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# Ciencias de la Salud# Neurología

El impacto del ejercicio en la enfermedad de Parkinson

Explorando cómo la actividad física puede ayudar a manejar los síntomas del Parkinson.

― 8 minilectura


Ejercicio y la enfermedadEjercicio y la enfermedadde Parkinsonde los pacientes con Parkinson.Cómo el ejercicio puede mejorar la vida
Tabla de contenidos

La Enfermedad de Parkinson (EP) es una condición que afecta el movimiento. Ocurre cuando ciertas células del cerebro que producen una química llamada dopamina empiezan a dañarse. Esto provoca tanto desafíos físicos como emocionales para quienes tienen la enfermedad. Los problemas físicos comunes incluyen movimientos lentos, temblores en manos o extremidades, músculos rígidos y dificultades con el equilibrio. Además de estos problemas de movimiento, las personas con EP también pueden enfrentar ansiedad, depresión, problemas de sueño y cambios en la digestión.

Normalmente, los problemas de movimiento comienzan despacio. Al principio, pueden afectar solo un lado del cuerpo, pero con el tiempo pueden extenderse a ambos lados. Las principales señales de la EP incluyen:

  • Aquinasia: No poder moverte por tu cuenta.
  • Bradicinesia: Moverte más despacio de lo habitual.
  • Temblores en reposo: Temblores cuando estás en reposo, típicamente en las manos, brazos, piernas, mandíbula o cara.
  • Rigidez: Rigidez en los brazos, piernas o cuerpo.
  • Inestabilidad postural: Dificultad para mantener el equilibrio.

Las razones por las cuales estas células cerebrales se descomponen no se conocen del todo. Parece que una mezcla de rasgos genéticos e influencias ambientales podría ser parte de este proceso.

El rol de la Actividad Física

Hacer actividad física (AF) es crucial para las personas con EP. Las investigaciones muestran que estar activo puede ayudar a mejorar tanto la función cerebral como la salud general del cuerpo. El ejercicio se ha relacionado con la liberación de ciertas proteínas y químicos en el cuerpo que pueden ayudar a la salud del cerebro, lo que podría ayudar a ralentizar algunos de los efectos de la EP.

La actividad física regular puede ayudar en muchos aspectos de la salud, incluyendo:

  • Reducir el riesgo de problemas de memoria y demencia en adultos mayores.
  • Ayudar con las dificultades de movimiento.
  • Apoyar el crecimiento de nuevas células cerebrales.
  • Prevenir la pérdida de células nerviosas debido a la edad.

Estudios recientes muestran que los programas de ejercicio más intensos y que involucren el cerebro pueden llevar a cambios positivos en los cerebros de las personas con EP. El ejercicio podría ayudar a mejorar la forma en que funciona el cerebro aumentando el flujo sanguíneo y activando diferentes áreas del cerebro. Por ejemplo, un estudio que comparó a tres grupos de personas con EP encontró que aquellos que participaron en programas de ejercicio mostraron una mejora mucho mayor en los desafíos de movimiento que los que solo recibieron fisioterapia.

La actividad física también parece ayudar al cerebro a protegerse. Activa procesos que mantienen la salud de las células nerviosas, proporcionando una especie de salvaguarda natural. El ejercicio puede llevar a cambios en cómo el cerebro se repara a sí mismo, mejorando las conexiones entre las vías nerviosas dañadas.

Entendiendo la Función mitocondrial

Las mitocondrias son estructuras diminutas en nuestras células que producen energía. En personas sanas, la actividad física regular ayuda a mantener estas estructuras funcionando bien. Sin embargo, en la EP, estas mitocondrias a menudo no funcionan correctamente, lo cual puede empezar a suceder antes de que aparezcan los síntomas de movimiento.

Se ha demostrado que el ejercicio mejora cómo funcionan las mitocondrias, lo que puede mejorar la producción de energía en el cuerpo. Tanto los ejercicios cortos como el entrenamiento de fuerza pueden ayudar a mejorar el funcionamiento de las mitocondrias, lo que lleva a una mejor salud general.

Las células de la piel conocidas como Fibroblastos de personas con EP se están utilizando en investigaciones para estudiar la enfermedad. Estas células pueden mostrar signos de daño similares a los que se encuentran en las células cerebrales. Dado que es difícil obtener muestras de tejido cerebral de pacientes vivos, los fibroblastos ofrecen una opción más accesible para los investigadores. Estas células de la piel pueden indicar el nivel de daño celular que se observa en individuos con EP.

Estudiar los fibroblastos puede ayudar a los investigadores a conectar los puntos entre los problemas de producción de energía en las células y cómo se desarrolla la EP. Al analizar estas células, los científicos esperan encontrar nuevas formas de diagnosticar y tratar el trastorno.

Resumen del estudio PARKEX

Un nuevo estudio llamado ensayo PARKEX investiga cómo diferentes programas de ejercicio pueden afectar la función de los fibroblastos en pacientes con EP. El objetivo es ver cómo la actividad física regular afecta el funcionamiento de estas células de la piel y, a su vez, cómo podría influir en los síntomas de la EP.

Este estudio está diseñado para comparar tres grupos de pacientes. Dos grupos participarán en diferentes programas de ejercicio durante tres meses, mientras que el tercer grupo permanecerá inactivo. Todos los participantes serán evaluados al inicio del estudio y nuevamente al final del programa.

