerebrales humanos podrían transformar la forma en que los investigadores abordan la enfermedad de Alzheimer. Este método permite una comprensión más matizada de los procesos de enfermedad y podría llevar a avances en el desarrollo de tratamientos efectivos.
A medida que los científicos continúan explorando las complejidades del Alzheimer, el uso de modelos avanzados que reflejen la función del cerebro humano será crucial para mejorar los resultados para los pacientes. Al profundizar en nuestra comprensión de la amiloide-beta y tau, los investigadores podrían desbloquear nuevas estrategias para prevenir y tratar la enfermedad de Alzheimer.
Título: Opposing roles of physiological and pathological amyloid-β on synapses in live human brain slice cultures
Resumen: In Alzheimers disease, it is theorised that amyloid beta (A{beta}) and tau pathology contribute to synapse loss. However, there is limited information on how endogenous levels of tau and A{beta} protein relate to patient characteristics, or how manipulating physiological levels of A{beta} impacts synapses, in living adult, human brain. Here, we employed live human brain slice cultures as a translational tool to assess endogenous tau and A{beta} release, pathology, and response to experimental manipulation. We found that the levels of A{beta}1-40 and tau detected in the culture medium depend on donor age, and brain region, respectively. Pharmacologically raising physiological A{beta} concentration enhanced levels of synaptic transcripts. Treatment of slices with A{beta}-containing Alzheimers disease brain extract resulted in postsynaptic A{beta} uptake and loss of presynaptic puncta. These data indicate that physiological and pathological A{beta} can have opposing effects on synapses in living human brain tissue.
Autores: Claire S Durrant, R. I. McGeachan, S. Meftah, L. W. Taylor, J. H. Catterson, D. Negro, J. Tulloch, J. L. Rose, F. Gobbo, I. Liaquat, T. L. Spires-Jones, S. A. Booker, P. M. Brennan
Última actualización: 2024-02-21 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.02.16.580676
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.02.16.580676.full.pdf
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