Aprendiendo de una rana: Tomando decisiones en acción
Una mirada a cómo el movimiento influye en la toma de decisiones usando un juego virtual de ranas.
Davide Nuzzi, Paul Cisek, Giovanni Pezzulo
― 7 minilectura
Tabla de contenidos
Cada día, tomamos un montón de decisiones que nos obligan a sopesar nuestras opciones con cuidado. Piénsalo: cuando estás en una calle llena de gente, ¿te mueves a la izquierda para evitar a ese patinador despistado o sigues tu camino original? O imagina que estás organizando un picnic y necesitas decidir dónde poner los sándwiches y las bebidas. Estas tareas simples requieren una serie de elecciones, donde a menudo equilibramos las ganancias inmediatas con los beneficios a largo plazo.
En el mundo de la ciencia, los investigadores han comenzado a indagar en cómo tomamos estas decisiones, especialmente en situaciones donde nuestros cuerpos están activamente involucrados-lo que ellos llaman "decisiones incorporadas". Pero aquí viene lo interesante: la mayoría de los estudios se han centrado en decisiones que no están ligadas a acciones físicas. Es como intentar resolver un rompecabezas mientras estás sentado en el sofá sin ver ninguna pieza.
Pero, ¿qué pasa cuando ponemos a las personas en una situación donde tienen que tomar decisiones rápidas mientras se mueven? Para averiguarlo, algunos investigadores ingeniosos diseñaron un experimento divertido donde los participantes controlaban una rana virtual. Esta rana tenía una misión importante: cruzar ríos saltando sobre piedras. Suena fácil, ¿verdad? Bueno, las piedras estaban colocadas de tal manera que requería que los jugadores decidieran entre saltos seguros hacia piedras más grandes y saltos arriesgados hacia piedras más pequeñas. ¡Podrías decir que la rana estaba en un salto de fe!
La Configuración
Imagina un juego en 3D donde eres una rana con la misión de llegar a una plataforma objetivo marcada con una bandera roja brillante. Comienzas en una plataforma elevada segura, pero el camino por delante está lleno de opciones. Tienes que saltar a través de una serie de piedras, esperando encontrar el mejor camino hacia tu destino.
En este juego, cada salto presenta una elección: hacer un salto “seguro” hacia una piedra más grande o dar un salto “arriesgado” hacia una más pequeña. Los investigadores crearon múltiples niveles de dificultad, con saltos que requerían que los jugadores pensaran en la distancia a su objetivo y el ángulo de sus saltos. ¿El objetivo? Llegar a la bandera en la menor cantidad de saltos posible. Sin presión, ¿verdad?
¿Quién Jugó?
El experimento involucró a 40 valientes participantes, con edades entre 18 y 40 años. Todos tuvieron que aceptar jugar este juego de ranas antes de empezar. El juego estaba diseñado para funcionar sin problemas e incluso tenía algunas características geniales, como reiniciar desde la última piedra si caías al agua. ¡Habla de una rana indulgente!
Saltando a la Acción
A medida que los jugadores saltaban, tenían que considerar dos factores principales: la longitud de su camino y el ángulo de su salto. Los investigadores querían averiguar si la gente era más propensa a elegir un salto arriesgado si conducía a un camino más corto y un mejor ángulo hacia el objetivo.
Para averiguarlo, observaron a los jugadores y registraron con qué frecuencia elegían los saltos arriesgados. ¿Y qué descubrieron? Los participantes eran mucho más propensos a lanzarse a un salto arriesgado cuando el camino era más corto y el ángulo justo. Pero si la distancia era más larga o el ángulo no era el adecuado, los jugadores tendían a quedarse con la opción más segura. Es como si los jugadores tuvieran una pequeña vocecita interna susurrando: “¡Ve a lo seguro! ¡No seas un temerario, rana!”
La Influencia del Movimiento
Ahora, aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Los investigadores no se detuvieron solo en observar las decisiones iniciales; querían entender cómo el movimiento afectaba las elecciones. Notaron que la dirección actual de los jugadores influía en sus decisiones sobre qué piedra saltar a continuación. Si se movían de cierta manera, podrían sentirse obligados a elegir un salto que mantuviera ese movimiento.
Es como cuando estás caminando por la calle y ves algo a la izquierda que atrae tu atención. Si ya te estás inclinando hacia ese lado, es mucho más fácil cambiar y mirarlo en lugar de retroceder o girar de manera torpe. Esta toma de decisiones incorporada fue evidente durante el juego de la rana, mostrando que la forma en que las personas se movían podía moldear sus elecciones.
