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# Ciencias de la Salud# Pediatría

Entendiendo los trastornos relacionados con STXBP1 y las convulsiones

Un estudio revela información sobre la epilepsia relacionada con mutaciones en el gen STXBP1.

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Los trastornos relacionados con STXBP1 son una de las causas genéticas más comunes de la epilepsia, especialmente en los más jóvenes. Este tipo de trastorno ocurre cuando hay un problema con el gen STXBP1, que produce una proteína que es importante para la liberación de neurotransmisores en el cerebro. Estos trastornos pueden llevar a una variedad de síntomas, incluyendo Convulsiones severas, debilidad muscular, problemas con el movimiento, temblores y diferencias en el comportamiento.

Las convulsiones son una parte importante de los trastornos relacionados con STXBP1. Alrededor del 90% de las personas afectadas experimentan convulsiones, que generalmente comienzan en su primer año de vida. La carga de estas convulsiones puede ser pesada y afecta tanto a los individuos como a sus cuidadores. Algunas personas pueden experimentar diferentes tipos de convulsiones, mientras que ciertos cambios genéticos, llamados variantes que acortan la proteína, pueden aumentar el riesgo de formas más severas como los espasmos epilépticos.

La importancia de identificar factores de riesgo

Entender los factores de riesgo para desarrollar tipos severos de convulsiones como los espasmos epilépticos es crucial para proporcionar la mejor atención posible a quienes tienen trastornos relacionados con STXBP1. A pesar de los avances en la comprensión de estas condiciones, aún no está claro si tener convulsiones en la infancia temprana o usar medicamentos específicos aumenta el riesgo de desarrollar espasmos epilépticos.

Los médicos a menudo hacen un diagnóstico genético después de que las convulsiones ya han comenzado. Conocer la relación entre las convulsiones tempranas y el uso de medicamentos puede ayudar a guiar las decisiones de tratamiento y posiblemente reducir el riesgo de convulsiones más problemáticas más adelante.

Resumen y objetivos del estudio

Los investigadores llevaron a cabo un estudio con 61 individuos con trastornos relacionados con STXBP1 que experimentaron convulsiones en su primer año de vida. El objetivo era examinar la historia de convulsiones y la efectividad de los medicamentos sobre el riesgo y los resultados de los espasmos epilépticos.

El estudio incluyó criterios específicos para los participantes: debían tener un cambio genético confirmado en el gen STXBP1, sus convulsiones debían comenzar dentro del primer año de vida, y tenía que haber suficientes datos sobre sus resultados de convulsiones.

Métodos utilizados en el estudio

Los investigadores revisaron los registros médicos para recopilar historias detalladas de convulsiones en intervalos semanales. Categorizaron los tipos de convulsiones usando un marco estándar diseñado para características clínicas. Distinguir entre diferentes tipos de convulsiones y momentos de inicio, incluyendo convulsiones neonatales, que ocurren dentro del primer mes, y convulsiones infantiles tempranas, que ocurren entre uno y siete meses de edad.

La frecuencia de las convulsiones se midió con un sistema de puntuación basado en la frecuencia de las convulsiones, lo que permitió a los investigadores evaluar los cambios a lo largo del tiempo. También analizaron la efectividad de varios medicamentos anticonvulsivos mediante el seguimiento de los cambios en la frecuencia de las convulsiones durante los períodos en que se utilizaron los medicamentos.

Se realizó un análisis estadístico para evaluar la efectividad de los medicamentos y comprender cómo la historia de convulsiones influyó en el riesgo de desarrollar convulsiones más severas.

Demografía de los participantes y tipos de convulsiones

Inicialmente se identificaron 65 individuos, pero cuatro fueron excluidos debido a datos incompletos, dejando 61 participantes para el estudio. Entre ellos, el 41% eran mujeres. Los tipos de cambios genéticos variaron, con algunos individuos teniendo variantes de cambio de sentido, mientras que otros tenían alteraciones más serias como variantes que acortan la proteína o deleciones.

Los datos revelaron que aproximadamente la mitad de los participantes tenía espasmos epilépticos, especialmente aquellos que experimentaron convulsiones temprano en la vida. El tipo más común de convulsión observada fue la convulsión de inicio focal.

La mayoría de los individuos tuvieron convulsiones que comenzaron en sus primeras semanas de vida. La investigación encontró que el riesgo de desarrollar espasmos epilépticos no aumentó para aquellos que tuvieron convulsiones en la infancia temprana en comparación con los que no.

Explorando factores de riesgo para espasmos epilépticos

El estudio buscó determinar si las convulsiones en la infancia temprana conducían a un mayor riesgo de desarrollar espasmos epilépticos más adelante. De aquellos con historia detallada de convulsiones, una proporción significativa había experimentado convulsiones neonatales o convulsiones durante el período infantil temprano.

Sorprendentemente, no había evidencia de que tener convulsiones temprano en la vida aumentara el riesgo de desarrollar espasmos epilépticos más adelante. Los hallazgos indicaron que las convulsiones previas no se correlacionaron con una mayor probabilidad de desarrollar este tipo específico de convulsión.

Examen de medicamentos anticonvulsivos

Otro enfoque importante fue el efecto que varios medicamentos anticonvulsivos podían tener en el riesgo de espasmos epilépticos. Los investigadores analizaron si algún medicamento específico estaba vinculado a un mayor riesgo de desarrollar estos espasmos.

