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# Ciencias de la Salud# Epidemiología

La Crisis de los Opioides: Una Emergencia Sanitaria Nacional

La crisis de los opioides sigue afectando vidas en EE. UU.

― 7 minilectura


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La crisis de los opiáceos es un problema serio de salud pública en Estados Unidos. Desde 1999, el número de Muertes por sobredosis de opiáceos ha aumentado drásticamente, alcanzando más de 80,000 muertes solo en 2021. Al principio, muchas de estas muertes estaban relacionadas con opiáceos recetados, que fueron promocionados a fondo por las compañías farmacéuticas. En 2010, las muertes por heroína comenzaron a aumentar, seguidas por un incremento significativo de muertes relacionadas con opiáceos sintéticos como el fentanilo a partir de 2013. Recientemente, ha habido un patrón preocupante de personas usando tanto opiáceos como estimulantes, como metanfetaminas o cocaína, lo que eleva el riesgo de sobredosis mortales.

La pandemia de COVID-19 empeoró la situación. Las muertes por sobredosis aumentaron al volverse más difícil el acceso al Tratamiento y muchas personas experimentaron aislamiento social. Aunque los primeros informes sugerían que la crisis afectaba principalmente a personas blancas, las tendencias más recientes muestran que las personas negras e indígenas ahora están experimentando tasas más altas de muertes relacionadas con opiáceos.

En 2019, se estimó que 7 millones de estadounidenses sufrían de trastorno por uso de opiáceos (OUD), que incluye adicción y síntomas de abstinencia. Los estudios muestran que las personas con OUD tienen tasas de mortalidad significativamente más altas en comparación con la población general. Lamentablemente, solo un pequeño porcentaje de quienes necesitan tratamiento realmente lo reciben, y aún menos entre las minorías raciales y étnicas debido a las barreras en el acceso a la atención.

Las tasas de muerte por sobredosis de opiáceos son altas, pero simplemente contar muertes no refleja realmente el impacto de esta crisis. Muchas víctimas de sobredosis de opiáceos son jóvenes, lo que disminuye la Esperanza de vida en EE. UU. Una medida conocida como años de vida perdidos (YLL) ayuda a ilustrar cuánto potencial de vida se pierde debido a muertes prematuras por sobredosis de opiáceos. Estudios anteriores han examinado estos impactos, pero no han capturado completamente los efectos de los recientes aumentos en las muertes relacionadas con opiáceos, especialmente desde el inicio de la pandemia.

El objetivo de las investigaciones recientes fue medir los cambios en las muertes relacionadas con opiáceos y sus impactos en la esperanza de vida desde 2019 hasta 2021. El estudio también buscó comparar estos impactos entre diferentes grupos demográficos para identificar cuáles han sufrido más.

Para realizar esta investigación, se recopiló información de varias bases de datos que rastrean recuentos de muertes y causas de muerte en EE. UU. Para los años en cuestión, los investigadores recolectaron datos sobre el número de muertes por todas las causas y específicamente por sobredosis de opiáceos, desglosándolo por edad, sexo, raza, etnia y ubicación. El año más reciente con datos completos fue 2021.

Los hallazgos mostraron un aumento drástico en las muertes relacionadas con opiáceos, con un notable aumento en los años posteriores a la pandemia. De 2019 a 2020, las muertes por opiáceos aumentaron un 38%, y luego un 17% más de 2020 a 2021. Los hombres tuvieron tasas de muerte significativamente más altas en comparación con las mujeres, y entre diferentes grupos raciales y étnicos, los nativos americanos y las personas negras experimentaron las tasas más altas de muertes por sobredosis.

La pandemia ha cambiado fundamentalmente la demografía de las sobredosis de opiáceos. Las muertes entre adultos jóvenes, específicamente aquellos en sus 30 y 40 años, han sido especialmente alarmantes. En 2021, la edad promedio de muerte por sobredosis de opiáceos era de alrededor de 40 años para hombres y 41 para mujeres. Entre todas las edades, las sobredosis de opiáceos se han convertido en una de las principales causas de muerte, especialmente para quienes tienen entre 20 y 39 años.

A medida que la esperanza de vida al nacer ha disminuido en EE. UU., la crisis de los opiáceos ha contribuido significativamente a esta tendencia. En 2021, la esperanza de vida se redujo en aproximadamente 0.65 años debido a las sobredosis de opiáceos. Este impacto se ha medido no solo en términos de muertes, sino también en términos de años de vida perdidos. En total, alrededor de 3 millones de años de vida se perdieron por sobredosis de opiáceos en 2021, lo que indica un severo impacto en la población.

La variación en la pérdida de vida debido a los opiáceos se puede ver entre diferentes grupos demográficos. Por ejemplo, los hombres negros e indígenas experimentaron algunas de las disminuciones más significativas en la esperanza de vida. La cantidad de vida perdida por muerte fue particularmente alta para la población más joven, mostrando lo devastadora que es esta crisis para aquellos que apenas están comenzando sus vidas.

El uso de múltiples sustancias es una preocupación creciente, ya que muchas muertes por sobredosis ahora involucran el uso combinado de opiáceos y estimulantes. Esta tendencia ha ido en aumento con el tiempo, y en 2021, casi la mitad de todas las muertes por sobredosis de opiáceos estaban asociadas con el uso de otras drogas. La combinación de opiáceos con cocaína o estimulantes ha sido especialmente dañina entre grupos demográficos específicos, complicando aún más los esfuerzos de tratamiento y prevención.

