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# Biología# Neurociencia

Navegación de Insectos: Cómo los Saltamontes Encuentran Su Camino

Estudio revela cómo los langostas navegan usando estructuras cerebrales especializadas.

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Langostas y sus secretosLangostas y sus secretosde navegaciónde la langosta en la navegación.Un estudio revela el papel del cerebro
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Los insectos han desarrollado diferentes formas de orientarse en el mundo que los rodea. Estos métodos dependen mucho de saber en qué dirección van en cualquier momento. Estas habilidades de navegación no solo se encuentran en los insectos, sino también en otros animales, incluidos los humanos. Al estudiar cómo navegan los insectos, podemos aprender sobre los principios básicos que ayudan a diversas especies a orientarse en su entorno.

Un modelo fascinante para estudiar la navegación se encuentra en los cerebros de los insectos. El Complejo Central (CX) en el cerebro de un insecto actúa como un centro de navegación. Esta área tiene varias partes, incluyendo el puente protocerebral (PB), dos divisiones del cuerpo central (CBU y CBL), y los nódulos (NO). Estas partes están organizadas de maneras específicas, con neuronas que se conectan y comunican entre sí, permitiendo que el insecto procese información sobre su entorno y su movimiento.

El Complejo Central de los Insectos

El complejo central consiste en cuatro secciones principales, que trabajan juntas para ayudar a los insectos a navegar. La primera parte, el puente protocerebral, conecta diferentes columnas en el cerebro. La segunda parte, el cuerpo central, está dividida en secciones superior e inferior. La tercera parte, los nódulos, trabaja en estrecha colaboración con las otras regiones. Esta organización es generalmente bastante similar entre especies, lo que sugiere que la forma en que se logra la navegación podría seguir principios biológicos comunes.

Dentro del complejo central, hay dos tipos de neuronas. Un tipo, llamado neuronas tangenciales, trae varios tipos de información de otras partes del cerebro. El otro tipo, neuronas columnares, ayuda a conectar diferentes columnas de neuronas, sirviendo como las principales salidas para los procesos de navegación. Este arreglo bien organizado muestra cómo el cerebro del insecto procesa la información espacial usando un método similar a los algoritmos matemáticos.

Cómo los Insectos Determinan la Dirección

Los insectos usan neuronas especializadas en el complejo central que responden a varias señales del entorno. Por ejemplo, algunas neuronas siguen señales celestiales, como la posición del sol o la luz polarizada del cielo, para ayudar a determinar hacia dónde están mirando. Estas células recopilan información de diferentes fuentes, incluyendo señales de los propios movimientos del insecto.

En el caso de las moscas de la fruta, ciertas neuronas en el complejo central forman una brújula de 360°. Estas neuronas reaccionan a la orientación de la mosca, mostrando un pico de actividad que indica la dirección en la que el insecto se dirige. Curiosamente, diferentes especies de insectos, como el langostino de desierto, muestran variaciones en cómo representan el espacio en sus cerebros. Para los langostinos, la representación neural parece ser más uniforme entre individuos, con un mapeo de dirección de 360° consistente.

Diferencias en las Estructuras Cerebrales entre Insectos

Al comparar las estructuras cerebrales de diferentes insectos, surgen algunas diferencias significativas. Por ejemplo, las moscas de la fruta tienen una estructura única en forma de anillo en su complejo central, mientras que los langostinos tienen una en forma de media luna. Comprender cómo estas diferentes estructuras influyen en la navegación puede revelar información importante sobre las adaptaciones de cada especie a sus entornos específicos.

A pesar de que estas estructuras son diferentes, los métodos subyacentes de navegación pueden ser similares. Muchas teorías asumen que ambos tipos de insectos pueden compartir características comunes en cómo codifican las direcciones de movimiento en sus cerebros. Por ejemplo, muchos modelos sugieren que los insectos generalmente usan dos direcciones para mapear el espacio, pero hay excepciones, especialmente en las moscas de la fruta, donde parece que una sola representación de dirección es suficiente.

El Modelo de Navegación Propuesto para Langostinos

Los investigadores han propuesto un nuevo modelo para estudiar cómo navegan los langostinos basándose en su estructura cerebral específica. Este nuevo modelo toma en cuenta cómo los langostinos podrían integrar la información de dirección con su Velocidad Angular, que es qué tan rápido giran en una dirección específica.

En este modelo, se cree que los langostinos mantienen una representación de dirección estable mientras responden a cambios en la dirección. Al crear simulaciones que imitan cómo los langostinos procesan la información, los investigadores buscan averiguar si su modelo puede predecir eficazmente cómo se comportarían los langostinos en situaciones de la vida real. La característica clave del modelo es la combinación de diferentes tipos de neuronas que trabajan juntas para representar la dirección y la velocidad angular, permitiendo un seguimiento más preciso de la dirección.

Conectividad de Neuronas en el Modelo

La conectividad de las neuronas es un aspecto crucial de cómo funciona el modelo de navegación. En el modelo propuesto, diferentes tipos de neuronas en el complejo central del langostino se conectan entre sí de manera organizada según datos anatómicos. Estas conexiones permiten tanto el procesamiento de entrada como el de salida, lo que permite al langostino determinar su dirección de manera efectiva y responder a los cambios en su entorno.

