Vacunas e Inmunidad: Lo Que Necesitas Saber
Una visión general de las vacunas contra el COVID-19, la inmunidad y la importancia de las dosis de refuerzo.
Rhys H. Parry, Yingjun Shang, Julian D.J. Sng, Christopher L. D. McMillan, Naphak Modhiran, Alberto A. Amarilla, Ariel Isaacs, Benjamin Liang, David A. Muller, Daniel Rawle, Andreas Suhrbier, Stevie Anderson, Samuel Kelly, Daniel Watterson, Lucy D. Burr, Alexander A. Khromykh
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La pandemia de COVID-19 ha sido una llamada de atención seria para todos nosotros, y ha obligado al mundo a prestar mucha atención a las Vacunas y cómo nos ayudan a combatir este virus molesto. Cuando nos vacunamos o nos recuperamos de una infección, nuestro cuerpo activa un sistema de defensa llamado inmunidad adaptativa. Este sistema lleva la cuenta de qué tan protegidos estamos contra el COVID-19, y ahora los investigadores están indagando cuánto dura esa protección después de vacunarnos o contagiarnos.
Imagina que tienes un jardín. Cuando lo riegas, esperas que las plantas crezcan sanas y fuertes. De manera similar, cuando nos vacunamos, nuestros cuerpos producen cosas llamadas Anticuerpos, que actúan como pequeños jardineros. Ellos entran en acción para ayudarnos a mantenernos sanos neutralizando el virus. Después de que nos vacunamos o nos recuperamos del COVID-19, nuestros cuerpos producen diferentes tipos de anticuerpos, como IgG, IgA e IgM, para luchar contra el virus.
Por lo general, toma alrededor de 15 días después de la infección para que nuestros cuerpos demuestren que están resistiendo al crear anticuerpos. Los niveles de anticuerpos alcanzan su punto máximo alrededor de 18-20 días después de la infección. Los anticuerpos funcionan al aferrarse al virus y evitar que entre en nuestras células, como un portero en un club que revisa las identificaciones.
En Australia, dos vacunas fueron las primeras aprobadas para ayudarnos contra el COVID-19: la vacuna de Pfizer y la de Oxford/AstraZeneca. La vacuna de Pfizer usa tecnología de ARN para enseñarle a nuestros cuerpos a reconocer el virus, mientras que la vacuna de AstraZeneca utiliza un virus inofensivo para entregar una parte de la proteína espiga del COVID-19 a nuestro Sistema Inmunológico.
Se administran dos dosis, generalmente separadas por unas 8-12 semanas, para AstraZeneca, mientras que las dosis de Pfizer suelen darse con un intervalo de 4-8 semanas. Después de la segunda dosis, los niveles de anticuerpos aumentan significativamente en unas pocas semanas. Sin embargo, hemos notado que la inmunidad puede disminuir con el tiempo, con algunos estudios sugiriendo que la protección contra enfermedades severas se mantiene relativamente fuerte incluso después de seis meses.
Pero, a medida que aparecen nuevas Variantes del virus, algunas de ellas vienen equipadas con pequeñas mutaciones astutas que les ayudan a evadir nuestro sistema inmunológico. Por ejemplo, se encontró que la variante Alpha se propagaba mucho mejor que el virus original. Más tarde, aparecieron variantes como Delta y Omicron, y trajeron su propio conjunto de mutaciones a la fiesta, haciendo que fuera más difícil para nuestro sistema inmunológico mantenerse al día.
Esto significa que después de las vacunas iniciales, todavía necesitamos monitorear qué tan bien están funcionando. Y sí, al igual que revisar tu jardín para ver qué necesita ser regado, los investigadores están constantemente echando un vistazo a cómo cambian nuestras respuestas inmunitarias con el tiempo, especialmente con estas nuevas variantes que llegan y alteran las cosas.
Además de monitorear nuestras respuestas inmunitarias, los científicos también han comenzado a aplicar dosis de refuerzo: son un poco como añadir fertilizante a ese jardín que mencionamos antes. Al recibir una dosis de refuerzo, podemos ayudar a nuestros sistemas inmunológicos a volverse más fuertes y estar mejor preparados para combatir estas nuevas variantes. Es como darle a nuestro sistema inmunológico una pequeña charla motivacional.
