La dura verdad sobre la música y la salud auditiva
La música alta puede dañar la audición; disfrutemos de las melodías de manera segura.
Céline Daelemans, Casper Bonapart, Adriana L. Smit, Inge Stegeman
― 10 minilectura
Tabla de contenidos
- El Auge de la Música A Todo Volumen
- Riesgos para la Salud Auditiva
- Lo Bueno, Lo Ruidoso y Lo No Tan Genial
- Políticas y Directrices de Prevención
- El Rol de las Características Musicales
- Diseños de Estudio y Metodología
- La Conexión Emocional
- Movimiento y Comportamiento
- Comportamientos Dañinos y Alcohol
- Conclusión: Avanzando con la Música
- Información de Apoyo
- Fuente original
- Enlaces de referencia
La música ha sido una parte enorme de nuestras vidas desde hace siglos, desde salones de baile hasta conciertos, y ahora discotecas donde el bajo puede hacer temblar tus huesos. Pero con buena música viene un gran volumen. Aunque todos amamos movernos al ritmo de nuestras canciones favoritas, el sonido puede ser bastante fuerte. Este aumento en el volumen y el amor por la música a todo volumen pueden generar serias preocupaciones para nuestros oídos, especialmente cuando los estudios muestran que muchos jóvenes podrían estar en riesgo de pérdida auditiva.
El Auge de la Música A Todo Volumen
En el pasado, la música solía tocarse a lo que ahora podríamos considerar volúmenes bajos. Sin embargo, desde los 2000, las discotecas han subido el volumen a niveles que pueden hacer que tus oídos suenen. Los estudios muestran que en algunos lugares, la música puede alcanzar un estruendoso 103.4 dBA. Esto es significativamente más fuerte que los 97 dBA medidos en los años 70. La Organización Mundial de la Salud ha hecho sonar las alarmas sobre esto, señalando que cuando las personas pasan tiempo en estos entornos de música fuerte, están en riesgo de daño auditivo.
Las discotecas no son las únicas responsables, sin embargo. Los auriculares están por todas partes, especialmente entre los adolescentes. Gracias a los avances en tecnología, esos pequeños trozos de plástico ahora pueden reproducir música a niveles que van de 78 a 136 dB. Solo piénsalo por un momento: estás sentado en un café, tomando tu café, y alguien a tu lado escucha música a un nivel que se podría comparar con estar al lado de un avión despegando. ¡Vaya!
Riesgos para la Salud Auditiva
Entonces, ¿qué pasa cuando expones tus oídos a estos altos niveles de sonido? Bueno, tus posibilidades de desarrollar Pérdida de Audición Inducida por Ruido (PAIR) aumentan significativamente. Esto no es solo una molestia menor; la PAIR puede llevar a una pérdida auditiva permanente y se considera una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Para muchos, puede venir con efectos secundarios desagradables como el tinnitus, un zumbido o timbre en los oídos que simplemente no se detiene.
El tinnitus puede ser un verdadero fastidio. Imagina intentar disfrutar de una noche tranquila, pero todo lo que puedes escuchar es un zumbido constante que te hace querer gritar. Alrededor del 10-20% de quienes lo experimentan reportan que afecta seriamente su calidad de vida. Si lo piensas, muchos de nosotros hemos estado en entornos ruidosos donde hemos notado que nuestra audición no es la misma después, y esa es una señal de que quizás deberíamos ser más cuidadosos con nuestros hábitos de escucha.
Lo Bueno, Lo Ruidoso y Lo No Tan Genial
A pesar de los riesgos asociados con la música fuerte, muchos aún disfrutan de su tiempo en discotecas y conciertos. Pero no es solo la música misma lo que los mantiene regresando; es toda la experiencia: las luces, la energía, el baile y, sí, la música a todo volumen que parece bombear la emoción directamente a sus venas.
Curiosamente, algunos estudios sugieren que las personas podrían incluso preferir un poco de ruido en sus vidas. Muchos asistentes a clubes sienten que la música fuerte los hace más felices y energizados. Es un poco como ese momento cuando escuchas tu canción favorita y de repente sientes que puedes conquistar el mundo.
Sin embargo, esto no significa que la música fuerte sea la respuesta para todos. Sorprendentemente, investigaciones indican que muchas personas realmente prefieren un volumen más bajo donde aún pueden disfrutar de los ritmos, pero también tener una conversación sin tener que gritar sobre la música.