Los programas de ejercicio son:

  1. Entrenamiento Físico Básico (EFB): Este programa se centra principalmente en la fuerza y resistencia.
  2. Entrenamiento Físico Básico con Ejercicios Funcionales (EFBFE): Esto incluye el EFB pero agrega ejercicios que también requieren compromiso mental, como hacer múltiples tareas.

El estudio examinará cómo estos programas de ejercicio impactan no solo el movimiento y la salud física, sino también la función cognitiva, el ánimo, el sueño y la calidad de vida de quienes viven con EP.

Cómo funciona el estudio

Los participantes serán reclutados de un grupo de investigación médica y deben cumplir con criterios específicos para unirse. Necesitan tener un diagnóstico de EP, estar entre las edades de 50 y 70, y poder caminar de forma independiente. También no pueden haber tenido cambios en sus medicaciones en el último mes.

Una vez seleccionados, los participantes firmarán un formulario de consentimiento informado. Luego se someterán a varias evaluaciones, incluyendo pruebas físicas y una biopsia de piel para recolectar fibroblastos para un estudio posterior.

El estudio involucra dos fases principales:

  1. Evaluación inicial: Los participantes tendrán un examen exhaustivo para establecer su estado de salud y características específicas de su EP. Esto incluye pruebas cognitivas, evaluaciones de equilibrio y valoraciones de calidad de vida.

  2. Evaluación post-intervención: Después de tres meses de participación en los programas de ejercicio, los participantes serán evaluados nuevamente para ver si hay cambios en su condición.

El análisis implicará observar la función de los fibroblastos, enfocándose en la producción de energía y las respuestas al estrés en las células. La investigación busca vincular los programas de ejercicio con cualquier mejora observada en la función celular y la salud general.

Resultados esperados

Al estudiar cómo el ejercicio afecta a pacientes con EP, los investigadores esperan descubrir efectos beneficiosos no solo para el movimiento, sino para el bienestar general de las personas que viven con esta enfermedad. Esperan que el entrenamiento físico regular lleve a mejoras en la función mitocondrial, lo que podría proporcionar beneficios protectores contra el daño observado en la EP.

Los investigadores analizarán cómo estos cambios pueden correlacionarse con una mejor función motora, mejor calidad de vida y salud mental mejorada entre los participantes.

El estudio PARKEX tiene como objetivo arrojar luz sobre las conexiones entre la actividad física, la función celular y la salud de las personas con EP. Este conocimiento podría eventualmente llevar a nuevas formas de tratar y manejar la enfermedad, no solo en la EP, sino también en otros trastornos neurológicos similares.

Conclusión

El ejercicio tiene el potencial de impactar significativamente la calidad de vida de quienes viven con la enfermedad de Parkinson. El estudio PARKEX contribuirá a una mejor comprensión de cómo la actividad física puede llevar a mejoras tanto a nivel celular como clínico. Al centrarse en la función mitocondrial en células de piel accesibles, los investigadores están allanando el camino para estrategias innovadoras de diagnóstico y terapia que pueden mejorar las vidas de las personas que enfrentan los retos de la EP. A medida que avanza el estudio, se espera que los hallazgos proporcionen conocimientos significativos que puedan traducirse en enfoques prácticos para el apoyo y la atención en la EP.

Fuente original

Título: Investigating the impact of physical activity on mitochondrial function in Parkinson's disease (PARKEX): Study protocol for a randomised controlled clinical trial

Resumen: Parkinsons disease (PD) is characterized by the progressive dopaminergic neuron degeneration, resulting in striatal dopamine deficiency. Mitochondrial dysfunction and oxidative stress are associated with PD pathogenesis. Physical activity (PA) has been shown to ameliorate neurological impairments and to impede age-related neuronal loss. In addition, skin fibroblasts have been identified as surrogate indicators of pathogenic processes correlating with clinical measures. The PARKEX study aims to compare the effects of two different PA programs, analyzing the impact on mitochondrial function in patients skin fibroblasts as biomarkers for disease status and metabolic improvement. Early-stage PD patients (n=24, H&Y stage I to III) will be randomized into three age- and sex-matched groups. Group 1 (n=8) will undergo basic physical training (BPT) emphasizing strength and resistance. Group 2 (n=8) will undergo BPT combined with functional exercises (BPTFE), targeting the sensorimotor pathways that are most affected in PD (proprioception-balance-coordination) together with cognitive and motor training (Dual task training). Group 3 (n=8) will serve as control (sedentary group; Sed). Participants will perform three sessions per week for 12 weeks. Assessment of motor function, quality of life, sleep quality, cognitive aspects and humor will be conducted pre- and post-intervention. Patient skin fibroblasts will be collected before and after the intervention and characterized in terms of metabolic remodeling and mitochondrial bioenergetics. Ethical approval has been given to commence this study. This trial is registered at clinicaltrials.gov (NCT05963425)

Autores: Joel Montane, J. C. Magana, C. M. Deus, L. Baldellou, M. Avellanet, E. Gea-Rodriguez, S. Enriquez-Calzada, A. Laguna, M. Martinez-Vicente, J. Hernandez-Vara, M. Gine-Garriga, S. P. Pereira

Última actualización: 2023-10-21 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.10.20.23297305

Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.10.20.23297305.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

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