Esquistosomiasis: Un desafío de salud en crecimiento
Aprende sobre la esquistosomiasis, sus síntomas y los últimos métodos de diagnóstico.
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Tabla de contenidos
La esquistosomiasis es una enfermedad causada por unos parásitos chiquitos llamados Schistosoma. Estos parásitos se encuentran en ciertos cuerpos de agua dulce, especialmente en países donde la gente suele nadar o bañarse en agua contaminada. Afecta principalmente a la gente en África subsahariana, pero también se puede encontrar en partes del Medio Oriente e incluso en algunas áreas de Europa.
¿Cómo se infecta la gente?
La infección ocurre cuando unas larvas pequeñas, llamadas Cercarias, nadan libremente en el agua y tocan la piel humana. Estas larvas vienen de caracoles que viven en el agua. Cuando penetran la piel, se transforman en otra forma llamada esquistosomula y luego viajan a través del torrente sanguíneo a diferentes órganos como los pulmones, el corazón y el hígado. Después de madurar en parásitos adultos, se mueven a las venas de la vejiga donde se reproducen y ponen huevos.
La mayoría de los huevos quedan atrapados en el cuerpo, pero algunos salen a través de la orina. Cuando una persona orina en el agua, los huevos eclosionan y liberan nuevas larvas, que luego pueden infectar a los caracoles, continuando el ciclo.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la esquistosomiasis son principalmente por la respuesta inmune del cuerpo a los huevos que se acumulan alrededor de la vejiga y del tracto urinario. Esto puede llevar a problemas como sangre en la orina, daño renal y obstrucciones en el sistema urinario.
En las mujeres, puede causar problemas serios en el sistema reproductivo, resultando en dolor, sangrado y un mayor riesgo de infección por VIH.
¿Cómo se trata la esquistosomiasis?
El tratamiento principal para la esquistosomiasis es un medicamento llamado Praziquantel, que mata los gusanos adultos. Sin embargo, controlar la enfermedad también implica mejorar la calidad del agua, la sanidad y la higiene. La educación sobre la enfermedad y el control de la población de caracoles también son importantes.
¿Cómo se diagnostica la esquistosomiasis?
Diagnosticar la esquistosomiasis es esencial para el tratamiento y el monitoreo de los esfuerzos de control. Se utilizan diferentes métodos; algunos implican buscar parásitos o sus huevos en muestras de orina, mientras que otros detectan respuestas inmunes en la sangre.
Un método común es examinar muestras de orina en busca de huevos de S. haematobium, el tipo que causa problemas urinarios. Este método es bastante específico, pero no siempre es lo suficientemente sensible porque los huevos pueden no liberarse de forma constante, especialmente en infecciones leves.
También hay pruebas que buscan proteínas específicas liberadas por los gusanos adultos en la sangre o en la orina. Estas pruebas pueden ser más sensibles que solo buscar huevos y ayudan a identificar infecciones en áreas de baja prevalencia.
Otro método prometedor implica detectar material genético de los parásitos en sangre o en orina. Este método puede identificar todas las etapas de la infección, incluyendo la etapa larval temprana.
Las pruebas de sangre pueden medir Anticuerpos específicos contra las especies de Schistosoma, lo que indica infecciones actuales o pasadas. Sin embargo, los anticuerpos pueden permanecer en el cuerpo después de que una persona ha superado la infección, lo que dificulta saber si alguien está infectado actualmente.
Área de estudio y método
En un estudio reciente en Burkina Faso, los investigadores se enfocaron en medir Biomarcadores de esquistosomiasis usando muestras de sangre almacenadas de una encuesta previa de malaria. Esta área es conocida por tener tanto malaria como esquistosomiasis.
Durante la encuesta, se analizaron muestras de sangre de individuos en busca de varias señales de esquistosomiasis, como proteínas específicas y material genético de los parásitos. Se comparó la efectividad de estas diferentes pruebas para ver cuán bien podían identificar infecciones.
Hallazgos clave del estudio
El estudio encontró que el 29% de los individuos dieron positivo para esquistosomiasis al usar las pruebas de marcadores genéticos y de proteínas. Este número está alineado con estimaciones previas para el área, pero otros métodos de análisis sugirieron que la tasa real podría ser más alta, posiblemente alrededor del 35-37%.
Las pruebas genéticas y de proteínas fueron efectivas para identificar infecciones, aunque no siempre dieron los mismos resultados. Esto resalta la importancia de usar múltiples pruebas para un diagnóstico preciso.
El estudio también midió anticuerpos específicos contra proteínas de Schistosoma. Estas pruebas mostraron tasas de positividad más altas, indicando que mientras alguien podría haber tenido una infección en el pasado, también puede significar una infección actual.
Se encontró que aquellos con más pruebas de anticuerpos positivos eran más propensos a mostrar resultados positivos en las pruebas de infección directa. Esto sugiere que una respuesta de anticuerpos más amplia podría significar una mayor probabilidad de infección actual.
Comparación de pruebas diagnósticas
Al comparar las diferentes pruebas diagnósticas, los investigadores midieron la sensibilidad (qué tan bien una prueba identifica correctamente una infección) y la especificidad (qué tan bien una prueba identifica correctamente una no infección).
Los resultados mostraron que aunque tanto las pruebas genéticas como las de proteínas fueron útiles, las pruebas de anticuerpos a menudo resultaron en más resultados positivos. Sin embargo, pueden captar infecciones pasadas que ya no están activas.
