Mudarse después de una ruptura: impacto en la salud mental
Este artículo examina cómo mudarse afecta la salud mental durante y después de una separación.
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Tabla de contenidos
En Bélgica, alrededor del 8% de las personas reportaron haber experimentado depresión en 2018. Esto es parte de una tendencia más grande en Europa, donde aproximadamente el 7% de las personas lidian con depresión crónica. Eventos en la vida, como el divorcio o el fin de una relación, a menudo llevan a malos resultados en la Salud Mental. Recientemente, el número de divorcios ha aumentado, lo que hace más difícil para quienes se han separado encontrar una vivienda buena y asequible. Esta situación puede empeorar su salud mental, especialmente cuando surgen problemas financieros después de una Ruptura.
Curiosamente, no se sabe mucho sobre cómo mudarse a un nuevo lugar después de una Separación afecta la salud mental. Típicamente, después de una ruptura, al menos una persona se muda de la casa compartida. Mudarse puede tener tanto impactos buenos como malos en la salud mental. Por el lado positivo, mudarse puede brindar nuevas oportunidades y ayudar a las personas a avanzar en su anterior relación. Por el lado negativo, mudarse puede llevar a perder amistades cercanas y apoyo social, que son cruciales para el bienestar emocional.
Este artículo investiga cómo tomar Antidepresivos antes, durante y después de una separación se relaciona con mudarse a un nuevo hogar. Se enfoca tanto en parejas casadas como en aquellas que viven juntas sin estar casadas. El objetivo es entender cómo cambiar de hogar durante una separación afecta el uso de antidepresivos. El estudio utiliza datos de uno de los fondos de seguro de salud más grandes en Bélgica, cubriendo a un rango de personas que se separaron entre 2009 y 2018.
Los efectos de mudarse en la salud mental
Las investigaciones muestran que mudarse puede tener diferentes efectos en la salud mental dependiendo de las razones para mudarse. Mudarse puede crear nuevas oportunidades para el crecimiento personal y profesional. Las personas pueden encontrar mejores oportunidades laborales, mejorar sus habilidades sociales y formar nuevas conexiones sociales. También puede acercar a las personas a familiares que no viven con ellas. Además, los lugares a menudo guardan recuerdos, incluidos los dolorosos, y mudarse puede ayudar a las personas a romper con esas experiencias pasadas.
Sin embargo, mudarse también requiere que las personas se adapten a nuevos entornos, lo que puede ser estresante. Puede interrumpir los lazos sociales existentes y hacer que uno se sienta menos conectado con su vecindario. Los efectos negativos pueden disminuir si las personas tienen una red social sólida, buenos ingresos y un historial de Mudanzas sin problemas.
A pesar de que mudarse después de una ruptura es un tema común en estudios de salud y sociales, hay poca investigación sobre cómo mudarse impacta la salud mental específicamente después de una separación. Estudios anteriores han indicado que mudarse dentro de un país puede correlacionarse con varios problemas de salud, pero gran parte de la investigación existente se centra en la salud física más que en la salud mental.
Mudarse debido a una ruptura puede llevar a una pérdida de estabilidad en la vivienda, afectando la confianza en el futuro, la autoestima y las relaciones sociales. Especialmente para los padres, reubicarse puede tensar las relaciones con los hijos y dificultar mantener conexiones, particularmente si no tienen la custodia.
Entender cómo mudarse se relaciona con la salud mental después de una separación es crucial, ya que las personas a menudo enfrentan inestabilidad tras el fin de una relación. La decisión de quién se muda puede depender de varios factores económicos, y la investigación sugiere que las mujeres suelen ser más propensas a reubicarse después de un divorcio, especialmente cuando los niveles educativos son bajos. Esto está relacionado con la idea de que la persona que inicia la ruptura puede ser también la que deja el hogar compartido.
Disolución de la unión y salud mental
Cuando las parejas se separan, a menudo lleva a una mayor probabilidad de mudanza en comparación con individuos solteros o casados. El riesgo de mudarse alcanza su punto máximo en el momento de la separación y disminuye con el tiempo. En Bélgica, quienes se separan permanecen en un mayor riesgo de reubicarse durante más de un año después de que termina su relación.
Las investigaciones muestran un vínculo claro entre una ruptura y problemas de salud mental. Muchos estudios indican que la salud mental tiende a deteriorarse antes de que ocurra un divorcio. Este deterioro puede continuar por un tiempo después de la separación, particularmente para las mujeres que enfrentan un mayor riesgo de pobreza y otros desafíos socioeconómicos.
