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# Biología # Neurociencia

Organismos Cerebrales Pequeños: Una Nueva Frontera en la Neurociencia

Los organoides cerebrales ofrecen una nueva forma de estudiar el desarrollo y las enfermedades del cerebro humano.

Daniel J Lloyd-Davies Sánchez, Feline W Lindhout, Alexander J Anderson, Laura Pellegrini, Madeline A Lancaster

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Los Organoides cerebrales son estructuras chiquitas, cultivadas en laboratorio, que imitan el desarrollo y la función del cerebro humano. Se hacen a partir de Células madre, que son células especiales que pueden convertirse en cualquier tipo de célula en el cuerpo. Los científicos usan estos organoides para estudiar el cerebro porque conseguir tejido cerebral humano para investigar es tan fácil como encontrar un unicornio en tu patio trasero.

Así como un chef necesita los ingredientes y la receta adecuada para cocinar un plato delicioso, los investigadores necesitan condiciones y métodos específicos para crear estos organoides cerebrales. Pueden cultivar organoides que representan diferentes partes del cerebro, lo que permite a los científicos ver cómo se desarrollan las diversas células cerebrales con el tiempo.

Piensa en los organoides cerebrales como "cerebro en un plato". Permiten a los científicos echar un vistazo más de cerca a cómo crece y funciona nuestro cerebro sin necesidad de entrar en la realidad desordenada de los cerebros en vivo.

El Desafío de Estudiar el Desarrollo Cerebral Humano

Estudiar el desarrollo cerebral humano es complicado. El cerebro humano es increíblemente complejo y diferente al de otros animales. Por ejemplo, el cerebro de un ratón es mucho más pequeño y menos complicado que el de un humano. Cuando los investigadores intentan estudiar el cerebro humano mirando los cerebros de ratones, las cosas pueden complicarse un poco.

Uno de los principales desafíos es que las técnicas utilizadas en estudios de laboratorio, como in vitro (fuera de un organismo vivo) y in vivo (dentro de un organismo vivo), a menudo no se ajustan perfectamente. Esto puede llevar a diferencias en cómo se traducen los hallazgos de ratones a humanos.

La búsqueda por entender el desarrollo cerebral humano también enfrenta otros obstáculos. Por ejemplo, el tejido cerebral humano es difícil de conseguir, y cuando los investigadores logran obtenerlo, a menudo no pueden experimentar con él de la misma manera que lo harían con ratones. Hay mucho que desempacar en esta complicada red de investigación, pero la buena noticia es que los científicos siempre están buscando nuevas formas de estudiar el cerebro.

Organoides Cerebrales Derivados de Células Madre

En los últimos años, los científicos han descubierto una solución genial: organoides cerebrales derivados de células madre. Estas pequeñas estructuras cerebrales le dan a los investigadores la oportunidad de observar el neurodesarrollo humano desde la comodidad de sus mesas de laboratorio.

Usando células madre, los investigadores pueden crear mini-cerebros que desarrollan características similares a las que se encuentran en cerebros humanos reales. Esto ha abierto emocionantes oportunidades para la investigación, permitiendo el estudio de condiciones cerebrales específicas como la enfermedad de Alzheimer y la microcefalia. Los organoides cerebrales ofrecen un contexto más relevante que los modelos de ratón, que a veces pueden no mostrar los mismos rasgos de enfermedad que se ven en humanos.

Cómo se Hacen los Organoides Cerebrales

Crear organoides cerebrales implica una serie de pasos cuidadosamente cronometrados. Los científicos comienzan con células madre y gradualmente introducen factores de crecimiento específicos, como si estuvieran añadiendo ingredientes a una receta. Las células madre comienzan a diferenciarse y agruparse, formando estructuras en miniatura parecidas a cerebros.

Una vez que estos organoides crecen, se pueden monitorear para estudiar su desarrollo con el tiempo. Es como ver crecer a un cachorro; puedes observar todos los pequeños cambios que suceden día tras día.

Los investigadores incluso pueden usar tecnología como la edición genética en estos organoides, lo que les permite crear modelos de enfermedades. Pueden comparar cómo los organoides de individuos sanos difieren de los derivados de personas con ciertas condiciones, dándoles ideas sobre cómo funcionan esas enfermedades.

Comparando Organoides de Ratones y Humanos

Dado que el ratón es uno de los animales más populares para la investigación, a menudo se utiliza como punto de referencia para comparar hallazgos de organoides cerebrales humanos. Se podría pensar en ello como el Mario Kart del mundo científico: pequeño, rápido y bien conocido.

