El impacto del VIH en la salud placentaria y el nacimiento prematuro
Una mirada a cómo el VIH afecta la placenta y los riesgos de parto prematuro.
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Tabla de contenidos
La placenta es un órgano crucial que se forma durante el embarazo. Conecta a la madre con el bebé en desarrollo, permitiendo el intercambio de nutrientes, gases y desechos importantes. La capa exterior de la placenta, llamada sincitiotrofoblasto, está hecha de células especiales que facilitan este intercambio. Estas células están constantemente en contacto con la sangre de la madre, lo que las hace vitales tanto para el crecimiento del bebé como para la salud de la madre.
La importancia de la placenta
Para que un embarazo vaya bien, la placenta debe funcionar de manera efectiva. Ayuda a proporcionar todo lo que el feto necesita para crecer: nutrientes, oxígeno y hormonas. Además, la placenta protege al feto de infecciones y permite que el sistema inmunológico de la madre tolere el embarazo. Cuando la placenta está sana, apoya el desarrollo fetal normal y reduce riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Desafíos que enfrenta la placenta
Sin embargo, la placenta a menudo está expuesta a sustancias dañinas en la sangre de la madre, lo que puede afectar su estructura y función. Si la placenta se daña, puede provocar problemas graves, incluyendo el parto prematuro. El parto prematuro ocurre cuando un bebé nace antes de que hayan pasado 37 semanas de embarazo. Esta condición es una causa importante de problemas de salud e incluso muerte para los bebés, tanto en países ricos como en pobres.
La conexión entre el VIH y el parto prematuro
Estudios recientes han mostrado que las mujeres que son VIH positivas y están en tratamiento pueden tener un mayor riesgo de parto prematuro. El tratamiento, conocido como terapia antirretroviral (TAR), es crucial para manejar el VIH pero se ha relacionado con cambios en la placenta que pueden no ser ideales para el embarazo.
Las investigaciones han observado que las Placentas de las mujeres VIH positivas que dan a luz prematuramente pueden mostrar signos de daño. Esto incluye cambios en la estructura y función de las células. Estos cambios podrían llevar a una menor capacidad de la placenta para realizar su trabajo, aumentando así el riesgo de parto prematuro.
Investigando la estructura de la placenta
Para entender mejor estos problemas, los científicos examinaron placentas de diferentes grupos de mujeres: aquellas que eran VIH positivas y estaban en TAR, las VIH negativas que tuvieron un parto prematuro, y las que tuvieron partos a término. Su objetivo era encontrar diferencias en la estructura de la placenta y lo que eso podría significar para la salud maternal y fetal.
Las placentas fueron recolectadas de hospitales ocupados y, tras obtener el consentimiento de las madres, se tomaron muestras para análisis. Las placentas se procesaron y examinaron bajo poderosos microscopios para observar sus detalles finos.
Observaciones del estudio
El estudio reveló que la estructura normal de una placenta se parece a un árbol, con ramas que ayudan a maximizar el área de superficie para el intercambio de nutrientes. En placentas que funcionan bien de madres VIH negativas, el ramificado era saludable y mostraba un diseño normal.
Sin embargo, las placentas de madres VIH positivas con partos prematuros a menudo mostraban daño. Las ramas en estas placentas estaban encogidas y arrugadas, indicando que no estaban funcionando correctamente. Además, estructuras diminutas similares a pelos llamadas Microvellosidades, que son esenciales para la absorción de nutrientes, estaban ausentes o dañadas en estas muestras.
En contraste, las placentas de mujeres VIH positivas que dieron a luz a término parecían más similares a las de mujeres VIH negativas. Si bien aún había algunos problemas, la estructura general estaba más intacta, lo que sugiere que estos embarazos estaban menos afectados por el VIH o TAR.
El papel de las microvellosidades
Las microvellosidades son importantes porque aumentan el área de superficie de la placenta, ayudándola a absorber nutrientes y gases de manera efectiva. Su ausencia o daño puede indicar un mal funcionamiento placentario. Los hallazgos mostraron que la pérdida de microvellosidades está asociada con complicaciones en el embarazo, como el parto prematuro y el bajo peso al nacer.
