Almejas de Corazón: La Fibra Óptica de la Naturaleza para la Fotosíntesis
Descubre cómo las almejas corazón se adaptan para apoyar a sus socios fotosintéticos.
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Tabla de contenidos
La fotosíntesis es esencial para la vida en la Tierra, ya que ayuda a producir energía a partir de la luz solar. Mientras que muchos estudios se centran en cómo las plantas y algas capturan la luz solar, algunos animales también se benefician de ella a través de asociaciones con pequeños organismos que realizan la fotosíntesis. Esto es especialmente cierto para ciertos tipos de almejas, corales y esponjas, que tienen adaptaciones especiales para ayudar a sus compañeros a obtener luz para la fotosíntesis.
Animales Fotosimbióticos
Entre los animales que utilizan este proceso, los Bivalvos, que incluyen almejas y ostras, son particularmente interesantes. Mientras que los corales a menudo reciben más atención, los bivalvos fotosimbióticos tienen adaptaciones únicas que les ayudan a prosperar en sus entornos. Los bivalvos pertenecen a una clase de animales que principalmente tienen conchas duras, y algunos de ellos, como las almejas gigantes y los machos de corazón, han desarrollado formas de vivir simbioticamente con compañeros fotosintéticos.
Las almejas gigantes y los machos de corazón dependen de los productos de la fotosíntesis de pequeños Dinoflagelados, que necesitan luz solar para producir energía. Para permitir que suficiente luz llegue a estos dinoflagelados, las almejas han evolucionado maneras de asegurar que sus tejidos blandos puedan estar expuestos a la luz solar, a pesar de sus conchas duras y a menudo opacas.
Adaptaciones para la Exposición a la Luz
Una forma en que las almejas gigantes logran esto es manteniendo sus conchas ligeramente abiertas, permitiendo que la luz solar brille sobre sus tejidos blandos. También tienen capas especializadas en sus conchas que ayudan a dispersar la luz de maneras útiles mientras absorben los dañinos rayos UV. Otros bivalvos, como ciertos machos de corazón, han desarrollado ventanas transparentes en sus conchas gruesas para permitir que la luz solar llegue a sus compañeros sin exponer sus tejidos blandos a demasiados peligros.
Estas adaptaciones en los machos de corazón les permiten florecer en sus hábitats. Se encuentran parcialmente enterrados en arena o corales, donde pueden moverse para asegurarse de que están recibiendo suficiente luz solar. Si su lado orientado al sol está cubierto, pueden moverse para despejarlo.
La Estructura de los Machos de Corazón
Los machos de corazón, específicamente la especie conocida científicamente como Corculum cardissa y otras especies relacionadas, tienen conchas que varían en tamaño, forma y color. El lado orientado al sol de sus conchas puede ser plano, en forma de cúpula o más parecido a un plato, todo con el objetivo de optimizar la cantidad de luz que llega a sus estructuras internas.
Las conchas están hechas de aragonito, una forma de carbonato de calcio que muchos animales marinos utilizan. Las ventanas en sus conchas tienen estructuras únicas que difieren de otras partes de la concha. En las ventanas, el aragonito forma cristales largos y delgados, mientras que las partes opacas de la concha tienen una estructura diferente que ayuda a mantenerlas resistentes.
Función de las Ventanas
La investigación sugiere que estas ventanas permiten a los machos de corazón transmitir una cantidad significativa de luz solar a sus compañeros simbióticos mientras bloquean gran parte de la Radiación UV dañina. Los experimentos muestran que las ventanas pueden dejar pasar más del doble de la cantidad de luz útil para la fotosíntesis en comparación con la luz que es dañina. La estructura natural de las ventanas de la concha parece actuar como cables de fibra óptica, ayudando a llevar la luz de manera eficiente a los tejidos dentro de los machos de corazón.
Además de las ventanas, algunos machos de corazón tienen pequeños bultos en el interior de sus conchas que actúan como lentes. Estas lentes ayudan a enfocar la luz solar en los tejidos blandos, permitiendo que la luz penetre más profundamente donde residen los compañeros fotosintéticos. Este arreglo no solo asegura que los simbiontes reciban suficiente luz, sino que también los protege de posibles daños causados por la exposición excesiva a la luz UV.
