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Desentrañando la Mecanosensibilidad Celular: Cómo las Células Responden a Su Entorno

Entender cómo las células perciben señales mecánicas es clave para la salud y la investigación médica.

― 8 minilectura


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Los organismos vivos pueden sentir y reaccionar a su entorno, una habilidad vital para la supervivencia. A una escala más pequeña, las células muestran una capacidad increíble llamada mecanosensibilidad. Esto se refiere a su habilidad para detectar y responder a señales mecánicas del entorno, como la presión, la dureza de las superficies en las que están o la forma del ambiente que las rodea. Este proceso juega un papel clave en muchas funciones esenciales del cuerpo, incluyendo cómo se mueven, crecen, cambian de tipo e incluso cómo mueren.

Cuando esta capacidad de sentir algo falla, puede llevar a problemas de salud graves como cicatrices en los tejidos, cáncer o problemas cardíacos. Por eso, entender cómo las células perciben señales mecánicas es crucial para saber cómo funcionan normalmente y qué pasa cuando no lo hacen.

Lo Básico de la Mecanosenalidación Celular

Desde que los científicos descubrieron que las células podían responder a factores mecánicos, se han propuesto varias ideas para explicar cómo funciona esto. Una de estas ideas gira en torno a unas proteínas especiales llamadas forminas, que ayudan a construir la estructura dentro de las células. Se ha demostrado que estas proteínas ayudan a las células a fortalecer sus uniones con otras superficies cuando sienten una fuerza mecánica. Este crecimiento implica a la proteína actina, que forma filamentos que crean un marco fuerte para la célula.

Además, ciertas proteínas como talina y vinculina trabajan juntas para conectar la superficie exterior de la célula con su estructura interna. Cuando se aplican fuerzas, estas conexiones pueden volver más fuertes, ayudando a la célula a responder correctamente. Otras proteínas en la célula, conocidas como proteínas de dominio LIM, también juegan un papel al reforzar estas conexiones cuando la célula siente estrés mecánico.

Además, ciertos canales que permiten el flujo de iones dentro y fuera de las células pueden verse afectados por fuerzas mecánicas. Estos canales ayudan a activar otras señales dentro de la célula que guían su comportamiento.

Sin embargo, aunque sabemos mucho sobre cómo funcionan estas proteínas individualmente, todavía no entendemos completamente cómo sus acciones se combinan para guiar el comportamiento de una célula.

Modelos Teóricos del Comportamiento Celular

Para enfrentar estas complejidades, los científicos han creado varios modelos para simular cómo las células responden a señales mecánicas. Un modelo bien conocido es la teoría del embrague molecular. Esta teoría explica que las células pueden formar conexiones dinámicas, llamadas embragues moleculares, entre su estructura interior y el material que las rodea. Esto ayuda a la célula a generar una fuerza de tracción que facilita su movimiento y expansión sobre las superficies.

La fuerza y la duración de estas conexiones pueden verse influenciadas por la rigidez de la superficie sobre la cual se encuentra la célula. Por ejemplo, sobre una superficie más suave, las conexiones entre la célula y el material pueden actuar de manera un poco diferente que en una superficie dura.

Mecánica de los Embragues Moleculares

Los embragues moleculares tienen dos partes: una dentro de la célula y otra afuera, en el material con el que la célula interactúa. La parte interna está formada típicamente por proteínas que se unen a la estructura de la célula, mientras que la parte externa representa cómo la superficie se deforma en respuesta a la fuerza de la célula.

Avances recientes han demostrado que los modelos actuales no capturan completamente las verdaderas propiedades mecánicas de estas proteínas. Por ejemplo, algunas proteínas pueden estirarse y cambiar de forma de maneras que no se contemplaron en modelos anteriores, que asumían que eran muy rígidas. Esto ha dificultado obtener una visión precisa de cómo las células interactúan físicamente con su entorno.

Muchos modelos anteriores trataban las superficies como si fueran completamente rígidas. Sin embargo, las superficies reales pueden cambiar de forma a un nivel diminuto, y esto puede afectar cómo se adhieren y se comportan las células. Por lo tanto, se vuelve evidente que es necesario comprender mejor las deformaciones locales en los materiales para entender cómo las células perciben las señales mecánicas.

Desarrollando un Nuevo Modelo para la Adhesión Celular

Para mejorar nuestra comprensión de cómo las células se adhieren a las superficies, se propuso un nuevo modelo que combina la estructura de los embragues moleculares con las respuestas de fuerza reales de las proteínas medidas en experimentos. Este modelo recientemente desarrollado no solo coincide bien con los datos experimentales existentes, sino que también ayuda a arrojar luz sobre la mecánica detrás de cómo funcionan los embragues moleculares individuales.

Los hallazgos sugieren que la elasticidad de las proteínas que componen estos embragues es esencial para cómo las células reaccionan a su entorno. El modelo indica que los embragues moleculares que operan cerca de una cierta tensión pueden cambiar entre diferentes estados, permitiendo comportamientos más complejos. Esta idea apunta a la posibilidad de que las células muestren diferentes respuestas mecánicas según su composición específica y las condiciones en las que se encuentren.