Esta conectividad organizada es en capas, lo que significa que las entradas de un tipo de neurona pueden influir en múltiples salidas. En el caso de los langostinos, algunas neuronas están específicamente ajustadas para responder a las rotaciones en sentido horario o antihorario, y se teoriza que su actividad modula las conexiones entre diferentes tipos de neuronas de langostinos.

La Importancia del Sistema Neuromodulatorio

Además de las conexiones estándar, el modelo también incluye un sistema de Neuromodulación. La neuromodulación se refiere a cómo ciertas neuronas pueden aumentar o reducir los efectos de otras neuronas. Las señales de las neuronas de velocidad angular podrían cambiar las fortalezas sinápticas, lo que significa que pueden hacer que las conexiones sean más fuertes o más débiles según la dirección actual de movimiento del langostino.

Este ajuste dinámico es importante para asegurar que el langostino pueda adaptarse a las condiciones ambientales cambiantes, como ajustes en la dirección del viento o la presencia de obstáculos. A medida que el langostino se mueve, estas influencias neuromodulatorias aseguran actualizaciones consistentes y precisas de su dirección.

Simulación y Pruebas

Los investigadores llevaron a cabo simulaciones para probar su modelo de navegación. Estas simulaciones tenían como objetivo ver si el circuito de dirección del langostino podría guiar efectivamente sus movimientos en un entorno estructurado. Al evaluar qué tan bien el langostino virtual podía mantener un curso constante sin importar las perturbaciones externas, los científicos pueden evaluar la fiabilidad del modelo.

En las simulaciones, el modelo fue desafiado con diferentes escenarios que incluían perturbaciones como el viento. Los resultados mostraron que el modelo podía integrar efectivamente la información de dirección y recuperarse de perturbaciones, indicando que el diseño del circuito propuesto podría reflejar con precisión el comportamiento real de los langostinos.

Conclusión: Perspectivas de la Navegación de Insectos

El estudio de la navegación de los insectos, particularmente en los langostinos, ofrece valiosas perspectivas sobre los mecanismos biológicos que sustentan la orientación espacial en los animales. El modelo propuesto demuestra cómo funcionan circuitos neuronales específicos para integrar información de dirección, lo cual es vital para una navegación exitosa.

Entender estos procesos no solo ilumina las asombrosas habilidades de los insectos, sino que también mejora nuestro conocimiento de los mecanismos neuronales aplicables a otras especies, incluidos los humanos. Las perspectivas obtenidas de esta investigación podrían informar estudios adicionales sobre cómo los animales procesan información espacial y podrían incluso ayudar a desarrollar sistemas de navegación artificial inspirados en principios biológicos.

La investigación sobre la navegación de los langostinos sigue expandiéndose, revelando nuevas capas de complejidad en cómo estos insectos perciben e interactúan con su entorno. A medida que exploramos más cómo diferentes especies de insectos han adaptado sus circuitos de navegación, es probable que descubramos aún más sobre las capacidades notables de estas pequeñas pero sofisticadas criaturas.

Fuente original

Título: A computational model for angular velocity integration in a locust heading circuit

Resumen: Accurate navigation often requires the maintenance of a robust internal estimate of heading relative to external surroundings. We propose a novel model for angular velocity integration to update the representation of heading in the central complex of the desert locust. In contrast to similar models proposed for the fruit fly, this circuit model uses a single 360{degrees} heading direction representation and is updated by neuromodulatory angular velocity inputs. Our computational model was implemented using steady-state firing rate neurons with dynamical synapses. The circuit connectivity was constrained by biological data and remaining degrees of freedom were optimised with a machine learning approach to yield physiologically plausible neuron activities. We demonstrate that the integration of heading and angular velocity in this circuit is robust to noise. The heading signal can be effectively used as input to an existing insect goal-directed steering circuit, adapted for outbound locomotion in a steady direction that resembles locust migration. Our study supports the possibility that similar computations for orientation may be implemented differently in the neural hardware of the fruit fly and the locust. Author summaryIn both fruit flies and locusts, a specific brain region has been observed to have an activity pattern that resembles a compass, with an activity peak moving across an array of neurons as the animal rotates through 360 degrees. However, some apparent differences in the properties of this pattern between the two species suggest there may be differences in how this internal compass is implemented. Here we focus on the locust brain, building a computational model that is based on observed neural connections and using machine learning to tune the system. Turning by the simulated locust provides modulatory input to the neural circuit that keeps activity in the array aligned to its heading direction. We simulate a migrating locust that tries to keep the same heading despite perturbances and show this circuit can steer it back on course. Our model differs from existing models of the fruit fly compass, showing how similar computations could have different implementations in different species. O_TBL View this table: [email protected]@12298eborg.highwire.dtl.DTLVardef@65a654org.highwire.dtl.DTLVardef@18ae048org.highwire.dtl.DTLVardef@8ace20_HPS_FORMAT_FIGEXP M_TBL O_FLOATNOTable 1.C_FLOATNO O_TABLECAPTIONAbbreviations for neuron types and brain regions in the desert locust (Schistocerca gregaria) and homologues in the fruit fly (Drosophila melanogaster). C_TABLECAPTION C_TBL

Autores: Kathrin Pabst, E. Gkanias, B. Webb, U. Homberg, D. Endres

Última actualización: 2024-05-14 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.05.13.593806

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.05.13.593806.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

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