Simple Science

Ciencia de vanguardia explicada de forma sencilla

# Biología# Bioquímica

Nuevas ideas sobre los supercomplejos mitocondriales en parásitos

La investigación revela estructuras mitocondriales únicas y su papel en la producción de energía.

― 8 minilectura


Súper complejosSúper complejosmitocondriales enparásitosmitocondrias parasitarias.de producción de energía enNuevos hallazgos sobre los mecanismos
Tabla de contenidos

Las mitocondrias a menudo se conocen como las centrales energéticas de la célula. Juegan un papel clave en cómo las células producen energía, especialmente cuando hay oxígeno disponible. Este proceso se llama metabolismo aeróbico y convierte los nutrientes en una forma de energía que las células pueden usar. Las mitocondrias contienen estructuras llamadas cadenas respiratorias que ayudan a transportar electrones y protones. Este movimiento es crucial para convertir la comida en energía en forma de ATP (trifosfato de adenosina), que es la moneda energética de la célula.

La complejidad de las estructuras mitocondriales

Al principio, los científicos estudiaron estos complejos respiratorios uno por uno, pero desde entonces se ha encontrado que muchos de ellos pueden unirse para formar estructuras más grandes conocidas como Supercomplejos. Los supercomplejos son importantes porque permiten un transporte eficiente de electrones desde el NADH (un tipo de transportador de energía) hacia el oxígeno, lo cual es vital para la producción de energía en entornos aeróbicos.

En células de mamíferos, se han observado al menos cuatro tipos diferentes de supercomplejos. Estos incluyen varias combinaciones de tres complejos principales: Complejo I (CI), Complejo III (CIII) y Complejo IV (CIV). Curiosamente, hasta ahora no se ha reportado ningún supercomplejo que contenga Complejo II (CII) en mamíferos. En humanos, diferentes tipos de supercomplejos se han relacionado con cambios en el metabolismo y diversas enfermedades.

Otros organismos, incluidos algunos parásitos, pueden tener diferentes tipos de supercomplejos. Estos parásitos a menudo poseen ADN mitocondrial único que puede ofrecer información sobre diferentes estilos de vida y estrategias de producción de energía.

El rol de las mitocondrias parasitarias

Un ejemplo interesante proviene de parásitos como los del grupo Apicomplexa, que son conocidos por sus formas mitocondriales distintas llamadas cristae. Estas formas están influenciadas por la disposición de la ATP sintasa, la enzima responsable de producir ATP. Aunque estos parásitos carecen del Complejo I, estudios sobre sus otros complejos han mostrado diferencias significativas, lo que indica que sus sistemas de producción de energía pueden funcionar de manera bastante diferente a los de los mamíferos.

Entender cómo funciona el Transporte de electrones en estos complejos es vital para comprender la biología de los parásitos y para desarrollar tratamientos potenciales que apunten a su producción de energía.

Descubrimientos recientes en estructuras de supercomplejos

Los recientes esfuerzos de investigación han buscado explorar las estructuras de estos llamados supercomplejos no canónicos. Nuevos hallazgos iluminan un supercomplejo particular descubierto en el parásito Perkinsus marinus, que infecta moluscos. Usando técnicas de imágenes avanzadas, los investigadores pudieron identificar la estructura de un nuevo tipo de supercomplejo respiratorio formado por CII, CIII y CIV. Esta nueva configuración era capaz de transferir electrones desde succinato hacia el oxígeno.

Los investigadores también notaron que este supercomplejo contenía lípidos nativos que son esenciales para su formación y función. Incluso identificaron un nuevo factor regulador asociado con este complejo, que juega un papel en el control de su actividad.

Metodología para estudiar el supercomplejo

Para estudiar estas estructuras intrincadas, los investigadores utilizaron un organismo modelo, P. marinus. Aislaron cuidadosamente las mitocondrias y minimizaron los pasos de purificación para mantener la estructura de estos supercomplejos. El proceso involucró romper las células, separar las mitocondrias y luego analizar los supercomplejos ensamblados utilizando electroforesis en gel.

Al final, su objetivo era visualizar y entender la estructura del supercomplejo II2-III2-IV2 a muy alta resolución, permitiendo un vistazo detallado a cómo interactúan estos complejos.

Estructura del supercomplejo

Los investigadores revelaron con éxito un nuevo tipo de supercomplejo que consiste en dos complejos CII, dos complejos CIII y dos complejos CIV. Esta disposición única no se había visto antes en otros organismos. La estructura permite un transporte eficiente de electrones y representa lo que los investigadores denominaron un “respirasoma” funcional.

Pudieron visualizar los lípidos nativos, mostrando cuán esenciales son para la estabilidad y función del supercomplejo. Al examinar cómo encajan los diferentes componentes, aprendieron sobre las interacciones que estabilizan la estructura.

Investigando cómo trabajan juntos los componentes

La disposición de los complejos dentro del supercomplejo es crucial para su función. Los investigadores notaron que ciertos subunidades específicas contribuyen a las conexiones entre CII, CIII y CIV. Entender estas interacciones puede proporcionar información sobre cómo funciona este supercomplejo en su conjunto.

Una observación importante fue que dos formas de CII estaban fuertemente unidas al supercomplejo. Esto fue diferente de estudios anteriores, donde generalmente se encontraba solo una forma. La presencia de estas dos formas de CII sugiere que desempeñan un papel significativo en la función general del supercomplejo, y su disposición específica podría mejorar la eficiencia del transporte de electrones.

