El papel de las oscilaciones beta en la enfermedad de Parkinson
Examinando cómo las ondas beta afectan el movimiento en pacientes con Parkinson.
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Tabla de contenidos
Las oscilaciones beta son ondas cerebrales que van de 15 a 35 Hz y se estudian mucho en relación con la Enfermedad de Parkinson (EP). En personas con EP, estas ondas beta se vuelven más fuertes en áreas del cerebro que controlan el movimiento, como la Corteza motora y los ganglios basales. Los investigadores encontraron que tratamientos efectivos para la EP, como la Estimulación cerebral profunda (DBS) y medicación como la levodopa, pueden reducir la fuerza de estas ondas beta. Esta reducción se relaciona con mejoras en las dificultades de movimiento que son comunes en los pacientes de Parkinson.
Características de las oscilaciones beta
Las oscilaciones beta no son constantes; vienen en ráfagas, lo que significa que hay períodos cortos donde la fuerza de estas ondas aumenta. Estas ráfagas de actividad se pueden ver en grabaciones de los ganglios basales y la corteza. Cuando los pacientes no están con medicación de levodopa, estas ráfagas beta tienden a durar más y son más fuertes. Tratamientos como la levodopa y DBS han demostrado reducir tanto el número como la duración de estas ráfagas beta, y esta reducción se correlaciona con un mejor desempeño motor.
El vínculo entre las oscilaciones beta y los síntomas motores
Una pregunta importante en la investigación es por qué una actividad beta más fuerte lleva a síntomas motores en la enfermedad de Parkinson. Algunos estudios sugieren que qué tan sincronizadas están estas ondas beta puede afectar cómo el cerebro codifica información. Cuando las células cerebrales (Neuronas) trabajan juntas de manera sincronizada, pueden limitar su capacidad de trabajar de manera independiente. El funcionamiento saludable del cerebro depende de un equilibrio entre la sincronización e independencia entre las neuronas.
En un sistema motor saludable, breves sincronizaciones de ondas beta pueden ayudar a estabilizar la actividad muscular. Sin embargo, cuando estas sincronizaciones se vuelven excesivamente sostenidas, pueden interrumpir la capacidad del cerebro para procesar movimientos de manera fluida.
Dimensiones espaciales y temporales de la actividad beta
La investigación indica que las ráfagas beta en pacientes con enfermedad de Parkinson no ocurren con el mismo tiempo ni fuerza en todo el cerebro. La duración de las ráfagas beta tiende a ser más larga en pacientes con EP. Los cambios en la actividad beta pueden estar vinculados a qué tan bien las neuronas individuales disparan juntas. Analizar el tiempo y la coordinación de estas ráfagas puede arrojar luz sobre cómo diferentes grupos de neuronas interactúan dentro del sistema motor.
En el cerebro, las neuronas están organizadas en rutas complejas, y la forma en que se conectan puede ser bastante intrincada. No todas las neuronas involucradas en el control motor se agrupan en la misma área; pueden estar esparcidas en diferentes regiones. Por lo tanto, entender cómo emergen las oscilaciones beta a través de estas regiones puede proporcionar ideas sobre su papel en la enfermedad de Parkinson.
Uso de técnicas analíticas avanzadas
Para entender la naturaleza de estas oscilaciones beta, los investigadores emplearon técnicas estadísticas como el análisis de componentes principales (PCA) y el análisis de componentes independientes (ICA). Estos métodos ayudan a identificar grupos de neuronas que tienden a disparar juntas en cortos períodos de tiempo. Al estudiar la actividad de estas neuronas en ratas parkinsonianas, buscaban definir cómo están estructuradas y sincronizadas las oscilaciones beta.
El estudio consistió en grabar la actividad de las neuronas en el globo pálido externo (GP) y el núcleo subtalámico (STN) de ratas que habían sido inducidas a exhibir síntomas similares a Parkinson a través de una lesión química específica. Los datos grabados proporcionaron una gran cantidad de información sobre cómo se manifiestan las oscilaciones beta en estos animales.
Actividad de unidades de fondo y procesamiento de señales
Para analizar la actividad neuronal, los investigadores procesaron las señales grabadas para obtener lo que se conoce como actividad de unidades de fondo (BUA). Esta actividad refleja qué tan cerca están los grupos de neuronas disparando a lo largo del tiempo. