Trabajadores de salud comunitaria llevando atención de salud mental a áreas remotas
Los trabajadores de salud comunitaria están mejorando el acceso a servicios de salud mental en zonas rurales de India.
Ravindra Narayan Agrawal, M. Sood, A. Patel, T. Sharma, H. Yadav, J. Kaur, S. Kumari, P. Sharma, V. Shukla, B. Tripathi, N. Dongare, N. Sankha, A. Bhan, S. Tiwari, S. Sakalle
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Tabla de contenidos
La atención de la Salud Mental es un tema crítico, especialmente en áreas remotas. Muchas personas luchan con problemas de salud mental, pero no reciben la ayuda que necesitan. Esto es especialmente cierto en las zonas rurales de India, donde hay escasez de profesionales de salud mental capacitados. Para abordar este problema, ha surgido un nuevo enfoque que permite a los trabajadores de salud comunitaria ofrecer estos servicios. Este artículo habla de un programa que capacita a trabajadores locales para brindar un tratamiento específico para la depresión llamado Programa de Actividad Saludable (HAP).
¿Qué es el Programa de Actividad Saludable (HAP)?
El Programa de Actividad Saludable es un tratamiento simple diseñado para ayudar a las personas con depresión. Implica una serie de sesiones de consejería donde se guía a los individuos a participar en actividades placenteras y a desarrollar mejores formas de manejar sus sentimientos. El programa generalmente se completa en seis a ocho sesiones, lo que lo hace fácil de incorporar en la vida de quienes reciben atención.
Las investigaciones muestran que este programa puede conducir a altas tasas de mejoría en la salud mental durante un período de 12 meses. Sin embargo, muchas personas con depresión no tienen acceso a este tipo de atención debido a la falta de proveedores capacitados y al estigma asociado con los servicios de salud mental.
El papel de los trabajadores de salud comunitaria
Los trabajadores de salud comunitaria, conocidos como ASHAs (Activistas de Salud Social Acreditados), están posicionados dentro de sus comunidades para promover la salud y el bienestar. La mayoría son mujeres que son figuras de confianza en sus comunidades, lo que las hace ideales para brindar servicios de salud. Las ASHAs ya realizan varias tareas relacionadas con la salud, y este proyecto buscaba ampliar sus roles para incluir la atención de salud mental.
Para lograr esto a gran escala, muchas ASHAs necesitaban ser capacitadas y apoyadas. Los métodos de capacitación tradicionales generalmente implican sesiones presenciales dirigidas por expertos, lo cual puede ser lento y costoso. El programa utilizó un enfoque digital para la capacitación. Esto permitió a las ASHAs aprender a su propio ritmo usando sus teléfonos inteligentes, con apoyo continuo a través de coaching en línea.
Implementación del proyecto
Este proyecto se llevó a cabo en tres distritos rurales de Madhya Pradesh, India. Aquí, el sistema de salud local se asoció con una organización sin fines de lucro para implementar el programa. Durante dos años, se capacitó a trabajadores de salud comunitaria para ofrecer el HAP a personas que mostraban signos de depresión.
Para asegurar el éxito del programa, se pusieron en marcha varias estrategias. Primero, se involucró a líderes locales y funcionarios de salud para obtener apoyo para la iniciativa. Segundo, se capacitó a voluntarios de la Comunidad para ayudar con los exámenes de depresión. Por último, los oficiales de salud apoyaron a las ASHAs supervisando a pacientes con condiciones más graves.
Capacitación de ASHAs para ofrecer HAP
Las ASHAs pasaron por un curso de capacitación digital que cubría los principios del Programa de Actividad Saludable. Aprendieron cómo brindar consejería, evaluar las necesidades de los pacientes y navegar en la plataforma de capacitación digital. Las ASHAs fueron monitoreadas durante toda su capacitación y recibieron retroalimentación y apoyo regularmente.
Una vez capacitadas, las ASHAs comenzaron a evaluar a los miembros de la comunidad en busca de depresión. Usaron una herramienta llamada PHQ-8 para identificar a las personas que necesitaban ayuda. Si alguien obtenía una puntuación por encima de un cierto umbral, se le invitaba a participar en las sesiones de HAP.
Las ASHAs realizaban las sesiones de consejería en los hogares de sus pacientes. Esto era importante para reducir la carga sobre los pacientes que podrían tener dificultades para viajar a los centros de salud. Las sesiones de consejería se realizaban regularmente, ofreciendo apoyo continuo a las personas que luchaban contra la depresión.
Participación comunitaria
Además de capacitar a las ASHAs, el proyecto involucró a miembros de la comunidad para crear conciencia sobre la salud mental. Esto incluía organizar eventos como obras de teatro callejeras y otras actividades para discutir abiertamente los problemas de salud mental. Tales iniciativas ayudaron a reducir el estigma asociado con buscar atención de salud mental y animaron a más personas a presentarse para recibir tratamiento.
La opinión de los pacientes también jugó un papel clave en la conformación del programa. Proporcionaron retroalimentación sobre sus experiencias y preferencias, lo que ayudó al equipo a refinar la entrega de servicios. La retroalimentación destacó la necesidad de visitas a domicilio, ya que muchas personas preferían recibir atención en entornos familiares y cómodos.
