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El Papel del Conflicto Social en el Comportamiento Animal

Un estudio revela cómo la agresión moldea la estructura social en los ratones.

― 7 minilectura


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El conflicto social juega un papel importante en el mundo animal. Puede ayudar a establecer un rango social que reduce peleas y lesiones, además de proteger recursos importantes del grupo. En muchas especies, como los roedores y primates, el conflicto social es dinámico y puede cambiar según las interacciones y la agresión entre individuos. Este estudio se centra en crear un modelo claro para entender cómo ocurre el conflicto social en los animales.

¿Qué es el conflicto social?

El conflicto social se refiere a interacciones agresivas entre individuos de un grupo. Estos conflictos pueden ser entre dos miembros de la misma especie y pueden surgir por competencia por recursos como comida, parejas o territorio. Cuando los animales participan en estos conflictos, suelen estar poniendo a prueba su fuerza entre sí. Una jerarquía social bien definida puede ayudar a reducir peleas y lesiones innecesarias.

En este estudio, los investigadores observaron de cerca cómo el comportamiento agresivo afecta el estatus social. Crearon un modelo que describe estos encuentros agresivos como un juego entre dos individuos. Siguiendo este modelo, intentaron entender cómo cada animal actualiza sus creencias sobre su fuerza en comparación con la fuerza de su oponente y cómo esas creencias influyen en sus acciones.

El estudio de los ratones

Se eligieron ratones como sujetos de estudio porque su comportamiento social se puede manipular fácilmente en un ambiente controlado. Los investigadores observaron las interacciones de grupos de ratones a lo largo del tiempo para aprender más sobre cómo el conflicto social afecta el comportamiento y la actividad cerebral.

El estudio consistió en colocar pares de ratones del mismo peso en jaulas y permitirles pelear durante cortos períodos cada día. A medida que continuaban las interacciones, surgió una jerarquía social clara, con algunos ratones volviéndose dominantes mientras que otros asumían roles sumisos. Este proceso ayudó a los investigadores a entender el impacto de la agresión en la estructura social.

Método del experimento

Durante el experimento, los investigadores crearon un ambiente controlado donde los ratones pudieran interactuar. Cada par de ratones fue colocado en jaulas divididas por un tabique, permitiéndoles verse pero no tocarse. Una vez al día, se quitaba el tabique por un corto tiempo, dando a los ratones la oportunidad de participar en comportamientos agresivos.

A lo largo del estudio, los investigadores registraron las acciones de los ratones, ya sea que atacaran o se defendieran. También anotaron los resultados de cada encuentro, marcando quién ganó y quién perdió. Después de varios días, cambiaron a los oponentes, permitiendo que los ratones interactuaran con diferentes individuos. Este enfoque proporcionó información sobre cómo el conflicto social configura el comportamiento y la estructura social resultante.

Teoría de Juegos en el conflicto social

Los investigadores utilizaron la teoría de juegos para describir las interacciones entre los ratones. La teoría de juegos es un marco matemático usado para analizar situaciones donde múltiples agentes toman decisiones que se afectan mutuamente. En este contexto, las elecciones de los ratones de atacar o defenderse pueden verse como un juego donde ambos participantes buscan maximizar sus recompensas.

Los resultados de sus acciones dependen de su fuerza y de las decisiones tomadas por sus oponentes. Al emplear este enfoque teórico, los investigadores pudieron mapear las posibles interacciones y predecir las tendencias en el comportamiento de los ratones basado en sus fuerzas percibidas.

Creencias y toma de decisiones

En cualquier conflicto, los individuos formarán creencias sobre su propia fuerza y la de su oponente. En este estudio, los investigadores identificaron dos tipos de creencias: creencias primarias sobre su propia fuerza y la fuerza de su oponente, y creencias secundarias sobre las creencias de su oponente.

A medida que progresaban las interacciones, los ratones actualizaban estas creencias basadas en los resultados de sus encuentros. Por ejemplo, si un ratón perdía repetidamente peleas, su creencia sobre su fuerza disminuiría, mientras que su creencia sobre la fuerza del oponente probablemente aumentaría. Este mecanismo de actualización imita cómo los humanos podrían reconsiderar sus opciones basadas en experiencias pasadas.