Los ratones y los humanos tienen diferentes tamaños y formas de cerebro, lo que puede llevar a discrepancias en cómo progresa el desarrollo cerebral en las dos especies. Por ejemplo, los organoides cerebrales de ratón suelen desarrollarse más rápido que los humanos. Si alguna vez has tenido una mascota hámster, sabes que los hámsters pueden crecer y hacer cosas de hámster mucho más rápido que un bebé humano.

Esta diferencia en la velocidad de desarrollo puede presentar desafíos al intentar usar lo que los investigadores aprenden de los organoides de ratones para hacer predicciones sobre la función cerebral humana. Los científicos deben encontrar formas de asegurarse de que estos organoides realmente imitan la compleja naturaleza del desarrollo cerebral humano.

Desarrollo de Organoides Cerebrales de Ratón

La investigación ha demostrado que los organoides cerebrales de ratón pueden ayudar a cerrar la brecha entre los ratones y los humanos en estudios de neurodesarrollo. Los científicos han tenido éxito recientemente en generar organoides cerebrales de ratón utilizando un protocolo similar al que se usó para crear organoides humanos.

Estos organoides de ratón exhiben algunas características clásicas del desarrollo cerebral, como el establecimiento de capas distintas y la presencia de tipos de células especializadas. Es como ver una mini-película de un cerebro creciendo. Con el tiempo, estos organoides de ratón también muestran signos de madurez, exhibiendo características similares a las que se encuentran en cerebros de ratón reales.

Los investigadores han descubierto que los organoides de ratón se desarrollan más rápido que los organoides humanos. Por ejemplo, alcanzan un estado llamado neurogénesis antes, lo que significa que las células comienzan a formarse en neuronas a un ritmo más rápido.

En esencia, los científicos están comenzando a aprender que los organoides de ratón pueden enseñarnos mucho sobre cómo madura el cerebro y las mejores formas de estudiar enfermedades sin tener que pasar por todos esos obstáculos asociados con las pruebas en animales tradicionales.

Organoides Cerebrales Específicos por Región

Así como una ciudad tiene diferentes vecindarios, los organoides cerebrales también pueden diseñarse para representar regiones cerebrales específicas. Estos organoides específicos por región permiten a los investigadores estudiar las características y funciones únicas de diferentes partes del cerebro.

Por ejemplo, los investigadores pueden crear organoides que imitan el plexo coroideo, una parte del cerebro responsable de producir líquido cefalorraquídeo (LCR). El LCR es súper importante porque amortigua el cerebro y ayuda a transportar nutrientes.

Al usar señales específicas para guiar el desarrollo de estos organoides, los investigadores pueden crear miniaturas del plexo coroideo que se asemejan mucho a sus contrapartes funcionales en animales vivos. Esto significa que los científicos pueden estudiar enfermedades relacionadas con la producción de LCR o entender cómo funciona la barrera sangre-LCR.

La Importancia de Cultivos a Largo Plazo

Uno de los aspectos más geniales de estos organoides es cómo pueden mantenerse a largo plazo. Al cortar organoides y colocarlos en un montaje de cultivo especial llamado interfaz aire-líquido (ALI), los investigadores pueden mantenerlos vivos durante períodos prolongados.

Este método les permite observar la interacción de diferentes células cerebrales con el tiempo. Piensa en ello como invitar a tus amigos a una fiesta larga: cuanto más tiempo pasan juntos, mejor se conocen.

A medida que los organoides maduran, desarrollan estructuras más complejas, incluidas conexiones sinápticas, similares a las que se encuentran en tejido cerebral real. Esto ayuda a los científicos a entender cómo se comunican las células cerebrales y forman redes, proporcionando información vital sobre la función cerebral y las enfermedades.

Entendiendo la Maduración Neuronal

Como aprendimos antes, el camino hacia neuronas maduras es largo. Las neuronas pasan por muchos cambios a medida que crecen, muy parecido a los adolescentes tratando de encontrar su estilo.

En los organoides de ratón, los investigadores pueden rastrear estos cambios a través de la inmunotinción, una técnica que resalta diferentes tipos de células y sus características. Pueden ver el desarrollo de axones (las proyecciones largas de las neuronas) y dendritas (las estructuras ramificadas que reciben señales de otras neuronas).

A medida que estas estructuras maduran, establecen redes funcionales que permiten la comunicación entre diferentes partes del organoide. Esto significa que los investigadores pueden estudiar cómo las neuronas forman conexiones y funcionan juntas, lo cual es súper importante para entender condiciones como el autismo, la epilepsia y otros trastornos neurológicos.

Actividad Neuronal Funcional

Lo que es aún más impresionante es que estos organoides de ratón pueden exhibir actividad eléctrica que se asemeja a la de neuronas reales. Esto significa que los científicos realmente pueden medir y observar cómo estas neuronas están "disparando" y comunicándose entre sí.