Hay diferencias notables en cómo la crisis de los opiáceos afecta a varias regiones del país. Algunos estados, como Virginia Occidental, enfrentan tasas mucho más altas de años de vida perdidos en comparación con otros, como Nebraska y Dakota del Sur, donde las tasas son significativamente más bajas. Las disparidades subrayan que la crisis no es uniforme en toda la nación, y se necesitan intervenciones específicas donde la carga es más pesada.

La crisis de los opiáceos ha evolucionado con el tiempo, impactando a una amplia variedad de individuos sin importar su trasfondo. Inicialmente vista como un problema que afectaba principalmente a comunidades rurales blancas, la crisis ahora afecta a personas de todas las razas y etnias. A medida que las tasas de muertes relacionadas con opiáceos siguen aumentando, es crucial reconocer y abordar la demografía cambiante para poder adaptar estrategias de intervención efectivas.

Los esfuerzos para combatir la crisis de los opiáceos necesitan adoptar un enfoque multifacético. El tratamiento para el trastorno por uso de opiáceos debe ser más accesible, especialmente para quienes están en comunidades minoritarias que enfrentan barreras sistémicas. Es esencial que las políticas de salud pública aborden los problemas subyacentes que impulsan el uso de sustancias, incluyendo la pobreza, el apoyo a la salud mental y el acceso a la atención.

Además, la cadena de suministro de drogas ilegales debe ser manejada de manera más efectiva para prevenir la llegada de sustancias potentes como el fentanilo a las comunidades. Las estrategias de aplicación de la ley deben adaptarse para combatir la distribución de estas drogas y proteger la salud pública.

La pandemia de COVID-19 ha introducido nuevos desafíos en la lucha contra la crisis de los opiáceos. El aumento del aislamiento social y el distress económico han contribuido a las tasas crecientes de sobredosis. Las futuras estrategias de salud pública deben asegurarse de que los servicios de apoyo para quienes están en riesgo de dependencia de opiáceos se mantengan incluso en tiempos de crisis, como pandemias.

En resumen, la crisis de los opiáceos en Estados Unidos sigue siendo un tema urgente que se ha intensificado en los últimos años, llevando a una significativa pérdida de vidas y a una reducción en la esperanza de vida. Entender las tendencias de las muertes relacionadas con opiáceos y sus efectos en diferentes grupos demográficos es vital para desarrollar intervenciones efectivas. Solo a través de estrategias integrales podemos esperar disminuir el impacto de esta crisis de salud nacional y proteger a las comunidades vulnerables.

Fuente original

Título: Impact of opioid overdoses on US life expectancy and years of life lost, by demographic group and stimulant co-involvement: a mortality data analysis from 2019-2022

Resumen: BackgroundThe United States opioid crisis is worsening, and the number of deaths reached 81,806 in 2022 after more than tripling over the past decade. This study aimed to comprehensively characterize changes in burden of opioid overdose mortality in terms of life expectancy reduction and years of life lost between 2019-2022, including differential burden across demographic groups and the contribution of polysubstance use. MethodsUsing life tables and counts for all-cause and opioid overdose deaths from the National Center for Health Statistics, we constructed cause-eliminated life tables to estimate mortality by age in the absence of opioid-related deaths. We calculated the loss in life expectancy at birth (LLE) and total years of life lost (YLL) due to opioid overdose deaths by state of residency, sex, racial/ethnic group, and co-involvement of cocaine and psychostimulants. FindingsOpioid-related deaths in the US led to an estimated 3{middle dot}1 million years of life lost in 2022 (38 years per death), compared to 2{middle dot}0 million years lost in 2019. Relative to a scenario with no opioid mortality, we estimate that opioid-related deaths reduced life expectancy nationally by 0{middle dot}67 years in 2022 vs 0{middle dot}52 years in 2019. This LLE worsened in all racial/ethnic groups during the study period: 0{middle dot}76y to 0{middle dot}96y for white men, 0{middle dot}36y to 0{middle dot}55y for white women, 0{middle dot}59y to 1{middle dot}1y for Black men, 0{middle dot}27y to 0{middle dot}53y for Black women, 0{middle dot}31y to 0{middle dot}82y for Hispanic men, 0{middle dot}19y to 0{middle dot}31y for Hispanic women, 0{middle dot}62y to 1{middle dot}5y for American Indian/Alaska Native (AI/AN) men, 0{middle dot}43y to 1y for AI/AN women, 0{middle dot}09y to 0{middle dot}2y for Asian men, and 0.08y to 0.13y for Asian women. Nearly all states experienced an increase in years of life lost (YLL) per capita from 2019-2022, with YLL more than doubling in 16 states. Cocaine or psychostimulants with abuse potential (incl. methamphetamines) were involved in half of all deaths and years of life lost in 2022, with substantial variation in the predominant drug class by state and racial/ethnic group. InterpretationThe burden of opioid-related mortality increased dramatically in the US between 2019-2022, coinciding with the period of the COVID-19 pandemic and the associated disruptions to social, economic, and health systems. Opioid overdose deaths are an important contributor to decreasing US life expectancy, and Black, Hispanic, and Native Americans now experience mortality burdens approaching or exceeding white Americans. FundingNone

Autores: Alison L Hill, A. H. Hebert

Última actualización: 2024-05-26 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.07.07.23292297

Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2023.07.07.23292297.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Cambios: Este resumen se ha elaborado con la ayuda de AI y puede contener imprecisiones. Para obtener información precisa, consulte los documentos originales enlazados aquí.

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