El proceso de separación puede llevar tiempo e involucrar negociaciones sobre arreglos habitacionales y custodia de los hijos. Como tal, los efectos de una ruptura en la salud mental pueden variar mucho y deben ser analizados a lo largo del tiempo.
Los cambios que vienen con una ruptura pueden llevar a desafíos inmediatos y a largo plazo que impactan el bienestar. Factores como perder recursos, reconfigurar relaciones familiares y cambiar condiciones de vida pueden afectar la salud mental. Las investigaciones indican que los hombres pueden tener más dificultades con las pérdidas de apoyo social inmediatas, mientras que las mujeres a menudo enfrentan dificultades económicas a largo plazo.
En Bélgica, las tasas de divorcio han sido más altas que el promedio europeo durante décadas, pero han comenzado a disminuir en los últimos años. Este cambio refleja tendencias en evolución en las relaciones, incluyendo un aumento en la convivencia no matrimonial y matrimonios más tardíos.
Mudarse después de una ruptura
A pesar de los impactos que mudarse puede tener en la salud mental, no mucha investigación se ha centrado en cómo cambiar de residencia afecta a las personas justo después de una ruptura. Esta experiencia de mudanza suele ser estresante, ya que las personas generalmente necesitan encontrar nuevos hogares rápidamente y con recursos limitados.
A menudo, quienes se separan terminan viviendo en viviendas de menor calidad, lo que puede afectar su salud mental al crear sentimientos de inseguridad y aislamiento. Para los padres, mudarse puede interrumpir sus lazos con los hijos, particularmente si no tienen la custodia. Mudanzas frecuentes, que a menudo pueden ocurrir después de una ruptura, pueden amplificar los sentimientos de inestabilidad y problemas de salud mental.
Justo después de una ruptura, decidir quién se muda de la casa compartida puede ser un asunto complicado, influenciado por circunstancias financieras. En Bélgica, no hay reglas firmes sobre quién debería dejar el hogar conyugal, lo que conduce a experiencias variadas según situaciones personales.
También vale la pena mencionar que las personas que entran en nuevas relaciones después de separarse a menudo se benefician de mejores resultados en la salud mental en comparación con quienes permanecen solteros. Mudarse puede representar un nuevo comienzo, pero también puede traer incertidumbres que afectan el bienestar.
Medición de la salud mental
Hay muchas formas de evaluar la salud mental, incluyendo el estudio del uso de antidepresivos. En Bélgica, los antidepresivos se prescriben para diversas condiciones, principalmente depresión y ansiedad. Usar el consumo de antidepresivos puede proporcionar una imagen más clara de las luchas de salud mental que enfrentan las personas durante una ruptura.
Sin embargo, medir la salud mental a través de la medicación puede ser limitado. No todas las personas que experimentan depresión reciben antidepresivos, y algunos pueden no seguir su tratamiento recetado. El consumo de antidepresivos puede variar según muchos factores, incluyendo el trasfondo de una persona, sus lazos sociales o creencias sobre los tratamientos de salud mental.
En Bélgica, muchos que terminan en antidepresivos lo hacen debido a sus luchas de salud mental, pero algunas personas evitan buscar ayuda. Los hombres, en particular, son menos propensos a discutir su salud mental, lo que puede llevar a subreportar y sub-tratar estos problemas.
Preguntas de investigación e hipótesis
El objetivo de esta investigación es examinar cómo mudarse impacta el uso de antidepresivos durante una separación. Basándose en hallazgos previos, el estudio busca desvelar cómo diferentes factores, incluyendo el género, afectan las experiencias relacionadas con la mudanza y la salud mental.
Primero, se espera que las personas que se mudan durante el año de su separación tengan un mayor consumo de antidepresivos que quienes permanecen en su hogar compartido.
Segundo, se cree que las mujeres pueden mostrar patrones diferentes en el uso de antidepresivos en comparación con los hombres. Las mujeres suelen ser quienes deciden dejar las relaciones y pueden mostrar tasas más altas de uso de medicación durante este período.
Tercero, si las personas encuentran nuevas parejas después de separarse, el uso de antidepresivos podría ser menor en comparación con quienes se quedan solteros. Para las mujeres, entrar en una nueva relación puede llevar a mejores resultados en la salud mental, especialmente cuando hay una mudanza involucrada.
Datos y métodos
Este estudio utiliza datos de un gran fondo de seguro de salud en Bélgica para analizar los patrones de consumo de antidepresivos. La muestra incluye individuos que estaban en una relación el 1 de enero de 2009 y se separaron entre 2009 y 2018. El objetivo es rastrear su salud mental a lo largo del tiempo basado en su situación habitacional.