La prueba genética y la prueba de proteínas mostraron un acuerdo sustancial, lo que significa que a menudo identificaron a las mismas personas como infectadas. Esta consistencia sugiere que cualquiera de las pruebas podría ser confiable para diagnosticar esquistosomiasis.
El estudio indicó la necesidad de considerar cuidadosamente qué pruebas usar, dependiendo de la situación y los recursos disponibles. Para un diagnóstico inmediato, las pruebas genéticas o de proteínas podrían ser las más útiles.
Para estudios epidemiológicos más amplios, que miran infecciones en poblaciones, ambas pruebas podrían proporcionar información importante sobre el nivel de esquistosomiasis en un área.
El futuro de la detección de la esquistosomiasis
La capacidad de diagnosticar la esquistosomiasis con precisión es crucial para controlar la enfermedad. Los hallazgos de este estudio enfatizan el potencial de usar tanto pruebas de sangre como marcadores genéticos para la toma de decisiones efectiva en entornos de salud.
La disponibilidad de diversos métodos de prueba ayuda a adaptar enfoques a situaciones específicas, ya sea para tratamiento inmediato o para estudios más grandes sobre tasas de infección en poblaciones.
Mejorar el diagnóstico no solo ayudará a tratar a individuos, sino que también asistirá en el control de la enfermedad en comunidades, trabajando en última instancia para reducir la carga de la esquistosomiasis en áreas afectadas.
Conclusión
En resumen, la esquistosomiasis representa una preocupación significativa para la salud en varias regiones. La enfermedad es causada por gusanos parásitos y se transmite a través del agua infectada. Los síntomas pueden ser severos, afectando los sistemas urinario y reproductivo.
Diagnosticar la esquistosomiasis de manera precisa es vital para un tratamiento y control efectivos. Estudios recientes resaltan la importancia de usar múltiples métodos de prueba, combinando la detección directa del parásito con pruebas indirectas que buscan la respuesta inmune del cuerpo.
A medida que la investigación continúa, el objetivo sigue siendo mejorar los métodos de detección y tratamientos, llevando en última instancia a mejores resultados de salud para aquellos afectados por la esquistosomiasis en regiones endémicas.
Título: Comparative evaluation of plasma biomarkers of Schistosoma haematobium infection in endemic populations from Burkina Faso
Resumen: Infection with Schistosoma haematobium causes urogenital disease associated with organ disfunction, bleeding, pain, and higher susceptibility to infections and cancer. Timely and accurate diagnosis is crucial for prompt and appropriate treatment as well as surveillance efforts, and the use of plasma biomarkers offers important advantages over parasitological examination of urine, including increased sensitivity and the possibility to use the same specimen for multiple investigations. The present study aims to evaluate the diagnostic performance of different plasma biomarkers in endemic populations from Burkina Faso, West Africa. Schistosoma spp. Circulating Anodic Antigen (CAA), cell free S. haematobium DNA (cfDNA), class M and G antibodies against S. haematobium Soluble Worm Antigen Preparation (SWAP) and Soluble Egg Antigen (SEA) were measured in 406 plasma samples. Results of each biomarker test were compared to those of CAA, a Composite Reference Standard (CRS) and Latent Class Analysis (LCA). An identical proportion of positive samples (29%) was observed as a result of CAA and cfDNA testing, with a substantial agreement (84%, Cohen k=0.62) between the results of the two tests, and a comparable agreement with the results of CRS and LCA. A higher positivity was observed, as expected, as a result of specific antibody testing (47%-72%), with IgG showing a higher agreement than IgM with the three references. Also, higher IgG levels were observed in current vs past infection, and ROC analysis identified optimal cutoff values for improved testing accuracy. This study provides compelling evidence that can inform the choice of the most appropriate diagnostic plasma biomarker for urogenital schistosomiasis in endemic areas, depending on the purpose, context, and available resources for testing. Either CAA or cfDNA testing can be used for the diagnosis of patients and for epidemiological investigations, even in absence of urine filtration microscopy, whereas anti-SWAP or anti-SEA IgG can be employed for surveillance and integrated monitoring of control interventions against poverty-associated diseases. Author summaryUrogenital schistosomiasis is a chronic debilitating disease affecting populations living in Africa and the Middle East and showing a strong association with poverty. Accurate detection of infection is important both for disease treatment and surveillance. Several tests based on detection in plasma of parasite protein (CAA), parasite DNA or parasite-specific host antibodies (IgM and IgG against SWAP and SEA antigens) are available and this study aims at comparing them to evaluate their accuracy. The comparison showed that tests based on parasite CAA or DNA yield very similar results and therefore the test of choice for diagnosis or epidemiological investigations can be based on laboratory resources. Additionally, the comparison showed that IgG against SWAP and SEA outperform IgM, and that high accuracy can be achieved by identifying an optimal level to determine positivity (cut-off), making these antibody tests ideal for surveillance purposes.
Autores: Valentina Dianora Mangano, M. Ouedraogo, J. C. Hey, S. Hilt, V. Rodriguez Fernandez, D. Winter, R. Razafindrakoto, P. Hoekstra, Y. Kabore, M. Fornili, L. Baglietto, I. Nebie, G. J. van Dam, P. L. Corstjens, D. Fusco, D. Modiano, F. Bruschi
Última actualización: 2024-04-16 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.04.12.24304946
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.04.12.24304946.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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