Hallazgos Clave del Nuevo Modelo

A través del uso de este nuevo modelo, los investigadores encontraron que:

  1. La mayoría de los embragues moleculares experimentan baja tensión, lo que permite que sus propiedades mecánicas se aproximen como conexiones elásticas simples.

  2. La elasticidad de las proteínas juega un papel significativo en la estabilidad y función de estos embragues en entornos suaves y rígidos.

  3. En superficies rígidas, las propiedades de los embragues moleculares podrían llevar a un tipo de comportamiento "bistable", lo que significa que la misma célula podría mostrar diferentes fuerzas de adhesión dependiendo de las condiciones precisas.

  4. Al variar la densidad de las proteínas y la carga mecánica, los investigadores notaron que estos embragues moleculares podían fortalecer o debilitar la adhesión celular, revelando cómo las células se adaptan durante diferentes fases de crecimiento o respuesta a lesiones.

Importancia de los Ligandos y las Interacciones Celulares

Otro aspecto crucial de la adhesión celular involucra las sustancias con las que las células interactúan en su entorno, conocidas como ligandos. Estos ligandos pueden influir fuertemente en cómo las células se adhieren y crecen. Por ejemplo, variar la concentración de un ligando específico, la Fibronectina, puede alterar significativamente cómo se comportan las células, desencadenando cambios en la densidad y organización de proteínas dentro de la célula.

Cuando los investigadores observaron células con diferentes niveles de fibronectina, notaron que la estructura y tamaño de las pilas de proteínas dentro de la célula podían cambiar. Aunque estos cambios en la densidad no fueron significativos, la variación en tamaño reveló una dependencia de la concentración de fibronectina, sugiriendo que ciertas condiciones podrían mejorar o disminuir la adhesión celular.

Bucles de Retroalimentación en el Comportamiento Celular

Las interacciones entre las proteínas de Miosina II, que juegan un papel en cómo las células tiran y se anclan, y los ligandos disponibles para ellas crean bucles de retroalimentación. Estos bucles son esenciales para entender cómo las células deciden moverse, adherirse o incluso cambiar de forma según su entorno. Por ejemplo, a medida que una célula siente una superficie más fuerte (por la presencia de más ligandos), puede aumentar la cantidad de proteínas de miosina II, mejorando así su capacidad de agarrarse a esa superficie.

Esta respuesta ilustra un nivel sofisticado de comunicación entre una célula y su entorno, permitiendo una rápida adaptabilidad según las condiciones externas. Tal adaptabilidad es crucial para procesos como la cicatrización de heridas o la formación de tejidos.

Conclusión

La capacidad de las células para sentir y responder a señales mecánicas es un aspecto fundamental de la biología. Al desarrollar modelos mejorados que toman en cuenta la elasticidad de las proteínas, las deformaciones locales en sus entornos y los roles de diferentes ligandos, los científicos se están acercando a entender la dinámica compleja del comportamiento celular. Este conocimiento no solo aumenta nuestra comprensión de las funciones biológicas básicas, sino que también tiene potenciales implicaciones para la ciencia médica, especialmente en los campos de la investigación del cáncer y la ingeniería de tejidos.

A medida que avanza la investigación, la exploración continua de estos mecanismos probablemente revelará incluso más conocimientos sobre cómo operan las células, cómo pueden influenciarse para comportarse de ciertas maneras y qué puede suceder cuando estos procesos fallan. En general, nuestra creciente comprensión de la mecanotransducción puede allanar el camino para avances en medicina, terapias regenerativas y el desarrollo de nuevos materiales que imiten mejor los sistemas biológicos naturales.

Fuente original

Título: Multistable mechanosensitive behavior of cell adhesion driven by actomyosin contractility and elastic properties of force-transmitting linkages.

Resumen: The ability of cells to sense the mechanical properties of their microenvironment is essential to many physiological processes. The molecular clutch theory has played an important role in explaining many mechanosensitive cell behaviors. However, its current implementations have limited ability to understand how molecular heterogeneity, such as adhesion molecules with different elasticities, regulates the mechanical response of cell adhesion. In this study, we developed a model incorporating the experimentally measured elastic properties of such proteins to investigate their influence on cell adhesion. It was found that the model not only could accurately fit previous experimental measurements of cell traction force and retrograde actin flow, but also predicted multistablility of cell adhesion as well as a feedback loop between the densities of the extracellular matrix proteins and contractile myosin II motors in living cells. The existence of such a feedback loop was successfully confirmed in experiments. Taken together, our study provides a theoretical framework for understanding how the mechanical properties of adaptor proteins, local substrate deformations and myosin II contractility affect cell adhesion across different cell types and physiological conditions.

Autores: Artem K Efremov, P. Liu, Q. Wang, M. Yao

Última actualización: 2024-06-13 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2023.09.04.554585

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2023.09.04.554585.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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