Actividad neural en el conflicto social

Para respaldar sus hallazgos, los investigadores también analizaron la actividad neural en los cerebros de los ratones. Se centraron en c-Fos, una proteína que indica actividad neuronal. Al medir los niveles de c-Fos en los cerebros de los ratones después de varias interacciones, pudieron entender qué regiones del cerebro estaban involucradas en procesar información sobre el conflicto social.

El estudio reveló que ciertas regiones del cerebro estaban más activas en ratones dominantes, reflejando su toma de decisiones agresivas. Estos hallazgos conectan los patrones de actividad cerebral con las creencias y acciones de los ratones durante los conflictos sociales.

Hallazgos clave

Los investigadores hicieron varias observaciones clave a lo largo de su estudio:

  1. Formación de jerarquías sociales: Las interacciones entre los ratones mostraron un patrón claro de dominancia y sumisión. La formación de jerarquías sociales fue evidente después de solo unos pocos encuentros.

  2. Actualización de Creencias: Los ratones pudieron cambiar sus creencias sobre su propia fuerza y la de sus oponentes basado en sus experiencias durante las peleas.

  3. Correlatos neurales: El análisis de la actividad de c-Fos proporcionó información sobre qué áreas del cerebro estaban involucradas en la toma de decisiones durante los conflictos sociales. Regiones específicas se correlacionaron con las creencias primarias y secundarias sobre la fuerza.

  4. El papel de la teoría de juegos: Al aplicar la teoría de juegos, los investigadores pudieron modelar el proceso de toma de decisiones estratégicas de los ratones, revelando los mecanismos subyacentes de la agresión y el comportamiento social.

  5. Comportamiento adaptativo y maladaptativo: Si bien la agresión tuvo un papel importante en establecer el orden social, la agresión descontrolada podría llevar a resultados negativos en ambientes ricos en recursos, indicando el equilibrio necesario para interacciones sociales saludables.

Implicaciones para entender el comportamiento social

Las implicaciones de esta investigación van más allá del modelo de ratones. Entender la dinámica del conflicto social en animales puede ayudar a arrojar luz sobre comportamientos similares en humanos y otras especies. Los hallazgos indican que las creencias y procesos de toma de decisiones no son rasgos estrictamente humanos, sino aspectos fundamentales de las interacciones sociales en diferentes especies.

Además, examinar las bases neuronales de estos comportamientos puede llevar a mejores comprensiones de los comportamientos agresivos en humanos, permitiendo el desarrollo de intervenciones específicas para aquellos que tienen problemas con la agresión o el conflicto social.

Conclusión

En resumen, este estudio proporciona una visión completa de cómo opera el conflicto social en el reino animal, particularmente entre ratones. Al emplear la teoría de juegos y observaciones conductuales, los investigadores destacaron la dinámica de la agresión, la formación de creencias y la actividad cerebral relacionada con las interacciones sociales. Estos hallazgos ofrecen información valiosa para entender estos comportamientos tanto en animales como en humanos, allanando el camino para futuras investigaciones en comportamiento social y resolución de conflictos.

Fuente original

Título: A normative theory of social conflict

Resumen: Social hierarchy in animal groups carries a crucial adaptive function by reducing conflict and injury while protecting valuable group resources. Social hierarchy is dynamic and can be altered by social conflict, agonistic interactions, and aggression. Understanding social conflict and aggressive behavior is of profound importance to our society and welfare. In this study, we developed a quantitative theory of social conflict. We modeled individual agonistic interactions as a normal-form game between two agents. We assumed that the agents use Bayesian inference to update their beliefs about their strength or their opponent's strength and to derive optimal actions. We compared the results of our model to behavioral and whole-brain neural activity data obtained for a large (n=116) population of mice engaged in agonistic interactions. We find that both types of data are consistent with the first-level Theory of Mind model (1-ToM) in which mice form both "primary" beliefs about their and their opponent's strengths as well as the "secondary" beliefs about the beliefs of their opponents. Our model helps identify brain regions that carry information about these levels of beliefs. Overall, we both propose a model to describe agonistic interactions and support our quantitative results with behavioral and neural activity data.

Autores: Sergey Shuvaev, Evgeny Amelchenko, Dmitry Smagin, Natalia Kudryavtseva, Grigori Enikolopov, Alexei Koulakov

Última actualización: 2023-04-26 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://arxiv.org/abs/2303.04285

Fuente PDF: https://arxiv.org/pdf/2303.04285

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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