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El vínculo entre la violencia y los problemas de salud mental

Un estudio encuentra que las víctimas de violencia enfrentan mayores riesgos de salud mental.

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Las personas con problemas de salud mental suelen estar en mayor riesgo de ser víctimas de violencia en comparación con aquellas que no tienen estos problemas. Esto se ha demostrado en varios estudios que usan diferentes métodos para medir la violencia, incluyendo informes personales y registros policiales. A pesar de esto, todavía falta investigación sobre cómo ser víctima de violencia podría llevar al desarrollo de Trastornos de Salud Mental o comportamientos como el autolesionismo y el suicidio.

Problemas en Investigaciones Anteriores

La mayoría de los estudios han investigado la conexión entre los trastornos de salud mental y ser víctimas de violencia. Sin embargo, a menudo combinan la victimización violenta con otras experiencias negativas, como el acoso escolar o situaciones difíciles de la infancia. Esto dificulta ver el impacto específico de la victimización violenta en la salud mental.

Otra limitación es que algunos estudios no separaron los factores genéticos que podrían influir tanto en la salud mental como en la probabilidad de ser víctima. Por ejemplo, la genética puede jugar un papel en rasgos de personalidad, violencia e incluso en algunas condiciones de salud mental. Algunos estudios que han intentado analizar la violencia y la salud mental en gemelos han mostrado que ser víctima de violencia tiene un componente genético, lo que complica entender si la violencia lleva a problemas de salud mental o si ambos están relacionados debido a factores genéticos subyacentes.

Hallazgos Recientes de Suecia y Finlandia

Un estudio más reciente realizado en Suecia encontró que las personas que han sufrido ataques violentos tenían tres veces más probabilidades que sus hermanos que no fueron atacados de sufrir algún trastorno de salud mental dentro de un año después del incidente. Sin embargo, el estudio tuvo limitaciones, como no incluir ciertos tipos de violencia y no explorar cómo diferentes géneros pueden experimentar estos problemas.

Para llenar estos vacíos en la evidencia, se llevó a cabo una nueva investigación utilizando datos de registros nacionales en Finlandia y Suecia. La investigación tenía como objetivo ver cómo las formas severas de violencia afectan las probabilidades de desarrollar trastornos de salud mental, involucrarse en autolesiones o incluso morir joven. También consideraron cómo los trastornos de salud mental existentes podrían cambiar el riesgo.

Metodología de Recolección de Datos

En Finlandia y Suecia, cada residente tiene un número de identificación único que permite a los investigadores vincular con precisión varios registros de salud y sociales. Los investigadores obtuvieron permiso para analizar estos datos sin necesidad de consentimiento individual, ya que se trata de datos anonimizados.

Los investigadores analizan a individuos nacidos en Finlandia y Suecia entre años específicos. Excluyeron a aquellos que no pudieron ser vinculados a sus padres biológicos o que no tenían suficiente información de antecedentes. Esto les dejó con más de 4 millones de personas para examinar.

La victimización violenta se definió cuidadosamente para incluir visitas al hospital o atención ambulatoria por lesiones causadas por otra persona. El estudio también analizó varios problemas de salud mental, incluyendo depresión, ansiedad y Trastornos por Uso de Sustancias, así como incidentes de autolesión y muertes prematuras.

Grupos de Control

Para entender mejor el impacto de la victimización violenta, los investigadores compararon a individuos que habían sido victimizados con personas de la población general que no habían enfrentado tal violencia. También analizaron a hermanos dentro de las familias, ya que esto ayuda a controlar factores genéticos y ambientales compartidos que podrían sesgar los resultados.

El período de seguimiento comenzó cuando ocurrió el primer incidente de violencia, y los participantes fueron monitoreados hasta que murieran, se mudaran o llegaran al final del período del estudio.

Análisis de los Datos

Los investigadores utilizaron métodos estadísticos para analizar los datos y entender los riesgos asociados con la experiencia de violencia. Usaron diferentes modelos que tomaron en cuenta varios factores que podrían afectar los resultados, como el trasfondo familiar y problemas de salud mental preexistentes.

Analizaron cómo la experiencia de victimización violenta impactó las tasas de trastornos de salud mental y comportamientos en diferentes grupos. El estudio buscaba proporcionar una imagen clara de cómo la violencia y la salud mental están conectadas.

Hallazgos Clave

El estudio encontró que aquellos que experimentaron victimización violenta tenían tasas de problemas de salud mental significativamente más altas en comparación con aquellos que no enfrentaron tal violencia. Específicamente, tenían al menos tres veces más probabilidades de desarrollar condiciones como depresión o trastornos por uso de sustancias.

Curiosamente, los riesgos aumentados seguían siendo evidentes incluso después de tener en cuenta el trasfondo familiar y otros factores. Esto sugiere que experimentar violencia realmente aumenta el riesgo de problemas de salud mental.

Además, las personas con antecedentes de problemas de salud mental que también enfrentaron violencia estaban en un riesgo aún mayor de resultados negativos. Esto indica un posible ciclo en el que los problemas existentes pueden hacer que las personas sean más vulnerables a la violencia, lo que a su vez empeora su salud mental.