Óptica Natural
El aspecto interesante de estas adaptaciones es cómo se asemejan a las fibras ópticas fabricadas por el hombre. Las ventanas en los machos de corazón, formadas por fibras agrupadas, ayudan a transmitir luz de manera similar a cómo funcionan los cables de fibra óptica. La estructura de estas fibras les permite proyectar imágenes y llevar la luz de manera más efectiva, lo cual es una característica notable en criaturas vivas.
Esta característica única de los machos de corazón es probablemente el primer ejemplo documentado de tales estructuras de fibra óptica en un animal. Las conchas no solo protegen al animal, sino que también cumplen una función vital para asegurar que sus compañeros fotosintéticos prosperen.
Implicaciones para la Fotosíntesis
La capacidad de los machos de corazón para canalizar la luz solar de manera efectiva significa que pueden apoyar sus relaciones simbióticas y mejorar su propia supervivencia. Con luz adecuada llegando a sus compañeros, pueden prosperar en entornos donde los niveles de luz pueden variar. Esta sinergia entre los bivalvos y sus compañeros fotosintéticos juega un papel crítico en la salud general de los ecosistemas marinos.
Además, entender cómo funcionan estas estructuras podría inspirar nuevas tecnologías. Las características observadas en la naturaleza a menudo llevan a innovaciones en los diseños hechos por el hombre, especialmente cuando se trata de la manipulación de la luz y la eficiencia energética.
Conclusión
Las ventanas transparentes de las conchas de los machos de corazón y sus estructuras de fibra óptica naturales proporcionan valiosas ideas sobre cómo los animales pueden evolucionar adaptaciones para la fotosíntesis. Al bloquear la luz UV dañina mientras permiten que la luz solar benéfica pase, los machos de corazón demuestran un enfoque único para sobrevivir en sus entornos submarinos. Este fascinante ejemplo de la ingeniosidad de la naturaleza no solo arroja luz sobre las características biológicas de estos bivalvos, sino que también ofrece posibles caminos para avances en tecnología inspirados por la naturaleza. Estudios adicionales podrían revelar aún más sobre las complejas relaciones y adaptaciones que permiten la supervivencia en ecosistemas diversos.
Título: Heart cockle shells transmit sunlight to photosymbiotic algae using bundled fiber optic cables and condensing lenses
Resumen: Many animals convergently evolved photosynthetic symbioses. In bivalves, giant clams (Cardiidae: Tridacninae) gape open to irradiate their symbionts, but heart cockles (Cardiidae: Fraginae) stay closed because sunlight passes through transparent windows in their shells. Here, we show that heart cockles (Corculum cardissa and spp.) use biophotonic adaptations to transmit sunlight for photosynthesis. Heart cockles transmit 11-62% of photosynthetically active radiation (mean=31%) but only 5-28% of potentially harmful UV radiation (mean=14%) to their symbionts. Beneath each window, microlenses condense light to penetrate more deeply into the symbiont-rich tissue. Within each window, aragonite forms narrow fibrous prisms perpendicular to the surface. These bundled "fiber optic cables project images through the shell with a resolution of >100 lines/mm. Parameter sweeps show that the aragonite fibers size ([~]1{micro}m diameter), morphology (long fibers rather than plates), and orientation (along the optical c-axis) transmit more light than many other possible designs. Heart cockle shell windows are thus: (i) the first instance of fiber optic cable bundles in an organism to our knowledge; (ii) a second evolution, with epidermal cells in angiosperm plants, of condensing lenses for photosynthesis; and (iii) a photonic system that efficiently transmits useful light while protecting photosymbionts from UV radiation.
Autores: Dakota E McCoy, D. Burns, E. Klopfer, L. Herndon, B. Ogunlade, J. A. Dionne, S. Johnsen
Última actualización: 2024-09-12 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2022.10.28.514291
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2022.10.28.514291.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
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