Políticas y Directrices de Prevención
Con todos estos riesgos, algunas organizaciones están tomando cartas en el asunto. La Organización Mundial de la Salud ha sugerido que los lugares de música limiten el volumen a alrededor de 100 dBA cuando se reproduzca de manera continua por períodos largos. Este intento de mantener la diversión mientras también se protege la salud auditiva de las personas es esencial. Varios países también están siendo creativos con sus regulaciones, incluyendo el monitoreo en tiempo real de los niveles de sonido, creando zonas silenciosas e incluso repartiendo tapones para los oídos.
Además, hay campañas de concienciación como "Conoce Tu Ruido" y "No Pierdas La Música" que buscan educar al público sobre cómo la música fuerte puede dañar la audición. Desafortunadamente, estas campañas pueden ser complicadas, ya que muchas personas aún prefieren altos volúmenes cuando están de fiesta. Es un poco un dilema: ¿cómo balanceas la diversión de una buena fiesta con el riesgo de dañar tu audición?
El Rol de las Características Musicales
Mientras estamos hablando sobre niveles de sonido, es importante notar que las características de la música misma—como el tempo, el ritmo y el género—juegan un papel en la experiencia general de los oyentes. Algunos estudios indagan en cómo diferentes ritmos y estilos pueden influir en el movimiento, las emociones y los comportamientos. Un ritmo pegajoso puede hacer que quieras bailar, mientras que una canción más lenta podría hacer que te balancees y te relajes.
Imagina que estás en un concierto donde la música está justo en el punto—gran tempo, ritmo perfecto y suficiente energía para hacer que todos se muevan. Esa atmósfera puede mejorar no solo tu experiencia, sino también tu deseo de bailar y disfrutar de la noche. Pero no se trata solo de volumen; la gente puede pasárselo genial con música a volúmenes más bajos cuando las características correctas están presentes.
Diseños de Estudio y Metodología
Para obtener un poco de claridad sobre cómo la música afecta el comportamiento, los investigadores diseñan cuidadosamente estudios para medir diferentes resultados. Observan todo, desde cómo las personas responden a la música fuerte hasta cómo se sienten después de asistir a un concierto. Esto implica recopilar datos a través de encuestas, observaciones y otras metodologías.
Por ejemplo, algunos estudios se centran en cómo géneros como el rock, la música electrónica o la clásica pueden cambiar las emociones—generando felicidad, emoción o incluso relajación. Los hallazgos de estos estudios son esenciales para entender cómo las experiencias en varios eventos musicales influyen en los estados de ánimo y comportamientos de las personas.
La Conexión Emocional
Una conclusión clave es que la música tiene un impacto profundo en nuestras emociones. Desde los ritmos de alta energía que aceleran nuestros corazones hasta melodías más suaves que nos hacen reflexionar, la intensidad emocional relacionada con la música es increíble. Las personas reportan sentirse felices, alegres, calmadas o incluso emocionadas, dependiendo de la música que están experimentando.
Los géneros musicales también pueden evocar diferentes sentimientos. La música clásica puede sacar a relucir una sensación de elegancia, mientras que el pop podría energizar a los oyentes. Estas emociones también pueden llevar a reacciones físicas. La gente a menudo se encuentra moviéndose al ritmo, bailando y simplemente disfrutando. Resulta que la música no solo entretiene, sino que también comunica una amplia gama de sentimientos que resonan profundamente en nosotros.
Movimiento y Comportamiento
La investigación ha demostrado que ciertas características musicales pueden afectar cuánto se mueve la gente. Por ejemplo, los tempos rápidos y los sonidos pegajosos animan a las personas a bailar más. En un entorno de discoteca, esto podría significar un movimiento más vigoroso en la pista de baile. Los científicos incluso han medido cómo pequeños cambios en el sonido pueden influir significativamente en nuestras respuestas físicas.
Dicho esto, la música no solo nos hace mover; también puede hacernos más sociales. Cuando estás rodeado de otros disfrutando de las mismas melodías, puede crear un sentido de comunidad y conexión. Las conversaciones pueden fluir más fácilmente, y la gente puede sentirse más relajada y abierta a conocer nuevos amigos.
Comportamientos Dañinos y Alcohol
Además de los riesgos para la salud relacionados con la música fuerte, algunos estudios también exploran cómo la música puede afectar el comportamiento de otras maneras. La gente a menudo asocia ciertos géneros musicales con actividades específicas, incluyendo beber y festejar. En algunos casos, géneros como el hard rock o la música electrónica pueden llevar a un aumento en el consumo de alcohol o incluso comportamientos agresivos.