El análisis utiliza varios métodos estadísticos para tener en cuenta diversas características, como género, edad y estatus económico. Este enfoque ayuda a enfocarse en los cambios a lo largo del tiempo, especialmente en el momento de la separación y cualquier mudanza resultante.
Los datos recopilados ofrecen una oportunidad única para observar cómo la salud mental puede fluctuar durante eventos significativos de la vida, como una ruptura o mudarse a una nueva área.
Hallazgos clave
El análisis revela que aproximadamente el 12% de la población estudiada consumió antidepresivos en 2009, con este número aumentando a lo largo de los años. Notablemente, las mujeres muestran tasas más altas de consumo de antidepresivos en comparación con los hombres.
La investigación indica que el uso de antidepresivos aumenta significativamente durante el año previo a la separación, alcanza su punto máximo durante la ruptura, y luego disminuye después. Sin embargo, las mujeres tienden a mostrar una necesidad sostenida de antidepresivos mucho más allá del año de separación, destacando el impacto duradero del estrés relacionado con la ruptura.
En términos de mudanza, las diferencias en el consumo de antidepresivos entre quienes se mudaron y quienes no lo hicieron fueron mínimas. Esto sugiere que la reubicación después de una separación es solo uno de muchos factores de estrés que afectan la salud mental.
Al mirar las diferencias de género, las mujeres que se reubicaron durante su separación generalmente tenían un mayor uso de antidepresivos antes de la ruptura. En contraste, los hombres no mostraron diferencias significativas en sus patrones de medicación basados en el estado de mudanza.
Para las personas que encontraron nuevas parejas después de su separación, los resultados fueron prometedores. Las mujeres que se mudaron y rápidamente ingresaron en nuevas relaciones reportaron un menor consumo de antidepresivos, sugiriendo que la nueva pareja puede ser beneficiosa para la salud mental.
Conclusión y recomendaciones
Este estudio proporciona valiosos conocimientos sobre la compleja relación entre mudarse, separación y salud mental. Destaca que aunque mudarse puede ser una fuente de estrés, también puede presentar nuevas oportunidades de crecimiento. Sin embargo, los resultados muestran que las implicaciones en la salud mental de una ruptura pueden ser severas y duraderas, particularmente para las mujeres.
Las políticas públicas destinadas a apoyar a las personas durante y después de una separación podrían ser muy beneficiosas. La asistencia para encontrar vivienda asequible y recursos adicionales para los individuos recién separados, especialmente las mujeres, es esencial.
Además, se deben hacer esfuerzos para alentar a los hombres a buscar ayuda para problemas de salud mental y fomentar discusiones abiertas sobre las luchas de salud mental. Construir un ambiente de apoyo puede ayudar a reducir el estigma en torno a la atención de salud mental y asegurar que las personas reciban el tratamiento que necesitan.
Finalmente, se necesita más investigación para entender mejor cómo mudarse afecta la salud mental después de una ruptura y cómo varias circunstancias personales, incluido el estatus socioeconómico, pueden influir en esta relación. Al enfocarse en estas áreas, podemos crear una comprensión más completa de cómo apoyar mejor a las personas que atraviesan transiciones difíciles en la vida.
Título: Moving out and Moving on. The impact of mobility in the context of union dissolution on antidepressants prescription in Belgium.
Resumen: This research investigates the role of residential mobility in the relation between union dissolution and antidepressants intake. The dataset gathers information on 20 to 64-year-old individuals affiliated with the Belgian socialist health insurance fund - the largest public health insurance fund in French-speaking Belgium - and who lived in marital or non-marital opposite-sex partnerships in 2008 and separated between 2009 to 2018 (N=68,048). We used antidepressant consumption (>= 90 defined daily doses per year) as a dependent variable and conducted random-effect logistic regression models. Controlling for observed and unobserved individuals characteristics, we found that, mobility - defined by a change of municipality - during the year and/or the year following the separation is not associated with higher or lower antidepressants intake than staying on the previously shared place after the separation. However, we observe anticipatory effects for women: women who moved during their separation year had a higher medication use than women who stayed in the previously shared municipality. Repartnership is associated with lower antidepressants consumption for women, especially if they leave the shared place.
Autores: Joan Damiens, C. Schnor, D. Willaert
Última actualización: 2024-05-01 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.04.30.24306615
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.04.30.24306615.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
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