La Comunidad de Energía Solar de la Universidad de Aarhus: Un Futuro Brillante
Estudiantes y personal se unen por la energía solar en la Universidad de Aarhus, superando retos juntos.
Marta Victoria, Zhe Zhang, Gorm B. Andresen, Parisa Rahdan, Ebbe K. Gøtske
― 9 minilectura
Tabla de contenidos
En los últimos años, el impulso por la energía limpia ha hecho que surjan varias iniciativas en Europa, especialmente en lo que respecta a la energía solar. Un ejemplo fascinante se encuentra en la Universidad de Aarhus en Dinamarca, donde estudiantes y empleados se unieron para crear una comunidad de energía solar en el techo. Imagina un grupo de estudiantes y profesores juntándose para aprovechar la energía del sol. Suena como un divertido proyecto de ciencias, ¿verdad? ¡Definitivamente tiene sus altibajos!
¿Qué es una comunidad de energía?
Una comunidad de energía es un grupo de personas que juntan sus recursos para generar, consumir y compartir energía, especialmente energía renovable como la solar. Este modelo de comunidad fomenta la participación local en la producción de energía, facilitando que más personas se sumen a la transición hacia la energía limpia. En el caso de la Universidad de Aarhus, estudiantes y personal aprovecharon la oportunidad de tener una parte de una instalación solar, compartiendo tanto los beneficios como las responsabilidades.
La instalación solar en el techo
La Universidad de Aarhus instaló un sistema de energía solar fotovoltaica (PV) de 98 kilovatios en el techo. Este proyecto solar fue único porque permitió a los participantes comprar acciones en el sistema. La instalación solar se dividió en 900 acciones, cada una representando una pequeña cantidad de generación de energía. Los participantes podían poseer una o más acciones y, a cambio, recibían compensación financiera. Piensa en ello como tener una porción de pizza; incluso si solo tienes una rebanada, ¡aún puedes disfrutar de los ingredientes!
¿Por qué hacer crowdfunding?
El equipo de la Universidad de Aarhus se dio cuenta de que muchos estudiantes viven en espacios alquilados o en residencias, que no tienen techos disponibles para paneles solares. Además, la mayoría de los estudiantes no andan nadando en dinero para invertir de inmediato en tecnología solar. Para superar estas barreras, la universidad lanzó una campaña de crowdfunding. Al invitar a estudiantes, personal y ciudadanos cercanos a comprar acciones, el proyecto buscaba hacer la energía solar accesible para todos, una rebanada a la vez.
La curva de aprendizaje
Montar una comunidad de energía no es tan simple como suena, y el equipo de la Universidad de Aarhus enfrentó varios desafíos en el camino. Aquí hay algunos de los obstáculos principales que encontraron y las ingeniosas formas en que los abordaron:
1. Definir la membresía de la comunidad
Inicialmente, la universidad quería ser un miembro formal de la comunidad de energía. Sin embargo, las leyes europeas sobre quién puede ser parte de una comunidad de energía renovable a menudo no incluyen universidades. Un verdadero rompecabezas, ¿no? Para sortear esto, la Universidad de Aarhus optó por un modelo de consumo de terceros. Esto permitió a la universidad consumir la energía producida sin ser un miembro oficial. En su lugar, una organización independiente vendería la energía a la universidad. ¡Es como encontrar un truco en un juego de ajedrez complicado!
2. Establecer reglas para los accionistas
Crear reglas sobre cómo se distribuirían las acciones fue otro desafío. Surgieron muchas preguntas: ¿Quién podía unirse? ¿Cuánto costaría cada acción? La comunidad adoptó un enfoque democrático. Después de varias reuniones abiertas con participantes interesados, determinaron que cualquier persona conectada a la universidad podía unirse, y cada acción costaría alrededor de 900 DKK (aproximadamente 120 EUR). Para asegurar la equidad, cada miembro solo podría poseer un máximo del 5% de las acciones totales y votar una vez en las reuniones de la comunidad, sin importar cuántas acciones tuvieran. ¡Nadie se quedaría con toda la pizza!
3. Manejar a los interesados
Con todo el entusiasmo de montar una comunidad de energía, gestionar a los diferentes interesados fue crucial. La Universidad de Aarhus es una gran institución con muchas capas de tomadores de decisiones, y no fue fácil hacer que todos estuvieran a bordo. El equipo identificó quién tenía más interés e influencia en el proyecto, realizó numerosas reuniones con los interesados y compartió claramente los beneficios de la comunidad. Este esfuerzo de dos años resultó esencial, ya que la participación de la universidad fue crítica para el éxito del proyecto.
4. Hacer el contrato de suministro eléctrico
Negociar un contrato de suministro eléctrico fue otra parte complicada del proceso. La universidad tenía un contrato con un gran proveedor de electricidad que fluctuaba en precio. La comunidad solar, por otro lado, prefería un precio fijo para reducir riesgos financieros. Después de algunas idas y venidas, llegaron a un sistema que permitía un contrato de precio fijo que podría revisarse cada dos años. Fue un compromiso, pero uno necesario para mantener a todos satisfechos.
5. Obtener permiso para usar el techo
Elegir el techo adecuado para la instalación solar presentó su propio conjunto de desafíos. En la Universidad de Aarhus, los edificios son propiedad de una institución separada, lo que significa que la comunidad solar necesitaba permiso para instalarse. Negociaciones tempranas aseguraron que la comunidad obtuviera el derecho a usar los techos durante la vida útil de la instalación. Sin embargo, esto vino con costos adicionales, como seguros y el compromiso de remover los paneles solares si se necesitaban renovaciones en el futuro. ¡Es como tratar de conseguir permiso de tu casero para poner algunas decoraciones nuevas!
