Nuevo índice mide la exposición de los niños a patógenos animales
Una nueva herramienta ayuda a evaluar la exposición de los niños a gérmenes relacionados con animales.
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Tabla de contenidos
- Cómo los excrementos de animales contribuyen al problema
- El desafío de medir la Exposición a los patógenos
- Desarrollando una nueva herramienta de medición
- Los hallazgos: lo que revela el índice
- Fiabilidad y validez del índice
- Implicaciones para la salud pública
- Recomendaciones para el uso futuro
- Conclusión
- Fuente original
Los Patógenos entéricos son gérmenes que pueden causar enfermedades graves, especialmente en niños pequeños menores de cinco años. Uno de los problemas más comunes causados por estos patógenos es la diarrea, que es una de las principales causas de muerte en este grupo de edad. Más allá de la diarrea, las infecciones repetidas pueden llevar a problemas a largo plazo que afectan el crecimiento y el desarrollo cerebral del niño. Lamentablemente, los niños que viven en la pobreza, especialmente en países de ingresos bajos y medios, tienen un riesgo mucho mayor. Este riesgo aumentado se debe al acceso limitado a la atención médica, sistemas de agua y saneamiento deficientes, y altos niveles de contaminación en su entorno.
Cómo los excrementos de animales contribuyen al problema
Una forma significativa en que los niños entran en contacto con estos patógenos dañinos es a través de los excrementos de animales. En muchos países de ingresos bajos y medios, los animales son comunes en los hogares, y a menudo hay poca separación entre donde viven los animales y donde juegan los niños. Muchos gérmenes que pueden infectar a los humanos se encuentran en los excrementos de los animales. Algunos gérmenes específicos que a menudo se transmiten a través de los excrementos de animales incluyen Campylobacter y Salmonella no tifoidea, que se sabe que causan diarrea y otras enfermedades. Aunque no sabemos exactamente cuánto de la diarrea en niños se puede rastrear hasta fuentes animales, se cree que estos patógenos contribuyen a un número significativo de muertes en todo el mundo.
Exposición a los patógenos
El desafío de medir laEntender cuánto están expuestos los niños a estos gérmenes es difícil. Los métodos actuales para medir la exposición son variados y pueden ser inconsistentes. Los investigadores pueden usar encuestas, observaciones o pruebas de laboratorio, lo que hace que sea complicado comparar resultados entre diferentes estudios. Muchas evaluaciones existentes se centran en una parte de la exposición, ya sea observando la presencia de animales o la limpieza del entorno. Sin embargo, estos métodos a menudo pasan por alto las diferentes formas en que los niños entran en contacto con los gérmenes. Por ejemplo, solo porque haya animales alrededor no significa que los niños realmente los toquen o toquen sus desechos. Por el contrario, si solo miramos lo que hacen los niños sin considerar la presencia de excrementos de animales, podríamos perder información importante sobre su exposición.
Para mejorar nuestra comprensión, necesitamos una forma estándar de medir los diferentes factores involucrados en la exposición de un niño a patógenos a través de excrementos de animales. Esto puede ayudar a asegurar que recopilemos datos más precisos para guiar las intervenciones y políticas de salud.
Desarrollando una nueva herramienta de medición
Un estudio reciente se centró en crear una mejor forma de medir la exposición de los niños a patógenos de los excrementos de animales. Esta nueva herramienta se llama Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ. Para crear este índice, los investigadores pasaron por un proceso exhaustivo que combinó varios métodos de investigación, incluyendo entrevistas con madres y miembros de la comunidad en la costa noroeste de Ecuador. Recopilaron información sobre la vida diaria de los niños, sus interacciones con los animales y las condiciones ambientales que podrían contribuir a su exposición.
Fase 1: Identificando factores clave
El primer paso en el desarrollo del índice fue identificar qué factores eran más importantes para entender la exposición. Los investigadores realizaron entrevistas con madres de niños pequeños para aprender sobre las condiciones que podrían llevar a sus hijos a estar expuestos a patógenos. También recopilaron información de otros miembros de la comunidad que trabajaban con animales. Esto ayudó a entender cómo se cuidaban los animales y cómo se gestionaban sus desechos. A través de estas entrevistas, los investigadores notaron dos áreas principales de enfoque: el entorno donde vivía el niño y los comportamientos del niño.
Fase 2: Creando la encuesta
Una vez identificados los factores importantes, los investigadores crearon una encuesta para recopilar datos de muchas familias. La encuesta incluía preguntas sobre la presencia de animales y sus desechos en el entorno del niño, así como preguntas sobre lo que el niño hacía a diario.
Incluyeron preguntas para entender con qué frecuencia los niños interactuaban con animales y qué tipos de animales estaban presentes. Por ejemplo, querían saber si los niños jugaban afuera, entraban en contacto con excrementos de animales o ayudaban a cuidar animales. El objetivo era medir tanto los factores ambientales como los comportamientos de los niños para obtener una imagen completa de la exposición.
Fase 3: Evaluando la efectividad del índice
Después de recopilar suficientes datos, los investigadores analizaron la información para ver qué tan bien funcionaba el índice. Usaron métodos estadísticos para asegurarse de que los datos de la encuesta reflejaran con precisión la exposición de los niños a patógenos. Los resultados mostraron que el Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ capturaba de manera efectiva los diversos componentes de la exposición.