Para averiguar qué tan bien funcionan estas vacunas, los investigadores en Australia tomaron muestras de sangre de trabajadores de la salud y otros participantes que recibieron diferentes combinaciones de vacunas a lo largo del tiempo. Querían entender cuántos anticuerpos se producían y cuán efectivos eran esos anticuerpos para neutralizar el virus. Incluso miraron a personas que se habían recuperado del COVID-19 para ver si eso añadía protección extra - un concepto conocido como inmunidad híbrida.
Cuando midieron los niveles de anticuerpos en las muestras de sangre, vieron que aquellos que estaban completamente vacunados tenían una buena cantidad de anticuerpos contra el virus. Sin embargo, cuando probaron la efectividad de esos anticuerpos contra las variantes más nuevas como Delta y Omicron, encontraron que los niveles eran más bajos.
Entonces, ¿cuál es la conclusión? Las vacunas están haciendo un gran trabajo manteniéndonos a salvo, pero necesitamos estar alertas a medida que surgen nuevas variantes y asegurarnos de que estamos recibiendo esos refuerzos para mantener nuestro sistema inmunológico en forma de combate.
Vacunas y Su Papel en Nuestro Sistema de Defensa
Las vacunas que usamos hoy son como compañeros de superhéroes para nuestro sistema inmunológico. Ayudan a entrenarlo para reconocer y combatir el COVID-19 antes de que el virus pueda hacerte sentir mal.
Cuando recibes la vacuna, introduce partes del virus, como la proteína espiga, en tu cuerpo. Esto es como mostrar un cartel de "se busca" a tu sistema inmunológico. Tu cuerpo aprende a reconocer el virus cuando luego intenta invadir.
Imagina que tu sistema inmunológico es un ejército, y las vacunas preparan a los soldados (los anticuerpos) para buscar al enemigo (el virus) y derrotarlo rápidamente. Pero después de un tiempo, los soldados pueden olvidar la cara del enemigo si no lo han visto recientemente. ¡Por eso las dosis de refuerzo son importantes: refrescan la memoria de los soldados!
Sin embargo, las nuevas variantes, como las variantes Delta y Omicron, pueden complicar las cosas. Estas variantes tienen ligeros cambios en sus proteínas espiga, lo que podría permitirles escabullirse por las defensas inmunológicas construidas por las vacunas originales. Aunque una dosis de refuerzo puede mejorar nuestras defensas nuevamente, sigue siendo importante seguir estudiando qué tan efectivas son nuestras vacunas contra estas variantes.
La Ciencia Detrás de las Vacunas
Entonces, ¿cómo probamos qué tan bien funcionan estas vacunas? Los investigadores recolectan muestras de sangre de personas que han sido vacunadas y luego inundan esas muestras con el virus en un entorno de laboratorio. Esta prueba les ayuda a ver cuán efectivas son las anticuerpos para neutralizar el virus.
También prueban las vacunas en células en laboratorios para observar cómo se comporta el virus cuando se encuentra con la respuesta inmunológica creada por la vacuna. Es como realizar un experimento científico para ver qué tan bien funcionan las defensas de nuestro cuerpo.
Cuando los investigadores encuentran que ciertas combinaciones de vacunas crean más anticuerpos, comparten esta información para ayudar a los funcionarios de salud pública a tomar decisiones sobre cuáles vacunas son las mejores para usar y cuándo dar las dosis de refuerzo.
¡Es como asegurarse de que tu jardín tenga la mezcla adecuada de plantas para asegurarte de que florezca maravillosamente!
¿Qué pasa con las Variantes?
Las variantes de COVID-19 son la forma en que el virus intenta burlar a nuestros sistemas inmunológicos. Con cada infección que pasa, el virus puede mutar: piensa en ello como el virus probándose nuevos disfraces.
La primera variante reconocida como "variante de preocupación" fue la variante Alpha. Esta variante mostró que podía propagarse más fácilmente que las versiones anteriores del virus. Luego siguieron más variantes, como Delta y Omicron.
Delta fue especialmente complicada porque era mucho mejor para escapar de los anticuerpos producidos por las vacunas y las infecciones previas. Como si eso no fuera suficiente, Omicron mostró incluso más mutaciones, tratando de darle a nuestros sistemas inmunológicos el desliz.
Los investigadores necesitan mantener un ojo estrecho en estas variantes para estar preparados. Estudian la proteína espiga de estas variantes para averiguar qué tan bien aún las reconocen nuestros anticuerpos. Es un juego constante de gato y ratón entre nuestro sistema inmunológico y el virus.
