Adaptaciones microbianas en las bacterias asociadas a las abejas
Un estudio revela cómo las bacterias adaptan sus genomas en entornos florales.
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Los microorganismos, como las bacterias y hongos, adaptan sus genomas según los ambientes en los que viven. Cuando estos pequeños organismos dependen mucho de un huésped para sobrevivir, como los parásitos o simbiontes, sus genomas a menudo se reducen. Esto significa que pierden muchos genes que no necesitan porque su huésped les proporciona esas funciones.
Por ejemplo, los hongos Microsporidia son solo parásitos que viven dentro de sus huéspedes. Tienen genomas pequeños porque carecen de muchas vías metabólicas necesarias para descomponer azúcares y proteínas. Esta compactación también se observa en algunas bacterias que han desarrollado estilos de vida simbióticos similares. A medida que estas bacterias se adaptaron a vivir cerca de los huéspedes, perdieron genes que resultaron innecesarios, lo que llevó a genomas más pequeños y menos complejos.
Aparte de perder genes, algunas bacterias simbióticas presentan rasgos únicos, como cambios rápidos en sus secuencias de ADN o diferentes formas de codificar proteínas. Estas pérdidas a menudo resultan de una menor presión para mantener ciertas funciones, ya que el huésped proporciona lo que necesitan. En otros casos, podría deberse a la deriva genética aleatoria en un hábitat limitado, lo que conduce a menos oportunidades de intercambio genético con otros organismos.
Curiosamente, perder ciertos genes a veces puede dar una ventaja en un nuevo entorno. Por ejemplo, cuando las bacterias pierden genes que les ayudan a reparar ADN o unirse a células inmunitarias humanas, pueden volverse mejores para causar enfermedades o resistir tratamientos.
Recientemente, se identificó un grupo especial de bacterias lácticas, conocidas por sus formas inusuales de descomponer azúcares como la fructosa. Estas bacterias se encuentran a menudo en ambientes ricos en flores y frutas, donde visitan las Abejas. Aunque muchas de estas bacterias viven en los intestinos de las abejas, también pueden prosperar fuera de sus huéspedes. Su capacidad para utilizar eficientemente la fructosa significa que se han adaptado significativamente en comparación con sus parientes que prefieren la glucosa.
Un cambio crucial en estas bacterias asociadas a las abejas es la pérdida de un gen específico responsable de un tipo de fermentación. Debido a esta Pérdida de Genes, estas bacterias no pueden realizar fermentación alcohólica, que es común en muchos otros organismos. Muchas de estas bacterias lácticas fructofílicas también perdieron genes que son esenciales para metabolizar carbohidratos en su totalidad.
La pregunta sigue siendo: ¿ocurrieron estas pérdidas de genes porque las bacterias se adaptaron a alimentarse de flores, porque se adaptaron a vivir con abejas, o ambas? Para averiguarlo, los investigadores buscaron patrones de evolución entre estas bacterias. Descubrieron que una asociación con abejas probablemente evolucionó varias veces en diferentes linajes de bacterias, lo que llevó a pérdidas recurrentes de genes.
Estos investigadores utilizaron métodos avanzados para analizar los genomas de 369 especies de bacterias lácticas. Se centraron en identificar cuáles estaban vinculadas a abejas y flores y compararon sus genomas con especies no asociadas a abejas. Encontraron que las vinculadas a abejas tenían genomas más pequeños y menos genes codificantes de proteínas, lo que respalda la idea de que vivir cerca de los huéspedes a menudo conduce a una complejidad reducida en los genomas microbianos.
Además, esas bacterias asociadas a las abejas mostraron niveles más bajos de un componente específico del ADN, el contenido de GC, en comparación con sus parientes no abejas. Este componente suele estar reducido en bacterias simbióticas, y su ausencia es un distintivo de adaptaciones en estos organismos.
Uno de los hallazgos más significativos fue respecto al gen asociado con la fermentación alcohólica. La mayoría de las bacterias asociadas a las abejas carecen completamente de este gen o solo tienen una parte de él, lo que indica un cambio hacia la utilización de la fructosa. La ausencia de este gen se alinea con la noción de que estas bacterias han evolucionado para prosperar en entornos donde la fructosa es abundante.
Para investigar más, los investigadores utilizaron técnicas de aprendizaje automático para determinar si ciertos marcadores genéticos podían predecir si una especie bacteriana estaba asociada a abejas. Lograron un alto nivel de precisión en estas predicciones, mostrando el papel crítico de ciertos genes, incluido el gen relacionado con la fermentación, en esta clasificación.