Medición del éxito
Para evaluar el éxito del programa, los investigadores recopilaron diversos tipos de datos. Monitorearon la asistencia de las ASHAs en la capacitación, rastrearon la participación de los pacientes y midieron los resultados en función de las puntuaciones de PHQ-8. También encuestaron a las ASHAs y a los pacientes sobre sus experiencias y satisfacción con el programa.
En general, los datos revelaron altas tasas de finalización de la capacitación digital por parte de las ASHAs y que la mayoría de los pacientes completaron exitosamente su tratamiento. El proyecto registró mejoras significativas en la salud mental de aquellos que participaron en las sesiones de HAP.
Resultados del programa
Los hallazgos indicaron que los pacientes experimentaron una reducción significativa en los síntomas de depresión después de participar en el programa. Sus puntuaciones en el PHQ-8 mostraron una mejora sustancial, y hasta nueve meses después de que terminó el tratamiento, muchos pacientes continuaron sintiéndose mejor.
Las ASHAs reportaron altos niveles de satisfacción con su capacitación y su capacidad para proporcionar atención. Los pacientes también expresaron comentarios positivos sobre sus experiencias de tratamiento. Estos resultados demuestran que este enfoque de utilizar trabajadores de salud comunitaria para ofrecer atención de salud mental puede ser efectivo y bien recibido tanto por los proveedores como por los miembros de la comunidad.
Desafíos y limitaciones
Aunque el programa logró éxitos significativos, enfrentó algunos desafíos. Una limitación fue la incapacidad para evaluar los resultados a largo plazo de todos los pacientes debido a restricciones de recursos. Solo se evaluó a un subconjunto de pacientes para su progreso continuo, pero los resultados eran representativos del grupo más grande.
Además, el programa optó por usar una herramienta de evaluación de ocho ítems en lugar de la versión completa de nueve ítems debido a preocupaciones sobre la aceptabilidad. A pesar de esto, la versión de ocho ítems ha demostrado ser efectiva, y la omisión de un ítem no afectó significativamente los hallazgos generales.
Conclusión y direcciones futuras
Este programa ilustra que es posible escalar efectivamente la atención de salud mental en comunidades rurales utilizando a los trabajadores de salud locales existentes. La combinación de plataformas de capacitación digital y entrega comunitaria ha demostrado ser un modelo exitoso para abordar problemas de salud mental.
Garantizar el acceso a atención de salud mental de calidad en áreas desatendidas es vital para mejorar los resultados de salud en general. Los esfuerzos futuros podrían considerar involucrar a otros tipos de trabajadores de salud comunitaria, como Oficiales de Salud Comunitaria, para expandir aún más los servicios de salud mental.
Además, es necesario un financiamiento y apoyo sostenido para mantener el éxito del programa. Este enfoque puede ser una valiosa adición al sistema de salud, haciendo que los servicios de salud mental sean más accesibles y aceptables para las personas en entornos rurales.
Al continuar invirtiendo en la capacitación de trabajadores de salud comunitaria y en la participación con las comunidades, podemos construir un entorno de apoyo para la atención de salud mental que fomente la recuperación y el bienestar de muchas personas.
Título: SCALING UP THE TASK-SHARING OF AN EVIDENCE-BASED PSYCHOLOGICAL TREATMENT FOR DEPRESSION IN RURAL INDIA
Resumen: BackgroundMajority evidence on task-sharing of psychological treatments for depression is focused on randomized controlled trials with project staff delivered treatment. Ours is a scaling up of a brief evidence-based psychological treatment (the Healthy Activity Program, HAP) by community health workers (ASHA) in rural India. Our objective was to test the acceptability, feasibility and effectiveness of ASHA delivered HAP. MethodASHA were recruited in three rural districts in Madhya Pradesh, India. During the study duration, 1001 ASHA completed training using the EMPOWER approach (digital curricula and supervision protocols); 458 ASHA went on to deliver the HAP to adults with depression screened opportunistically. This paper describes the delivery of the HAP over a one-year period (24-07-2022 till 30-06-2023). The primary outcomes were treatment completion, patient and ASHA satisfaction, and change in depression symptom scores on treatment completion; we also explored if treatment effects were sustained at long-term (i.e., 9 month) among a consecutively recruited sub-sample of 10% of the total participants (n=246). Results94.3% of the NSPs completed the full training. 2208 patients (12.1% of the total screened) had depression and all 2208 (100%) agreed to receive the treatment. A total of 13,008 sessions were delivered with a 97.82% completion rate. We found substantial reduction in depressive symptom severity from baseline to immediate post-treatment [Cohens d=2.52; CI: 2.44 to 2.61], which was sustained at 9-month follow-up [Cohens d=.96, 95% CI: .81 to 1.11]. Lower baseline depression, male gender, longer treatment duration, and higher educational status of the ASHA predicted better treatment outcome at endline. Both ASHA and patients reported high levels of satisfaction. ConclusionThe scaling up of a brief evidence based psychological treatment by existing frontline workers through digital platforms for training and supervision is associated with both high levels of satisfaction, treatment completion and remission rates.
Autores: Ravindra Narayan Agrawal, M. Sood, A. Patel, T. Sharma, H. Yadav, J. Kaur, S. Kumari, P. Sharma, V. Shukla, B. Tripathi, N. Dongare, N. Sankha, A. Bhan, S. Tiwari, S. Sakalle
Última actualización: 2024-10-23 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.10.23.24315962
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.10.23.24315962.full.pdf
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