6. Realizar una campaña de crowdfunding
Para financiar la instalación solar, se organizó una campaña de crowdfunding. El equipo quería medir el interés y asegurarse de tener suficiente financiamiento antes de avanzar. Implementaron un proceso de dos pasos donde los participantes podían reservar acciones inicialmente y pagar el monto restante más tarde. Esto mantuvo a los participantes comprometidos con el proyecto, tanto financiera como emocionalmente.
7. Dimensionar la instalación solar
Dimensionar correctamente la instalación solar fue vital para maximizar los beneficios. Idealmente, el objetivo es consumir la mayor cantidad de electricidad solar en el lugar posible. El equipo aspiraba a una capacidad de 100 kW, estimando que podían lograr un impresionante índice de auto-consumo del 85%. Usar datos históricos les ayudó a tomar decisiones informadas sobre cómo dimensionar la instalación de manera efectiva.
8. Estimar costos
Entender tanto la inversión inicial como los costos operativos continuos era crítico para el éxito a largo plazo de la comunidad. Si bien estimar los costos de instalación era relativamente sencillo, determinar los costos recurrentes resultó más complicado. Esto incluía todo, desde seguros hasta responsabilidades administrativas. El equipo trabajó arduamente para crear un caso de negocio sólido que mantuviera a la comunidad de energía a flote.
9. Implementar la instalación
Cuando se trató de realmente poner los paneles solares en el techo, resultó que las regulaciones locales requerían un permiso de construcción si el peso en el techo cambiaba significativamente. Para evitar retrasos, la comunidad tuvo que obtener una evaluación de ingeniería sobre cuánto peso añadirían los paneles. Una vez que tuvieron esa información, podían trabajar con contratistas para elegir materiales y configuraciones que cumplieran con los requisitos de seguridad.
10. Mantener las operaciones al día
Después de la instalación, asegurar que las operaciones funcionen sin problemas es esencial. El equipo contrató a un administrador para gestionar tareas como la facturación a la universidad, distribuir ingresos a los accionistas y presentar informes fiscales anuales. Este rol es crucial para mantener la eficiencia, especialmente a medida que la comunidad navega por las complejidades de vender electricidad excedente y manejar posibles fluctuaciones del mercado.
Mirando hacia adelante: ¿Qué sigue?
La comunidad de energía de la Universidad de Aarhus aspira a ser un modelo para otros que busquen crear iniciativas similares. Las experiencias de aprendizaje de este proyecto destacan que, aunque los desafíos abundan, se pueden superar con una planificación cuidadosa, colaboración y un poco de creatividad. La esperanza es que más comunidades de energía surjan, creando una red de ciudadanos comprometidos trabajando juntos para promover la energía renovable.
Recomendaciones de políticas para comunidades de energía
Basándose en sus experiencias, el equipo de la Universidad de Aarhus ha presentado algunas recomendaciones de políticas para apoyar a las comunidades de energía en varios niveles:
A nivel europeo
- Asegurarse de que la definición legal de quién puede ser accionista en comunidades de energía incluya universidades e instituciones públicas. ¡Después de todo, la academia puede ser un maravilloso socio en la promoción de energía renovable!
A nivel nacional
- Permitir que las universidades participen como comunidades de energía bajo las regulaciones energéticas danesas.
- Eliminar los impuestos eléctricos sobre la energía producida localmente para las comunidades.
- Eximir a las comunidades de energía de tener que pagar precios negativos al exportar electricidad a la red.
A nivel municipal
- Crear empleados públicos a nivel municipal dedicados a ayudar a establecer comunidades de energía.
- Hacer que los datos de construcción sean fácilmente accesibles para acelerar el proceso de evaluación de nuevas instalaciones.
- Desarrollar plataformas de crowdfunding amigables para el usuario para apoyar la recaudación de fondos de las comunidades de energía.
Conclusión
En resumen, la comunidad de energía solar en el techo de la Universidad de Aarhus es un impresionante ejemplo de cómo el trabajo en equipo y el espíritu comunitario pueden impulsar la transición hacia una energía más limpia. Es un recordatorio de que, aunque el camino hacia soluciones energéticas sostenibles puede estar lleno de desafíos, un poco de creatividad, cooperación y humor pueden recorrer un largo camino. Así que la próxima vez que pienses en energía solar, recuerda que no se trata solo de los paneles y el sol, sino de la comunidad, la colaboración, ¡y tal vez incluso algunas rebanadas de pizza en el camino!
Fuente original
Título: Lessons learned from establishing a rooftop photovoltaic system crowdsourced by students and employees at Aarhus University
Resumen: Energy communities are promoted in the European legislation as a strategy to enable citizen participation in the energy transition. Solar photovoltaic (PV) systems, due to their distributed nature, present an opportunity to create such communities. At Aarhus University (Denmark), we have established an energy community consisting of a 98-kW rooftop solar PV installation, crowdsourced by students and employees of the university. The participants can buy one or several shares of the installation (which is divided into 900 shares), the electricity is consumed by the university, and the shareowners receive some economic compensation every year. The road to establishing this energy community has been rough, and we have gathered many learnings. In this manuscript, we present the 10 largest challenges which might arise when setting up a university energy community and our particular approach to facing them. Sharing these learnings might pave the way for those willing to establish their own energy community. We also include policy recommendations at a European, national, and municipality levels to facilitate the deployment of energy communities
Autores: Marta Victoria, Zhe Zhang, Gorm B. Andresen, Parisa Rahdan, Ebbe K. Gøtske
Última actualización: 2024-12-03 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://arxiv.org/abs/2412.02258
Fuente PDF: https://arxiv.org/pdf/2412.02258
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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