Un hallazgo clave fue que casi todos los niños en el estudio tenían algún nivel de exposición a patógenos. Si los investigadores hubieran utilizado métodos más simples, como solo preguntar sobre la propiedad de los animales, habrían perdido una gran parte de los niños que todavía estaban en contacto con estos gérmenes.
Los hallazgos: lo que revela el índice
El Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ mostró que la exposición a enteropatógenos zoonóticos es generalizada entre los niños en Ecuador. Usando este nuevo índice se reveló que los niños que viven en áreas rurales enfrentan mayores riesgos en comparación con aquellos en entornos urbanos. Los hogares que tenían animales tenían niños con puntajes de exposición más altos, confirmando la relación entre la propiedad de animales y la posible exposición a patógenos.
Curiosamente, el índice también destacó las diferencias en la exposición según la edad del niño. A medida que los niños se volvían más móviles y activos, era más probable que participaran en comportamientos que aumentaran su contacto con fuentes potenciales de patógenos.
Fiabilidad y validez del índice
El estudio mostró que el Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ es una herramienta confiable y válida. Esto significa que proporciona información útil sobre la exposición de un niño a patógenos de manera consistente y se puede confiar en su uso para futuras investigaciones o aplicaciones prácticas. Los puntajes del índice revelaron diferencias significativas en los niveles de exposición según los tipos de comunidad y la propiedad de animales en los hogares, confirmando su efectividad en medir lo que se diseñó para evaluar.
Implicaciones para la salud pública
El desarrollo del Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ es un paso significativo para entender cómo los niños están expuestos a patógenos dañinos de los excrementos de animales. Esta herramienta puede ayudar a investigadores y profesionales de la salud a identificar áreas en riesgo y desarrollar intervenciones específicas. Por ejemplo, los datos del índice pueden informar programas de salud comunitaria destinados a reducir infecciones entre niños pequeños.
Además, el seguimiento de la exposición a lo largo del tiempo con este índice puede revelar tendencias y ayudar a hacer ajustes necesarios a las estrategias de salud. Al evaluar cómo cambian los niveles de exposición con las intervenciones, los profesionales pueden entender mejor qué funciona y qué no.
Recomendaciones para el uso futuro
Antes de usar el Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ en otros lugares, se aconseja a investigadores y practicantes seguir un par de pasos importantes para asegurar su efectividad. Primero, deberían realizar entrevistas para confirmar la relevancia de los tipos de animales en el nuevo contexto, ya que diferentes regiones pueden tener animales distintos que representan riesgos. Segundo, deberían verificar la estructura y fiabilidad del índice a través de métodos estadísticos para determinar qué tan bien funciona en comunidades diversas.
Conclusión
El Índice de Patógenos Enteropatógenos FECEZ representa un enfoque integral para entender la exposición de los niños a enteropatógenos zoonóticos. Al integrar múltiples factores que contribuyen a la exposición, esta herramienta puede ayudar a identificar poblaciones en riesgo e informar intervenciones efectivas de salud pública. La continua prueba y aplicación de este índice en contextos variados mejorará aún más su fiabilidad y utilidad, contribuyendo en última instancia a mejores resultados de salud para los niños en todo el mundo.
Título: The development and validation of a survey to measure fecal-oral child exposure to zoonotic enteropathogens: The FECEZ Enteropathogens Index
Resumen: Child exposure to animal feces and associated enteropathogens contribute to a significant burden of disease in low- and middle-income countries. However, there are no standardized, validated survey-based approaches to enable accurate assessment of child exposure to zoonotic enteropathogens. We developed and validated a survey-based measure of fecal-oral child exposure to zoonotic enteropathogens, the FECEZ Enteropathogens Index. First, we identified critical attributes of child exposure through in-depth interviews (IDIs) in Ecuador among individuals who care for animals (n=29) and mothers of children under two years old (n=58), and through a systematic review of existing exposure measures. Second, based on these findings, we developed a 105-question survey and administered it to 297 mothers with children under age five. Third, we refined the survey, using principal component analysis to determine the optimal number of components. The final index consisted of 34 items across two sub-domains: the child Environment and child Behavior. Lastly, we compared index scores to two commonly used, unvalidated measures of child exposure - maternal reported household animal ownership and presence of animal feces. Using the FECEZ Enteropathogens Index revealed varying degrees of exposure in our study population, with only two children having no exposure. In contrast, if we had used animal ownership or the presence of animal feces as a measure of exposure, 44% and 33% of children would have been classified as having no exposure, respectively. These common binary exposure measures may be inadequate because they do not provide sufficient information to identify the relative risk of zoonotic pathogen exposure. The FECEZ Enteropathogens Index overcomes this limitation, advancing our ability to assess exposure by quantifying the multiple components of child exposure to zoonotic enteropathogens with higher resolution. Additional testing and evaluation of the index is needed to ensure its reliability, validity, and cross-cultural equivalence in other contexts.
Autores: Karen Levy, A. M. Ballard, R. Haardörfer, B. C. Angulo, M. C. Freeman, J. N. Eisenberg, G. O. Lee, B. A. Caruso
Última actualización: 2023-11-16 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.11.15.23298587
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.11.15.23298587.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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