Comparación de Métodos para Evaluar la Victimización Violenta

Los investigadores también compararon diferentes métodos para identificar incidentes de victimización violenta, incluyendo informes de la policía y registros hospitalarios. Descubrieron que ambos métodos proporcionaron resultados similares, lo que sugiere que sus hallazgos son probablemente sólidos y pueden generalizarse a través de diferentes formas de medir la violencia.

Implicaciones para los Servicios de Salud Mental

Estos hallazgos destacan la necesidad de que los servicios de salud mental consideren los riesgos de violencia en sus evaluaciones y estrategias de tratamiento. Los profesionales de la salud mental deberían evaluar rutinariamente los riesgos de victimización y adaptar sus enfoques para abordar estas preocupaciones de manera efectiva.

Una gestión efectiva de estos riesgos podría involucrar la colaboración con otros servicios, como los servicios sociales y la justicia penal, para crear una estrategia más integral que apoye a las personas que han experimentado violencia.

Limitaciones del Estudio

Aunque el estudio tiene fortalezas significativas, hay limitaciones a considerar. Por ejemplo, el método de medir la salud mental y la victimización violenta se basó en registros hospitalarios y policiales, que cubren principalmente casos más severos. Esto significa que los incidentes menos severos pueden no estar completamente capturados.

Además, los datos no siempre muestran cuándo comenzaron los problemas de salud mental, ya que a menudo reflejan cuándo alguien fue diagnosticado en lugar de cuándo experimentaron los síntomas por primera vez. Este momento puede ser importante al tratar de entender la relación entre la violencia y los problemas de salud mental.

El diseño de comparación entre hermanos fue útil para controlar algunos factores, pero no todos. Algunas diferencias pueden seguir existiendo debido a características o experiencias no compartidas entre hermanos que podrían impactar los resultados.

Conclusión

En conclusión, este estudio indica que las personas que han sido víctimas de violencia enfrentan una probabilidad mucho más alta de desarrollar trastornos de salud mental, involucrarse en autolesiones o morir prematuramente. Estos riesgos permanecen durante varios años después del incidente. Subraya la necesidad de que los servicios de salud mental evalúen y gestionen los riesgos asociados con la victimización violenta de manera más efectiva.

Al mejorar la conciencia y la gestión de estos riesgos, los proveedores de salud mental pueden apoyar mejor a quienes se ven afectados por la violencia y potencialmente reducir las consecuencias a largo plazo asociadas con estas experiencias traumáticas.

Fuente original

Título: Risk of common psychiatric disorders, suicidal behaviours and premature mortality following violent victimisation: A matched cohort and sibling-comparison study of 127,628 people who experienced violence in Finland and Sweden

Resumen: BackgroundAssociations between violent victimisation and psychiatric disorders are hypothesised to be bidirectional, but the role of violent victimisation in the aetiologies of psychiatric disorders and other adverse outcomes remains unclear. We aimed to estimate associations between violent victimisation and subsequent common psychiatric disorders, suicidal behaviours, and premature mortality whilst accounting for unmeasured familial confounders. Methods and FindingsUsing nationwide registers, we identified a total of 127,628 individuals born in Finland (1987-2004) and Sweden (1973-2004) who had experienced violent victimisation, defined as either hospital admissions or secondary care outpatient visits for assault-related injuries. These were age- and sex-matched with up to 10 individuals in the general population (n=1,276,215) and their unaffected siblings (n=132,408). Outcomes included depression, anxiety, personality disorders, substance use disorders, suicidal behaviours, and premature mortality. Participants were followed from the victimisation date until the date of the outcome, emigration, death, or December 31, 2020, whichever occurred first. Country-specific associations were estimated using stratified Cox regression models, which also accounted for unmeasured familial confounders via sibling comparisons. The country-specific associations were then pooled using meta-analytic models. Among 127,628 patients (69.0% men) who had experienced violent victimisation, the median age at first violent victimisation was 21 (interquartile range: 18-26) years. Absolute risks of all outcomes were larger in those who were exposed to violent victimisation compared to population controls (2.3-22.5 vs. 0.6-7.3 per 1000 person-years). In adjusted models, people who had experienced violent victimisation were between two to three times as likely as their siblings to develop any of the outcomes (adjusted hazard ratios [aHRs]: 1.7-3.0). Risks remained elevated two years post-victimisation (aHRs: 1.4-2.3). ConclusionsImproving clinical assessment, management and aftercare psychosocial support could potentially reduce rates of common psychiatric disorders, suicidality and premature in individuals experiencing violent victimisation.

Autores: Amir Sariaslan, J. Pitkänen, J. Forsman, R. Kuja-Halkola, I. Brikell, B. D'Onofrio, M. Aaltonen, H. Larsson, P. Martikainen, P. Lichtenstein, S. Fazel

Última actualización: 2024-05-08 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.08.24307040

Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.08.24307040.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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