El Costo Oculto para la Salud de la Incarceración
La cárcel causa problemas de salud duraderos, afectando el deterioro cognitivo y el bienestar general.
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Tabla de contenidos
- Riesgos de Salud Después de la Liberación
- Enfoque en el Declive Cognitivo
- El Papel de la Genética
- Combinando Encarcelación y Genética
- Evaluando la Salud Cognitiva
- Examinando el Genotipo APOE-ε4
- Analizando los Datos
- Impacto de la Encarcelación en la Salud Cognitiva
- Examinando la Interacción de Riesgos
- Inicio Temprano de Problemas Cognitivos
- Conclusión
- Fuente original
La encarcelación, o estar en prisión, tiene efectos serios en la salud de las personas. Estos efectos pueden llevar a problemas de salud tanto físicos como mentales. La investigación muestra que estar en prisión puede empeorar problemas de salud existentes y puede crear nuevos desafíos debido al ambiente estresante de las prisiones, como la violencia y la falta de atención médica adecuada. Estos problemas pueden durar mucho después de que alguien salga de prisión, afectando sus vidas y salud en sus comunidades.
Riesgos de Salud Después de la Liberación
Cuando las personas salen de prisión, enfrentan un mayor riesgo de morir por ciertas causas, como sobredosis de opioides, suicidio y homicidio. Los estudios indican que muchas de las muertes ocurren poco después de la liberación, ya que este tiempo es particularmente peligroso para los exreclusos. Sin embargo, los efectos a largo plazo de la encarcelación en la salud, especialmente de condiciones crónicas, no están tan bien documentados. Muchos exreclusos viven los peligros inmediatos para la salud después de salir, pero luego luchan con los mismos problemas de salud a largo plazo que se ven en la población general, como cáncer y enfermedades cardíacas.
Enfoque en el Declive Cognitivo
Un área que necesita más atención es cómo la encarcelación puede afectar las Enfermedades neurodegenerativas, que llevan al declive cognitivo y problemas como el Alzheimer. La investigación actual sugiere que los exreclusos son más propensos a experimentar problemas cognitivos en comparación con aquellos que nunca han estado encarcelados. Esto probablemente se deba a varios factores de riesgo que enfrentan los exreclusos, incluidos altos niveles de estrés y una falta de apoyo social y estabilidad.
El Papel de la Genética
La genética también juega un papel en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Por ejemplo, el gen APOE está vinculado con la enfermedad de Alzheimer. Las personas que tienen ciertas variantes de este gen, especialmente el alelo APOE-ε4, tienen un riesgo mucho mayor de declive cognitivo. Cuantas más copias de este alelo tenga una persona, mayor será su riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
A pesar de los fuertes factores genéticos, las influencias ambientales, como las que se experimentan durante la encarcelación, también pueden afectar los Resultados de Salud. Varios estilos de vida y condiciones de salud, como la educación, la salud mental y el compromiso social, están todos vinculados al riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Ciertos grupos, particularmente aquellos de orígenes minoritarios, enfrentan un mayor riesgo de estos problemas de salud, en parte porque están sobrerrepresentados en el sistema penitenciario.
Combinando Encarcelación y Genética
Este estudio analiza cómo la experiencia de estar encarcelado y el riesgo genético del alelo APOE-ε4 afectan juntos la probabilidad de Deterioro Cognitivo. Se consideran cuatro escenarios posibles:
- Los riesgos genéticos son el principal factor que afecta el deterioro cognitivo.
- Los riesgos ambientales, como los de la encarcelación, son más influyentes.
- Tanto los riesgos genéticos como los ambientales juegan un papel independiente en el deterioro cognitivo.
- Los riesgos genéticos y ambientales se combinan para crear un mayor riesgo.
La investigación utiliza datos de un estudio nacional de adultos mayores, recogiendo información sobre su salud, detalles demográficos e historial de encarcelación.
Evaluando la Salud Cognitiva
Para evaluar la salud cognitiva, los participantes en el estudio completaron una entrevista telefónica que evaluaba diferentes áreas de la función cognitiva, como la memoria, el razonamiento y el estado mental general. Basado en sus puntuaciones, se clasificó a los individuos en diferentes niveles de salud cognitiva.
Además, los participantes informaron si alguna vez habían estado encarcelados. Alrededor del 10% de los participantes del estudio tenían un historial de encarcelación, lo que coincide con estimaciones nacionales.
Examinando el Genotipo APOE-ε4
El estudio evaluó el riesgo genético observando cuántas copias del alelo APOE-ε4 portaban los participantes. Los individuos con más copias de este alelo tienen un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y enfermedad de Alzheimer.
El estudio incluye una variedad de factores, como edad, raza, sexo e historial médico, para asegurar que los hallazgos sean precisos y consideren el impacto de estas otras variables.