Dosis de Refuerzo: Un Poco de Amor Extra
La introducción de dosis de refuerzo ha sido un cambio de juego en la batalla contra el COVID-19. Después de recibir una vacuna, la inmunidad puede disminuir lentamente con el tiempo, y queremos asegurarnos de no quedarnos atrás.
Piensa en una dosis de refuerzo como un curso de actualización para tu sistema inmunológico. Le recuerda a tu cuerpo cómo reconocer y combatir el virus. En muchos casos, se ha demostrado que una tercera o incluso una cuarta dosis puede aumentar significativamente los niveles de anticuerpos y mejorar nuestra protección contra variantes más nuevas.
El Futuro de las Vacunas
La investigación sobre las vacunas contra el COVID-19 no se detiene aquí. Los científicos están aprendiendo y adaptándose constantemente a los cambios que presenta el virus. Están explorando nuevas formas de hacer las vacunas aún más efectivas.
Esto incluye la posibilidad de desarrollar vacunas que apunten a múltiples variantes o cepas a la vez. Es como preparar un sistema de defensa definitivo para abordar todos los diferentes disfraces que el virus puede usar.
A medida que avanzamos en este camino, es importante que todos estén informados sobre las recomendaciones de vacunas y se aseguren de vacunarse y recibir refuerzos cuando sean elegibles.
Conclusión
En resumen, las vacunas contra el COVID-19 han jugado un papel importante en nuestra lucha colectiva contra el virus. Aunque hemos tenido un gran éxito en crear una fuerte respuesta inmunológica, debemos seguir alerta a medida que surgen nuevas variantes.
Las dosis de refuerzo, la investigación continua y la adaptabilidad en nuestro enfoque son esenciales para mantenernos seguros y saludables. Con estos esfuerzos, podemos seguir protegiéndonos a nosotros mismos y a la comunidad del COVID-19 y esperar un futuro más brillante.
Así que, mantén un ojo en tu jardín y asegúrate de que esas vacunas estén haciendo su trabajo. ¡Feliz jardinería y mantente a salvo!
Título: Vaccine-induced and hybrid immunity against SARS-CoV-2 variants of concern in two cohorts in Queensland, Australia (2021-2022).
Resumen: The spike glycoprotein of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) is the main target for vaccine development, as antibodies generated against the spike protein are the most immunodominant and neutralizing against the virus. However, variants of concern (VOC), often containing multiple mutations within neutralizing epitopes, confer immune evasion of the response generated by current SARS-CoV-2 vaccines. To assess the immunogenicity and virus-neutralisation ability of antibodies induced by individual or combination of Vaxzevria (AstraZeneca: AZ) and Comirnaty (Pfizer: PZ) vaccines and of a hybrid immunity induced in people who were also infected with SARS-CoV-2, longitudinal sera samples of participants recruited through the David Serisier Research biobank (Mater Research Hospital) or at the University of Queensland were collected. ELISA with a panel of purified Spike proteins from ancestral, alpha, delta and omicron BA.1 and BA.2 VOCs showed significantly (by [~]2 to 6-fold) reduced IgG antibody titres against Spike proteins from Omicron BA.1 and BA.2 compared to ancestral strain regardless of the number of vaccinations or presence of infection. Neutralisation assays showed reduced activity against delta and omicron BA.1, BA.5 and BA.5 VOCs. However, the differences were in general less pronounced than in the ELISA assay and some were not statistically significant, particularly after four (two AZ and two PZ) vaccinations. We also generated by circular polymerase extension reaction an attenuated SARS-CoV-2 strain with deletion of all accessory genes, ORF 3, 6, 7 and 8, based on the ancestral (QLD02) virus backbone (QLD02{Delta}3678) and validated it in virus-neutralization assays with our panel of sera samples. We showed the attenuation of the QLD02{Delta}3678 virus in Vero E6 and human Caco2 cells. We demonstrated that neutralization assays with the wild-type QLD02 virus and QLD02{Delta}3678 virus were concordant, providing a safe platform for neutralisation assays in BSL2/PC2 settings.
Autores: Rhys H. Parry, Yingjun Shang, Julian D.J. Sng, Christopher L. D. McMillan, Naphak Modhiran, Alberto A. Amarilla, Ariel Isaacs, Benjamin Liang, David A. Muller, Daniel Rawle, Andreas Suhrbier, Stevie Anderson, Samuel Kelly, Daniel Watterson, Lucy D. Burr, Alexander A. Khromykh
Última actualización: 2024-11-12 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.11.11.623100
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.11.11.623100.full.pdf
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