Planificando Adelante
Curiosamente, antes de hacer su primer salto, los jugadores pasaron un momento valorando la situación. Este tiempo de planificación previa fue crucial. Cuanto más pensaban en su salto, mejor tendía a ser el camino que elegían. De alguna manera, esto era como ver a alguien estudiar un tablero de ajedrez antes de hacer su movimiento. Aquellos que se tomaron un momento para pensar parecían hacer elecciones más inteligentes, necesitando menos saltos para alcanzar el objetivo.
Toma de Decisiones Continua
Los participantes no solo dejaron de planificar después de ese primer salto. No, continuaron deliberando mientras se movían a través de las piedras. Planificar y actuar se volvieron entrelazados, creando una especie de baile entre pensamiento y acción. Si los jugadores se ralentizaban antes de un punto de decisión, indicaba que estaban sopesando opciones.
Este fue un momento revelador para los investigadores-se dieron cuenta de que en la vida real, rara vez tomamos decisiones en línea recta. A menudo nos adaptamos y cambiamos de opinión "sobre la marcha". El juego de la rana reflejó este comportamiento natural, enfatizando cuán estrechamente están vinculados la acción y el pensamiento.
Un Vistazo a los Números
Para entender todo este salto de ranas, los investigadores se pusieron a hacer algunos cálculos. Reunieron datos sobre qué piedras fueron elegidas, con qué frecuencia se hicieron saltos arriesgados y cómo esas decisiones cambiaron dependiendo de los ángulos y distancias involucrados.
Incluso desarrollaron un modelo computacional para mostrar cómo se podría predecir las decisiones basándose en el valor esperado de los saltos. Este modelo considerado no solo tuvo en cuenta el riesgo inmediato de un salto, sino también las posibles trayectorias futuras que podrían abrirse. ¡Era como darle a la rana una bola de cristal imaginaria!
Entendiendo el Rendimiento
Los investigadores querían ver si la forma en que los jugadores abordaban las decisiones decía algo sobre su rendimiento general. Descubrieron que aquellos que planificaban con anticipación y tomaban en cuenta los saltos futuros lo hacían mejor en general. Aquellos que se centraban únicamente en el salto inmediato tendían a puntuar más bajo. ¡Sorpresa, sorpresa!
Al final, resultó que aquellos que equilibraban entre las oportunidades inmediatas de un salto y la utilidad a largo plazo de sus elecciones se desempeñaban mucho mejor en el juego. Nos recuerda que a veces, vale la pena pensar unos saltos adelante.
Conclusión: Lecciones de una Rana
Entonces, ¿qué nos enseñan todos estos saltos sobre la toma de decisiones en el mundo real? Primero, muestra que en nuestra vida diaria, a menudo tomamos decisiones rápidas mientras navegamos por espacios físicos, al igual que nuestra rana.
Ya sea esquivando una multitud o decidiendo cómo montar un picnic, nuestros cuerpos influyen naturalmente en nuestras decisiones. Y igual de importante, podemos ser más exitosos cuando nos tomamos el tiempo para planificar y considerar las consecuencias futuras de nuestras elecciones.
Este divertido experimento con una rana virtual podría ofrecer ideas sobre cómo tomamos decisiones en nuestras vidas cotidianas y ocupadas. La próxima vez que te enfrentes a una elección-ya sea arriesgarte o jugar a lo seguro-recuerda a la rana y su travesía por el río. A veces, la mejor opción es tomarte un momento, mirar el camino por delante y luego saltar sabiamente.
Título: Planning-while-acting: addressing the continuous dynamics of planning and action in a sequential embodied task
Resumen: Everyday tasks, such as selecting routes when driving or preparing meals require making sequences of embodied decisions, in which planning and action processes are intertwined. In this study, we address how people make sequential embodied decisions, requiring balancing between immediate affordances and long-term utilities of alternative action plans. We designed a novel game-like task in which participants controlled an avatar tasked with "crossing rivers", by jumping across rocks. The task permitted us to assess how participants balanced between immediate jumping affordances ("safe" versus "risky" jumps) and the utility (length) of the ensuing paths to the goal. Behavioral and computational analyses revealed that participants planned ahead their path to the goal rather than simply focusing on the most immediate jumping affordances. Furthermore, embodied components of the task influenced participants decision strategies, as evident by the fact that participants current direction of movement influenced their choice between safe and risky jumps. We also found that participants showed (pre)planning before making the first jump, but they continued deliberating during it, with movement speed decreasing at decision points and when approaching them. Finally, computational modeling indicates that farsighted participants who assigned greater weight to the utility of future jumps showed a better performance, highlighting the usefulness of planning in embodied settings. Our findings underscore the importance of studying decision-making and planning in ecologically valid, embodied settings, providing new insights into the interplay between action and cognition in real-world planning-while-acting scenarios.
Autores: Davide Nuzzi, Paul Cisek, Giovanni Pezzulo
Última actualización: 2024-11-28 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.11.28.625911
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.11.28.625911.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
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