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Cambios Cognitivos en la Enfermedad de Parkinson: Lo Que Necesitas Saber

Aprende cómo el Parkinson afecta la función cognitiva y cuáles son las señales de advertencia tempranas.

Daniel Weintraub, Anuprita R Nair, Ryan Kurth, Michael C. Brumm, Michele K. York, Roseanne Dobkin, Kenneth Marek, Caroline Tanner, Tanya Simuni, Andrew Siderowf, Douglas Galasko, Lana M. Chahine, Christopher Coffey, Kalpana Merchant, Kathleen L. Poston, Tatiana Foroud, Brit Mollenhauer, Ethan G. Brown, Karl Kieburtz, Mark Frasier, Todd Sherer, Sohini Chowdhury, Roy N. Alcalay, Aleksandar Videnovic

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Parkinson y problemas Parkinson y problemas mentales descubiertos necesita atención urgente. El declive cognitivo en el Parkinson
Tabla de contenidos

La enfermedad de Parkinson (EP) no se trata solo de manos temblorosas y pasos arrastrados. También puede afectar tu mente. Muchas personas con Parkinson experimentan problemas cognitivos con el tiempo, y estudios muestran que hasta el 80% de los pacientes podrían desarrollar demencia más adelante. Incluso aquellos que son diagnosticados recientemente o están en las primeras etapas a menudo enfrentan un leve deterioro cognitivo. Estos cambios cognitivos pueden aparecer antes de lo que la gente espera, a veces incluso antes de que surjan los síntomas motores clásicos.

Signos tempranos de cambios cognitivos

Antes de meternos en el meollo del deterioro cognitivo en el Parkinson, hablemos de algunas señales de alerta tempranas. Dos síntomas prodromales clave relacionados con el Parkinson son la hiposmia (una forma fancy de decir que tienes un sentido del olfato reducido) y el trastorno del comportamiento del sueño REM aislado (iRBD), donde la gente actúa sus sueños. Los estudios indican que las personas con estas condiciones podrían estar experimentando cambios sutiles en sus habilidades de pensamiento.

De hecho, los investigadores encontraron déficits cognitivos globales y específicos en personas que tenían tanto hiposmia como iRBD. Es como si tu cerebro te lanzara un guiño antes de que comiencen los problemas reales.

¿Qué es la enfermedad neuronal por alpha-sinucleína?

Vamos a ponernos un poco técnicos aquí, pero no te preocupes, lo haré simple. Los investigadores han propuesto una forma de clasificar el Parkinson y problemas relacionados según un marcador biológico conocido como alpha-sinucleína neuronal. Piensa en este marcador como una bandera que se levanta cuando algo no está del todo bien en el cerebro. La presencia de alpha-sinucleína patológica señala el comienzo de lo que llamamos enfermedad neuronal por alpha-sinucleína (ENS). Esta enfermedad tiene etapas que dependen no solo de la presencia de estos marcadores, sino también de cuán bien funciona una persona en términos de habilidades motoras y cognitivas.

Según esta clasificación, la Etapa 2 es cuando podrías tener algunos signos sutiles—como cambios en el olfato o problemas cognitivos tempranos—pero aún no muestras discapacidades funcionales significativas. Imagínate eso como estar en una liga menor de problemas cerebrales, donde el juego no es tan serio todavía, pero puedes ver las grietas.

La importancia de la evaluación cognitiva

En los estudios de investigación, los científicos necesitan formas confiables de evaluar problemas cognitivos. Un puntaje cognitivo resumido (PCR) puede ser útil ya que combina resultados de varias pruebas cognitivas en un solo puntaje. Esto es como tomar un boletín de calificaciones para todas tus materias en lugar de revisar cada asignatura una por una.

Usando este método, los investigadores han documentado cambios en la cognición entre aquellos en riesgo de Parkinson y los recién diagnosticados. Esta investigación busca ver cómo las habilidades cognitivas de estas personas se comparan con las de personas sanas y si los signos tempranos de EP, como la hiposmia, pueden llevar a un peor rendimiento cognitivo.