Los resultados mostraron que no había asociación entre el uso de cualquiera de los medicamentos anticonvulsivos y un aumento o disminución en el riesgo de espasmos epilépticos. Este hallazgo fue importante ya que sugirió que medicamentos particulares, incluidos los bloqueadores de canales de sodio, no provocaron la aparición de espasmos epilépticos en estos individuos.

Espasmos epilépticos refractarios y retos en el tratamiento

Entre los participantes que tuvieron espasmos epilépticos, aproximadamente el 72% exhibió formas resistentes al tratamiento. Esto significa que los medicamentos estándar no fueron efectivos para controlar sus convulsiones. Esta tasa fue más alta en comparación con estudios más amplios que involucraban diferentes causas de espasmos epilépticos.

El estudio también encontró que las personas que habían tenido convulsiones previas, especialmente aquellas que ocurrieron en el primer año de vida, tendían a desarrollar espasmos más difíciles de tratar. La duración de sus espasmos epilépticos también fue más larga, indicando una forma más severa de la condición.

A pesar de los retos evidentes, el estudio no encontró correlaciones significativas entre el tipo de variante genética y la probabilidad de tener espasmos refractarios.

Efectividad de los tratamientos

Además de examinar los factores de riesgo, el estudio evaluó cuán bien funcionaron diferentes medicamentos anticonvulsivos en diferentes grupos de edad y tipos de convulsiones. Se observó que el levetiracetam tuvo un efecto significativo en la reducción de la frecuencia de las convulsiones de inicio focal en comparación con otros medicamentos.

La investigación también destacó medicamentos específicos que mostraron efectividad contra los espasmos epilépticos. El ACTH, clobazam, levetiracetam y topiramato fueron algunos de los medicamentos más propensos a reducir la frecuencia de las convulsiones de manera efectiva.

La naturaleza integral de este estudio proporcionó valiosas ideas sobre los patrones de convulsiones, el riesgo de desarrollar formas más severas como los espasmos epilépticos y la efectividad de varios tratamientos.

Conclusión

En resumen, la investigación refuerza que, aunque los trastornos relacionados con STXBP1 están vinculados a tipos severos de convulsiones, las convulsiones previas y el uso de medicamentos anticonvulsivos no parecen aumentar el riesgo de desarrollar espasmos epilépticos. Sin embargo, las personas con convulsiones previas y aquellas que desarrollan espasmos más tarde pueden enfrentar desafíos con el tratamiento.

Estos hallazgos son cruciales para informar estrategias de atención y guiar el tratamiento de las personas con trastornos relacionados con STXBP1, buscando en última instancia reducir la carga de la epilepsia en los afectados. Al entender mejor estos trastornos, los proveedores de atención médica pueden ofrecer una atención mejorada y específica para mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus familias.

Fuente original

Título: Early-life seizures and epileptic spasms in STXBP1-related disorders

Resumen: Background and ObjectivesIndividuals with disease-causing variants in STXBP1 frequently have epilepsy onset in the first year of life with a variety of seizure types, including epileptic spasms. However, the impact of early-onset seizures and anti-seizure medication (ASM) on the risk of developing epileptic spasms and impact on their trajectory is poorly understood, limiting informed and anticipatory treatment, as well as trial design. MethodsWe retrospectively reconstructed seizure and medication histories in weekly intervals for individuals with STXBP1-related disorders with epilepsy onset in the first year of life and quantitatively analyzed longitudinal seizure histories and medication response. ResultsWe included 61 individuals with early onset seizures, 29 of whom had epileptic spasms. Individuals with neonatal seizures were likely to have continued seizures after the neonatal period (25/26). The risk of developing epileptic spasms was not increased in individuals with neonatal seizures or early infantile seizures (21/41 vs. 8/16; OR 1, 95% CI 0.3-3.9, p = 1). We did not find any ASM associated with the development of epileptic spasms following prior seizures. Individuals with prior seizures (n = 16/21, 76%) had a higher risk to develop refractory epileptic spasms (n = 5/8, 63%, OR =1.9, 95% CI 0.2-14.6, p = 0.6). Individuals with refractory epileptic spasms had a later onset of epileptic spasms (n = 20, median 20 weeks) compared to individuals with non-refractory epileptic spasms (n = 8, median 13 weeks; p = 0.08). When assessing treatment response, we found that clonazepam (n = 3, OR 12.6, 95% CI 2.2-509.4; p < 0.01), clobazam (n=7, OR 3, 95% CI 1.6-6.2; p < 0.01), topiramate (n=9, OR 2.3, 95% CI 1.4-3.9; p < 0.01), and levetiracetam (n=16, OR 1.7, 95% CI 1.2-2.4; p < 0.01) were more likely to reduce seizure frequency and/or to maintain seizure freedom with regards to epileptic spasms than other medications. DiscussionWe provide a comprehensive assessment of early-onset seizures in STXBP1-related disorders and show that the risk of epileptic spasms is not increased following a prior history of early-life seizures, nor by certain ASM. Our study provides baseline information for targeted treatment and prognostication in early-life seizures in STXBP1-related disorders.

Autores: Ingo Helbig, K. Thalwitzer, J. Xian, D. deCampo, S. Parthasarathy, J. Magielski, K. R. Sullivan, J. Goss, C. Son Rigby, M. Boland, B. Prosser, S. M. Ruggiero, S. Syrbe

Última actualización: 2023-06-28 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.06.26.23291892

Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.06.26.23291892.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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