La pérdida de genes esenciales no se limitó a solo un linaje; se observaron patrones similares en varias especies distantes. Esto indica que las adaptaciones resultantes de la pérdida de estos genes no fueron causadas únicamente por un ancestro compartido, sino que surgieron de presiones ecológicas similares experimentadas en ambientes asociados a abejas.
Los investigadores también abordaron la pregunta de si estas pérdidas de genes fueron útiles o simplemente consecuencias aleatorias de vivir en un nuevo entorno. Algunas pérdidas claramente tuvieron beneficios relacionados con el metabolismo de azúcares, mientras que otras pudieron haber ocurrido simplemente debido a presiones de selección más relajadas.
En resumen, el estudio de las bacterias lácticas asociadas a las abejas ilustra cómo los microorganismos pueden adaptarse a nivel genómico para prosperar en sus entornos específicos. El proceso de pérdida de genes parece conectar a estas bacterias mientras evolucionan independientemente en configuraciones ecológicas similares, llevando a una notable convergencia en sus estrategias metabólicas.
Cambios Evolutivos en Microorganismos Florales
Para comprender mejor cómo los genomas microbianos se moldean por los entornos que habitan, los investigadores examinaron las circunstancias específicas que rodean la adaptación de las bacterias lácticas a flores y abejas. Estas bacterias fueron elegidas porque estudios previos sugirieron que a menudo prosperan en entornos donde abejas y plantas con flores interactúan.
Los investigadores empezaron recopilando datos de una amplia gama de bacterias pertenecientes a la familia Lactobacillaceae. Crearon un árbol de la vida que mostraba las relaciones entre estas especies basado en datos genómicos. Al visualizar estas relaciones, pudieron entender con qué frecuencia ocurrían adaptaciones en respuesta al entorno floral.
En su análisis, los investigadores se centraron en cómo estas bacterias asociadas a abejas y flores mostraban características genómicas distintas en comparación con sus parientes no asociados. Encontraron que un número significativo de bacterias se aisló de entornos florales, reflejando el cambio ecológico hacia estos nichos.
Entre los grupos identificados, se revelaron cuatro linajes mayores de bacterias que mostraban una fuerte conexión con los hábitats relacionados con las abejas. Además, había varias especies individuales que también mostraron una conexión similar. Al observar la frecuencia de estas asociaciones, los investigadores sugirieron que múltiples cambios independientes hacia estilos de vida asociados a abejas habían ocurrido a lo largo de su historia evolutiva.
Los investigadores también notaron que estas bacterias asociadas a las abejas consistentemente tenían tamaños de genoma más pequeños en comparación con otras. Esta tendencia de reducción del genoma apoya la idea de que cuando los microorganismos se vuelven dependientes de un huésped o ambiente específico, sus genomas pueden volverse más optimizados, desechando genes innecesarios.
Al mismo tiempo, los investigadores encontraron niveles reducidos de un componente genético clave, el contenido de GC, en las bacterias asociadas a las abejas. Esta reducción a menudo se relaciona con una menor complejidad metabólica y podría reflejar la pérdida de funciones que ya no son necesarias debido a la dependencia de recursos florales o derivados de huéspedes.
Una característica prominente de estas bacterias asociadas a las abejas es la ausencia del gen vinculado a la producción de fermentación alcohólica. Esta ausencia marca un cambio significativo en las capacidades metabólicas y subraya la adaptación a entornos ricos en fructosa. La pérdida de este gen parece correlacionarse con la preferencia única que tienen estas bacterias por la fructosa sobre la glucosa.
Los investigadores emplearon métodos estadísticos avanzados para mostrar que había una relación significativa entre la presencia de genes específicos relacionados con Funciones Metabólicas y la asociación con hábitats de abejas. Este análisis confirmó que muchos de los genes esenciales para el metabolismo de carbohidratos se habían perdido en bacterias que viven en entornos florales.
Al observar la historia evolutiva de estas especies microbianas, los investigadores concluyeron que las pérdidas de genes significativas probablemente ocurrieron en puntos específicos de su evolución. Esto sugirió que a medida que estas bacterias se adaptaron a sus nuevos entornos, perdieron la capacidad de realizar ciertas funciones que ya no eran necesarias para su supervivencia.
En su evaluación final, los investigadores reconocieron la importancia de comprender los mecanismos evolutivos que impulsan tales adaptaciones. Destacaron cómo las especies microbianas pueden exhibir patrones similares de pérdida de genes y reconfiguración metabólica, incluso cuando no están estrechamente relacionadas, debido a presiones ambientales similares.