Inscripción en estudios

En estudios que analizan la cognición en el Parkinson, los participantes son seleccionados cuidadosamente según su estado de salud. Las personas que tienen signos tempranos de EP, como hiposmia o iRBD, pueden ser incluidas si cumplen ciertos criterios, como tener síntomas motores o estar libres de demencia. Los controles sanos (CS) son, por otro lado, individuos sin problemas neurológicos significativos y que obtienen buenos puntajes en las evaluaciones cognitivas.

Un aspecto notable es que algunos participantes son categorizados según la presencia de alpha-sinucleína, lo que brinda a los investigadores más claridad sobre la conexión entre los síntomas tempranos y el deterioro cognitivo.

Cómo funcionan las etapas

Los participantes se clasifican en diferentes etapas de ENS según si tienen signos como hiposmia y si muestran alguna disfunción dopaminérgica (lo que significa problemas con las neuronas que producen dopamina).

  • Etapa 2A es cuando alguien tiene hiposmia pero no hay signos claros de problemas con las neuronas dopaminérgicas. Todavía están funcionando decentemente.
  • Etapa 2B es cuando hay evidencia de problemas con las neuronas dopaminérgicas junto con hiposmia, lo que indica un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Los investigadores están interesados en entender cómo tener estas etapas impacta en el rendimiento cognitivo y si la presencia de otros síntomas como iRBD empeora los problemas cognitivos.

Puntuaciones cognitivas entre grupos

En general, el rendimiento cognitivo tiende a disminuir a medida que las condiciones empeoran. Por ejemplo, tanto los participantes de la Etapa 2A como los de la Etapa 2B obtuvieron puntajes más bajos en las pruebas cognitivas en comparación con los controles sanos. Esto no es solo un giro sorprendente, ya que ya esperamos que los grupos que enfrentan desafíos se desempeñen de manera diferente.

Sin embargo, los puntajes revelan algo interesante. Aunque los puntajes de los participantes de la Etapa 2 (con signos sutiles) son más bajos, todavía logran superar ciertos límites. Esto indica que aún hay algo de función cognitiva intacta, aunque pueda sentirse como correr con una llanta desinflada.

El impacto del iRBD

Cuando le añades el iRBD a la mezcla, los problemas cognitivos se vuelven un poco más pronunciados. Se ha encontrado que las personas con hiposmia e iRBD muestran déficits cognitivos mayores en comparación con aquellos que solo tienen hiposmia. Esto sugiere que el iRBD podría ser el villano en esta historia de deterioro cognitivo, empeorando las cosas en cuanto entra en juego.

Los resultados indican que aquellos con solo hiposmia tienden a mantener una función cognitiva normal, al menos por un tiempo. Pero una vez que se involucra el iRBD, el deterioro cognitivo se vuelve medible y significativo.

Disfunción dopaminérgica y cognición

Al observar específicamente a los participantes que tienen Etapa 2B, significa que exhiben disfunción dopaminérgica, el impacto de la hiposmia sola se revela en problemas cognitivos notables. Aquellos con hiposmia e iRBD presentan déficits cognitivos aún mayores, lo que indica que cuando estos síntomas se acumulan, pueden afectar el rendimiento cognitivo.

Esto nos lleva a pensar que la dopamina no solo es un químico que ayuda con el movimiento; también juega un papel en cómo pensamos. El cerebro es un sistema complejo, después de todo, y las conexiones entre diferentes condiciones reflejan esa complejidad.

¿Por qué importa esto?

Entender cómo estas condiciones interactúan e impactan las funciones cognitivas puede impulsar futuras investigaciones y prácticas clínicas. Reconocer la importancia de la cognición en el Parkinson, especialmente en las etapas tempranas, puede ayudar a desarrollar mejores opciones de tratamiento y ensayos destinados a prevenir o manejar el deterioro cognitivo.