Analizando los Datos
Los investigadores utilizaron modelos estadísticos para estimar cómo tanto la encarcelación a lo largo de la vida como el estado genético afectan el riesgo de deterioro cognitivo. Encontraron que portar el alelo APOE-ε4 aumentaba significativamente el riesgo de problemas cognitivos. Específicamente, el riesgo crecía con el número de copias del alelo:
- Una copia del alelo llevó a un aumento del 12% en el riesgo.
- Dos copias resultaron en un aumento del 48% en el riesgo.
Al considerar ambos factores juntos, los resultados mostraron que tanto los riesgos genéticos como los ambientales operan de manera independiente.
Impacto de la Encarcelación en la Salud Cognitiva
Se encontró que la encarcelación en sí misma también aumentaba significativamente el riesgo de deterioro cognitivo. Los participantes que habían estado encarcelados tenían 1.5 veces más probabilidades de experimentar problemas cognitivos en comparación con aquellos que nunca habían estado encarcelados. Este nivel de riesgo era similar al de quienes tenían dos copias del alelo APOE-ε4. Además, los individuos con un historial de encarcelación tendían a desarrollar deterioro cognitivo aproximadamente una década antes que sus compañeros que no habían estado encarcelados.
Examinando la Interacción de Riesgos
El estudio también consideró si la combinación de un historial de encarcelación y el riesgo genético crearía un nivel elevado de riesgo. Sin embargo, los investigadores no encontraron evidencia de que estar encarcelado interactuara con el alelo APOE-ε4 para producir un riesgo extra de deterioro cognitivo. En cambio, ambos factores contribuyeron con su propio nivel de riesgo sin amplificarse mutuamente.
Inicio Temprano de Problemas Cognitivos
La investigación mostró que los individuos con el alelo APOE-ε4 tenían un inicio más temprano de deterioro cognitivo. Esto significa que aquellos en riesgo genético eran más propensos a mostrar signos de problemas cognitivos más pronto. La edad promedio a la que se notó por primera vez el deterioro cognitivo fue menor para aquellos con una o dos copias del alelo.
De la misma manera, aquellos que habían estado encarcelados también mostraron signos de declive cognitivo a una edad más temprana. Este hallazgo resalta el impacto significativo que la encarcelación puede tener en la salud cognitiva, ya que estaba asociado con una diferencia de casi diez años en la edad de inicio en comparación con aquellos sin historial de encarcelación.
Conclusión
A medida que las personas envejecen, el declive cognitivo puede preceder a condiciones como la enfermedad de Alzheimer. Este estudio destaca dos importantes factores de riesgo: el genotipo APOE-ε4 y un historial de encarcelación. Ambos están vinculados a un mayor riesgo de deterioro cognitivo, pero lo hacen de manera independiente.
Aunque ambos factores conducen a niveles similares de riesgo, no interactúan de una manera que suma al riesgo. Esto significa que los esfuerzos para entender y abordar el declive cognitivo deben considerar tanto la predisposición genética como las influencias ambientales, como las experiencias de encarcelación.
La encarcelación no es solo un problema legal; tiene impactos duraderos en la salud y el bienestar. Abordar estos factores podría llevar a mejores resultados de salud para los exreclusos y ayudar a reducir las disparidades en la salud cognitiva en el futuro. A medida que avanzamos, será crucial explorar cómo la experiencia de encarcelación afecta la salud con mayor detalle, especialmente a medida que la población envejece y crece el número de prisioneros mayores. Entender esta relación es vital para mejorar los resultados de salud y abordar las necesidades de las poblaciones vulnerables.
Título: History of incarceration and age-related cognitive impairment: Testing models of genetic and environmental risk in longitudinal panel study of older adults.
Resumen: History of incarceration is associated with an excess of morbidity and mortality. While the incarceration experience itself comes with substantive health risks (e.g., injury, psychological stress, exposure to infectious disease), most inmates eventually return to the general population where they will be diagnosed with the same age-related conditions that drive mortality in the non-incarcerated population but at exaggerated rates. However, the interplay between history of incarceration as a risk factor and more traditional risk factors for age-related diseases (e.g., genetic risk factors) has not been studied. Here, we focus on cognitive impairment, a hallmark of neurodegenerative conditions like Alzheimers disease, as an age-related state that may be uniquely impacted by the confluence of environmental stressors (e.g., incarceration) and genetic risk factors. Using data from the Health and Retirement Study, we found that incarceration and APOE-{varepsilon}4 genotype (i.e., the chief genetic risk factor for Alzheimers disease) both constituted substantive risk factors for cognitive impairment in terms of overall risk and earlier onset. The observed effects were mutually independent, however, suggesting that the risk conveyed by incarceration and APOE-{varepsilon}4 genotype operate across different risk pathways. Our results have implications for the study of criminal justice contact as a public health risk factor for age-related, neurodegenerative conditions.
Autores: Peter T. Tanksley, M. W. Logan, J. C. Barnes
Última actualización: 2023-06-27 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.06.26.23291910
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.06.26.23291910.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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