Este trabajo no solo ilumina las complejas relaciones entre microbios, sus entornos y sus huéspedes, sino que también enfatiza las posibles implicaciones para la salud ecológica y el papel de los microorganismos en las interacciones planta-polinador.
Conclusión: El Impacto de las Asociaciones Ecológicas en la Evolución Microbiana
El estudio y la comprensión de cómo los microorganismos se adaptan a sus alrededores ecológicos proporcionan valiosas ideas sobre sus procesos evolutivos. Los hallazgos sobre las bacterias lácticas que se asocian con abejas y entornos florales revelan los efectos transformadores de las relaciones ecológicas en los genomas microbianos y sus funciones.
A través del examen de diversas especies bacterianas, los investigadores pudieron identificar patrones distintos de pérdida de genes que se alinean con adaptaciones a entornos específicos. Estos cambios destacan el delicado equilibrio entre microorganismos y sus hábitats, que impulsa sus trayectorias evolutivas.
La investigación subraya cómo los cambios en las asociaciones ecológicas conducen a notables cambios en las funciones metabólicas y características genéticas. Al centrarse en las bacterias lácticas fructofílicas, los investigadores ilustraron que ciertos rasgos, como la pérdida de la fermentación alcohólica, surgieron como adaptaciones cruciales a nuevos nichos ecológicos ricos en fructosa.
En última instancia, este trabajo contribuye a una comprensión más amplia de la evolución microbiana y apoya la idea de que las presiones ecológicas pueden moldear los genomas y las capacidades metabólicas de maneras significativas. A medida que los ecosistemas continúan evolucionando y cambiando con el tiempo, el papel de los microorganismos en estos procesos sigue siendo esencial, afectando todo, desde el reciclaje de nutrientes hasta la salud de las plantas y las interacciones animales.
Al reconocer los mecanismos detrás de las adaptaciones microbianas, los científicos pueden apreciar mejor la importancia de preservar el equilibrio ecológico y entender cómo evolucionan los organismos a lo largo del tiempo. Este conocimiento es crucial para abordar desafíos como la pérdida de biodiversidad y los impactos del cambio ambiental en los ecosistemas.
Título: Convergent reductive evolution in bee-associated lactic acid bacteria
Resumen: AbstractDistantly related organisms may evolve similar traits when exposed to similar environments or engaging in certain lifestyles. Several members of the Lactobacillaceae (LAB) family are frequently isolated from the floral niche, mostly from bees and flowers. In some floral LAB species (henceforth referred to as bee- associated), distinctive genomic (e.g., genome reduction) and phenotypic (e.g., preference for fructose over glucose or fructophily) features were recently documented. These features are found across distantly related species, raising the hypothesis that specific genomic and phenotypic traits evolved convergently during adaptation to the floral environment. To test this hypothesis, we examined representative genomes of 369 species of bee-associated and non-bee-associated LAB. Phylogenomic analysis unveiled seven independent ecological shifts towards the floral niche in LAB. In these bee-associated LAB, we observed pervasive, significant reductions of genome size, gene repertoire, and GC content. Using machine leaning, we could distinguish bee-associated from non-bee-associated species with 94% accuracy, based on the absence of genes involved in metabolism, osmotic stress, or DNA repair. Moreover, we found that the most important genes for the machine learning classifier were seemingly lost, independently, in multiple bee-associated lineages. One of these genes, adhE, encodes a bifunctional aldehyde-alcohol dehydrogenase associated with the evolution of fructophily, a rare phenotypic trait that was recently identified in many floral LAB species. These results suggest that the independent evolution of distinctive phenotypes in bee- associated LAB has been largely driven by independent loss of the same set of genes. ImportanceSeveral lactic acid bacteria (LAB) species are intimately associated with bees and exhibit unique biochemical properties with potential for food applications and honeybee health. Using a machine-learning based approach, our study shows that adaptation of LAB to the bee environment was accompanied by a distinctive genomic trajectory deeply shaped by gene loss. Several of these gene losses occurred independently in distantly related species and are linked to some of their unique biotechnologically relevant traits, such as the preference of fructose over glucose (fructophily). This study underscores the potential of machine learning in identifying fingerprints of adaptation and detecting instances of convergent evolution. Furthermore, it sheds light onto the genomic and phenotypic particularities of bee-associated bacteria, thereby deepening the understanding of their positive impact on honeybee health.
Autores: Carla Gonçalves, A. Pontes, M.-C. Harrison, A. Rokas, C. Goncalves
Última actualización: 2024-07-03 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.06.28.601270
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.06.28.601270.full.pdf
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