Implicaciones del material fibrinoide
El estudio también notó un hallazgo interesante relacionado con una sustancia conocida como fibrinoide. En cantidades normales, este material puede ayudar a proteger la placenta, pero en exceso puede ser dañino. En placentas dañadas, como las de mujeres VIH positivas con partos prematuros, hubo una acumulación significativa de fibrinoide. Esto podría obstaculizar la capacidad de la placenta para funcionar correctamente al bloquear los espacios necesarios para el flujo sanguíneo y el intercambio de nutrientes.
Conclusión
Los resultados de esta investigación destacan el impacto del VIH y TAR en la placenta. Los cambios observados en las placentas de mujeres VIH positivas con partos prematuros sugieren que estos factores pueden afectar la capacidad de la placenta para funcionar de manera efectiva. Este deterioro puede contribuir al aumento del riesgo de parto prematuro.
Es necesaria más investigación para explorar los procesos biológicos exactos detrás de estos cambios y encontrar maneras de mejorar los resultados para las madres y sus bebés. Entender más sobre cómo el VIH y TAR afectan la placenta puede ayudar a los proveedores de salud a ofrecer una mejor atención a las mujeres embarazadas que enfrentan estos desafíos.
A medida que la ciencia avanza, comprender el papel de la placenta en el apoyo a un embarazo saludable puede llevar a una mejor salud para las madres y sus recién nacidos.
Título: Scanning electron microscopy observations on the surface morphology of placenta villi from HIV-positive women having preterm birth while receiving antiretroviral therapy
Resumen: BackgroundPreterm birth is a significant global issue. Antiretroviral therapy (ART) use and human immunodeficiency virus (HIV) infection have both been linked in recent research as independent risk factors for preterm birth. Although there has been evidence linking preterm delivery to significant pathological alterations in the placenta, it is still unclear how exactly HIV and ART harm the placenta and raise the risk of prematurity. To explain the increased risk of preterm birth (PTB), we set out to describe the surface morphological alterations in placenta villi associated with HIV and ART. Methods and materialsWe collected and processed 160 placentas from 40 HIV-positive women on ART and 40 HIV-negative women who had preterm deliveries, 40 HIV-positive women and 40 HIV - negative women with term delivery in Nairobi, Kenya. The placenta biopsies were harvested, washed in phosphate buffer solution, and processed for scanning electron microscopy. The dried tissue was mounted onto specimen stubs, sputter coated with gold and visualized using Zeiss Merlin FESEM in-lens. Forty representative samples, 10 from each group, were randomly selected and examined by investigators who were blinded to maternal HIV serostatus. ResultsThe average gestational age for preterm and term births was 34 and 39 weeks, respectively. The average age of the mothers of preterm and term babies was 26.8 + 4.6 years and 24.3 + 4.3 years, respectively. The villous core of the placenta from HIV-negative patients was covered with microvilli that varied in size and appearance, and there were hardly any residual red blood cells. Placenta from HIV-positive women with preterm birth had widespread damage with shrunken and wrinkled villi, predominant blunting of the microvilli, with attendant syncytiotrophoblast disruption, and significant erythrocyte adhesion within extensive fibrillar meshwork and on surface of the syncytium. ConclusionOur results show distinctive alterations in the placenta of HIV-positive mothers who gave birth prematurely, which may impair the syncytiums ability to function normally. Microvilli blunting, syncytial disruptions, and syncytial erythrocyte adhesion might be the symptoms of a deeper biological process. Further work to understand the effect of HIV/ART on the syncytiotrophoblast in relation to prematurity is recommended.
Autores: Moses Madadi Obimbo, S. Ochieng, S. R. Gesaka, J. A. Ogengo
Última actualización: 2023-08-16 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.08.11.23294011
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.08.11.23294011.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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