Para los pacientes y sus familias, esta investigación puede ayudar a establecer expectativas sobre lo que podría venir. Si conoces a alguien con Parkinson, explicar que los cambios cognitivos podrían estar en el horizonte podría ayudarles a prepararse para lo que se viene.

Fortalezas y limitaciones de la investigación

Los estudios realizados tienen muchos puntos fuertes, como centrarse en síntomas tempranos claros (como hiposmia e iRBD) e incluir un amplio grupo de participantes. El uso de medidas cognitivas confiables ayuda a los investigadores a determinar cómo el rendimiento cognitivo cambia a través de diferentes etapas de la EP.

Sin embargo, también hay limitaciones. Por ejemplo, el tamaño de la muestra de participantes con iRBD sin hiposmia no fue lo suficientemente grande como para sacar conclusiones sólidas. Además, el enfoque en solo un aspecto de la salud cognitiva podría pasar por alto otros factores que contribuyen al deterioro cognitivo.

Conclusión

En resumen, la relación entre la enfermedad de Parkinson y el deterioro cognitivo es compleja y multifacética. Las señales tempranas, como la hiposmia y el iRBD, desempeñan un papel importante en afectar la función cognitiva, especialmente cuando se combinan con problemas relacionados con la dopamina.

Los hallazgos de estos estudios destacan la necesidad de evaluar continuamente las habilidades cognitivas en pacientes con Parkinson. Al entender y abordar estos cambios cognitivos tempranos, las personas con la enfermedad pueden estar mejor equipadas para manejar sus condiciones y mantener una buena calidad de vida.

Así que, ya sea haciendo una broma sobre olvidar dónde pusiste las llaves o sintiéndote un poco tembloroso en la cabeza, está claro que mantener un ojo en la función cognitiva es tan importante como mirar los síntomas físicos en el mundo de la enfermedad de Parkinson. ¿Y quién sabe? Tal vez algún día encontremos una manera de mantener nuestros cerebros funcionando sin problemas—como una máquina bien engrasada.

Fuente original

Título: Impact of dopamine deficiency and REM sleep behavior disorder on cognition in early neuronal synuclein disease with hyposmia

Resumen: ObjectivesTo determine the impact of dopamine deficiency and isolated REM sleep behavior disorder (iRBD) on cognitive performance in early neuronal alpha-synuclein disease (NSD) with hyposmia. MethodsUsing Parkinsons Progression Markers Initiative baseline data, cognitive performance was assessed with a cognitive summary score (CSS) developed by applying regression-based internal norms derived from a robust healthy control (HC) group. Performance was examined for participants with hyposmia classified as NSD-Integrated Staging System (NSD-ISS) Stage 2, either Stage 2A (CSF alpha-synuclein seed amplification assay [SAA]+, SPECT dopamine transporter scan [DaTscan]-) or 2B (SAA+, DaTscan+). ResultsParticipants were Stage 2A (N=101), Stage 2B (N=227) and HCs (N=158). Although Stage 2 overall had intact Montreal Cognitive Assessment scores (mean (SD) =27.0 (2.3)), Stage 2A had a numerically worse CSS (z-score mean difference =0.05, p-value NS; effect size=0.09) and Stage 2B had a statistically worse CSS (z-score mean difference =0.23, p-value

Autores: Daniel Weintraub, Anuprita R Nair, Ryan Kurth, Michael C. Brumm, Michele K. York, Roseanne Dobkin, Kenneth Marek, Caroline Tanner, Tanya Simuni, Andrew Siderowf, Douglas Galasko, Lana M. Chahine, Christopher Coffey, Kalpana Merchant, Kathleen L. Poston, Tatiana Foroud, Brit Mollenhauer, Ethan G. Brown, Karl Kieburtz, Mark Frasier, Todd Sherer, Sohini Chowdhury, Roy N. Alcalay, Aleksandar Videnovic

Última actualización: 2024-12-13 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.12.12.24318917

Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.12.12.24318917.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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