Usando configuraciones especiales como arreglos de multielectrodos, los investigadores pueden captar y analizar las señales eléctricas generadas por los organoides. Es como poner micrófonos diminutos en la fiesta del organoide para ver quién habla con quién y con qué frecuencia.

Al estudiar estas actividades eléctricas, los investigadores pueden aprender mucho sobre cómo se comportan las neuronas, incluyendo sus patrones de disparo y velocidades de conducción. Esta información les ayuda a comparar la actividad de los organoides con la de tejido cerebral real, proporcionando una comprensión más clara de cómo funciona el cerebro en salud y enfermedad.

El Futuro de los Organoides Cerebrales

La investigación sobre los organoides cerebrales aún está en curso, con científicos trabajando para refinar sus técnicas y crear modelos aún más sofisticados. Estos avances podrían llevar a descubrimientos en nuestra comprensión de varias condiciones neurológicas y allanar el camino para nuevos tratamientos.

Los organoides cerebrales también podrían jugar un papel en la medicina personalizada. Los investigadores eventualmente podrían crear organoides a partir de las propias células de un paciente, lo que les permitiría probar diferentes tratamientos y ver cuál funciona mejor. Imagina poder encontrar la medicación adecuada para tu cerebro sin tener que adivinar y probar como si estuvieras probando zapatos.

En general, los organoides cerebrales ofrecen una prometedora vía para la investigación que puede cerrar la brecha entre los estudios tradicionales en animales y las aplicaciones humanas. Proporcionan a los científicos una herramienta única para investigar los misterios del cerebro, programando la próxima generación de investigación neurológica mientras se reduce la dependencia de animales vivos.

Conclusión

En conclusión, los organoides cerebrales están transformando la forma en que los investigadores estudian el cerebro. Al imitar el desarrollo cerebral humano, permiten a los científicos obtener información sobre el funcionamiento interno del cerebro y sus enfermedades asociadas.

A través de técnicas que crean organoides específicos por región y cultivos a largo plazo, los investigadores pueden observar el desarrollo cerebral como nunca antes. A medida que desbloqueamos el potencial de estos notables mini-cerebros, el futuro se ve brillante para la neurociencia, ofreciendo nuevas esperanzas para entender y tratar condiciones relacionadas con el cerebro.

Así que, la próxima vez que alguien mencione "organoides cerebrales", puedes sonreír con complicidad, quizás imaginando pequeños cerebros teniendo una fiesta en un plato, mientras aprenden sobre el fascinante viaje del desarrollo cerebral. ¿Quién diría que la ciencia podría ser tan entretenida?

Fuente original

Título: Mouse brain organoids model in vivo neurodevelopment and function and capture differences to human

Resumen: In the last decade since their emergence, brain organoids have offered an increasingly popular and powerful model for the study of early development and disease in humans. These 3D stem cell-derived models exist in a newer space at the intersection of in vivo and 2D in vitro models. Functional benchmarking has so far remained largely uncharacterised however, leaving the extent to which these models may accurately portray in vivo processes still yet to be fully realised. Here we present a standardised unguided protocol to generate brain organoids from mice, the most commonly-used in vivo mammalian model; and in parallel establish a guided protocol for generating region-specific choroid plexus mouse organoids. Both unguided and guided mouse organoids progress through neurodevelopmental stages with an in vivo-like tempo and recapitulate species-specific characteristics of neural and choroid plexus development, respectively. Neuroepithelial cells generate neural progenitors that give rise to different neural subtypes including deep-layer neurons, upper-layer neurons, and glial cells. We further adapted protocols to prolong mouse cerebral organoid (CO) cultures as slices at the air-liquid interface (ALI), enhancing accessibility for long-term studies and functional investigations. In mature mouse ALI-COs, we observed mature glia, as well as synaptic structures and long-range axon tracts projecting to distant regions, suggesting an establishment and maturation of neural circuitry. Indeed, functional analyses with high-density multi-electrode arrays (HD-MEAs) indicate comparable activity to ex vivo organotypic mouse brain slices. Having established protocols for both region-specific and unpatterned mouse brain organoids, we demonstrate that their neurodevelopmental trajectories, and resultant mature features, closely mimic the in vivo models to which they are benchmarked across multiple biochemical, morphological, and functional read-outs. We propose that mouse brain organoids are a valuable model for functional studies, and provide insight into how closely brain organoids of other species, such as human, may recapitulate their own respective in vivo development.

Autores: Daniel J Lloyd-Davies Sánchez, Feline W Lindhout, Alexander J Anderson, Laura Pellegrini, Madeline A Lancaster

Última actualización: 2024-12-24 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.12.21.629881

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.12.21.629881.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

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