El papel de Proteínas y lípidos específicos

El estudio identificó varias Moléculas de lípido asociadas con el supercomplejo. Estos lípidos son esenciales para mantener la estructura y función de la cadena respiratoria. Ayudan a estabilizar las conexiones entre los complejos y facilitan el transporte eficiente de electrones.

Notablemente, la investigación descubrió un par de proteínas previamente desconocido que interactúa con CIII. Se piensa que este par de proteínas regula la actividad de CIII, bloqueando ciertos movimientos necesarios para el transporte de electrones. Este descubrimiento significa una nueva capa de complejidad en cómo se controlan los procesos mitocondriales.

Entendiendo los cambios dinámicos en la estructura

Un análisis adicional mostró que el supercomplejo no es estático. Los investigadores encontraron evidencia de movimiento y flexibilidad entre los diferentes componentes proteicos. Esta naturaleza dinámica es esencial para adaptarse a los cambios en las necesidades energéticas de la célula.

La interacción entre CIII y la proteína transportadora de electrones Cit c resultó ser particularmente importante. La presencia de las nuevas proteínas reguladoras recién descubiertas afectó cuán fácilmente podían transferirse electrones de CIII a Cit c.

Implicaciones evolutivas de las estructuras mitocondriales

El estudio también insinuó tendencias evolutivas en cómo se han organizado y expresado los genes mitocondriales. Los investigadores encontraron que ciertas proteínas críticas se han desviado de sus versiones mitocondriales originales y ahora están codificadas en el genoma nuclear. Este cambio permite un uso más eficiente de recursos y energía dentro de la célula.

Una observación notable fue que la subunidad COX2 se había dividido en tres proteínas separadas en el parásito estudiado. Este ajuste puede ayudar con la localización adecuada dentro de las mitocondrias, asegurando que los procesos productivos de energía puedan funcionar de manera efectiva.

Las características únicas de las mitocondrias parasitarias

Las mitocondrias parasitarias tienen algunas características distintas en comparación con las de los mamíferos. A menudo carecen de ciertos complejos y pueden exhibir desviaciones significativas en sus estructuras y funciones. Estas diferencias pueden representar estrategias alternativas para la producción de energía.

Por ejemplo, los hallazgos muestran que algunas mitocondrias parasitarias han evolucionado para incorporar otras proteínas y lípidos que les permiten prosperar en entornos con energía limitada. Entender estas adaptaciones puede informar cómo abordamos los tratamientos para infecciones parasitarias.

Direcciones futuras

Los hallazgos ilustran la compleja interacción de proteínas, lípidos y disposiciones estructurales dentro de los supercomplejos mitocondriales. La investigación continua es esencial para desentrañar aún más los mecanismos detrás de estos procesos intrincados.

Los estudios futuros pueden examinar cómo diversos factores influyen en la función de estos supercomplejos. Entender cómo responden a cambios en el metabolismo o el estrés podría brindar información valiosa sobre enfermedades metabólicas o condiciones relacionadas con disfunciones mitocondriales.

Conclusión

En resumen, el descubrimiento de nuevas arquitecturas de supercomplejos mitocondriales en parásitos arroja luz sobre la versatilidad y adaptabilidad de los sistemas celulares de producción de energía. Al revelar cómo proteínas y lípidos específicos contribuyen a estas estructuras, los investigadores pueden entender mejor las estrategias evolutivas que permiten a los organismos prosperar en diferentes entornos.

Estos conocimientos también pueden allanar el camino para enfoques terapéuticos novedosos para combatir enfermedades relacionadas con disfunciones mitocondriales. Las complejas interacciones y los cambios dinámicos observados en los supercomplejos subrayan la importancia de considerar tanto los aspectos estructurales como funcionales en futuras investigaciones.

Fuente original

Título: Structure of the II2-III2-IV2 mitochondrial supercomplex from the parasite Perkinsus marinus

Resumen: Respiratory complexes have co-evolved into supercomplexes in different clades to sustain energy production at the basis of eukaryotic life. In this study, using cryogenic electron microscopy, we determined the 2.1 [A] resolution structure of a 104-subunit II2-III2-IV2 supercomplex from the parasite Perkinsus marinus, related to Apicomplexa, capable of complete electron transport from succinate to molecular oxygen. A feature of the parasite is the association of two copies of complex II via the apicomplexan subunit SDHG that interacts with both complexes III and IV and bridge the supercomplex. In the c1 state, we identified two protein factors, ISPR1 and ISPR2 bound on the surface of complex III, where Cytochrome c docks, acting as negative regulators. The acquisition of 15 specific subunits to complex IV results in its lateral offset, increasing the distance between the Cytochrome c electron donor and acceptor sites. The domain homologous to canonical mitochondria-encoded transmembrane subunit COX2 is made of three separate polypeptides encoded in the nucleus, and their correct assembly is a prerequisite for electron transport in the supercomplex. Subunits Cytochrome b and COX1 comprise a +2 frameshift introduced during protein synthesis by the mitoribosome. Among 114 modelled endogenous lipids, we detect a direct contribution to the formation of the divergent supercomplex and its functional sites, including assembly of CII and ubiquinone binding. Together, our findings expose the uniqueness of the principal components of bioenergetics in the mitochondria of parasites.

Autores: Alexey Amunts, F. Wu, A. Muhleip, T. Gruhl, L. Sheiner, A. Marechal

Última actualización: 2024-05-26 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.05.25.595893

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.05.25.595893.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

Gracias a biorxiv por el uso de su interoperabilidad de acceso abierto.

Artículos similares