Curiosamente, ciertos tipos de música pueden crear una atmósfera que lleva a las personas a beber más o involucrarse en comportamientos inseguros. Por ejemplo, los himnos de fiesta pueden alentar el consumo excesivo de alcohol, mientras que otros estilos pueden no tener el mismo efecto. Esto plantea preguntas sobre cómo los lugares pueden crear experiencias agradables mientras mantienen a sus clientes a salvo.
Conclusión: Avanzando con la Música
Mientras disfrutamos de las últimas melodías, es esencial reconocer el delicado equilibrio entre disfrutar de la música fuerte y proteger nuestra salud auditiva. Si bien la emoción de las discotecas y conciertos atrae a muchos de nosotros, los niveles de ruido pueden tener efectos dañinos.
Entender cómo las diferentes características musicales pueden impactar nuestro comportamiento, emociones y experiencias generales ayuda a allanar el camino hacia directrices más saludables. Es fantástico disfrutar de la música que amamos, pero mantengamos un ojo (y un oído) en nuestra salud. Avanzando, todos podemos disfrutar de nuestros sonidos favoritos a volúmenes seguros—porque nadie quiere perderse la música solo porque ya no la pueda escuchar.
Así que la próxima vez que salgas a bailar, recuerda proteger tus oídos, abrazar el ritmo y disfrutar de la vida. ¡Después de todo, quién no querría bailar felizmente sin el miedo de tener los oídos sonando después de que termine la fiesta? Un poco de sentido común puede llevar a mucha más diversión a largo plazo.
Información de Apoyo
Mientras las secciones anteriores cubrieron una amplia gama de temas relacionados con la música, la salud y el comportamiento, vale la pena resaltar la importancia de la investigación y los estudios en curso. Muchas organizaciones e investigadores continúan explorando formas de crear experiencias positivas mientras también protegen nuestra salud auditiva.
La educación es clave, especialmente para las personas más jóvenes que quizás aún no reconozcan los riesgos potenciales involucrados con la música fuerte. Es esencial difundir la palabra sobre hábitos de escucha saludables y fomentar el uso de dispositivos de protección como tapones para los oídos en entornos ruidosos. ¿Quién hubiera pensado que mantener a salvo nuestra audición podría ser tan divertido?
Así que, ponte esos tapones, sal a la pista de baile y sigue rockeando mientras te mantienes seguro.
Fuente original
Título: Temporary fun, permanent damage: a systematic review on the effects of musical characteristics on participants experience and behavior during leisure activities
Resumen: BackgroundExcessively loud music is frequently played at leisure activities, posing significant health risks. However, the lack of consensus on consumers preferred music settings makes it difficult to implement preventive measures against high noise levels. Therefore, our objective is to systematically evaluate how different musical characteristics influence the experiences and behaviors of individuals engaged in leisure activities. MethodsWe conducted a search for studies examining the effects of musical characteristics on individuals at leisure activities where the musical experience is of primary focus. The search was performed using the Medline Pubmed, Embase Elsevier, Cochrane, PsychInfo, and ClinicalTrial.gov databases. The exclusion criteria included: leisure activities related to sports, studies evaluating music as a treatment, lab settings, case studies, and participants below 15 years old. The NOS, RoB2, and ROBINS-I tools were used to assess risk of bias. Results relevant to our outcomes of interest were extracted and summarized in tables. ResultsWe identified 2503 studies, of which 37 studies were included for data extraction. The total number of participants in this systematic review was 16843. Among the 37 studies, 23 were observational with the remainder being experimental control trials. Risk of bias in the studies was high. Our findings indicate that musical characteristics such as low frequencies, high groove, high tempo, and live performance enhanced participants movements and emotions. Excessively high levels, such as those found in nightclubs, were deemed unnecessary by those exposed. These extreme volumes also caused discomfort and posed a risk to hearing health. InterpretationThe high risk of bias makes it difficult to draw conclusions based on the data in this systematic review. Therefore, and in order to inform policy makers, we need adequate randomized controlled trials in order to assess the effects of different levels of loudness on music experience. FundingDorhout Mees Stichting RegistrationPROSPERO registration: CRD42023412634
Autores: Céline Daelemans, Casper Bonapart, Adriana L. Smit, Inge Stegeman
Última actualización: 2024-12-08 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.12.06.24318567
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.12.06.24318567.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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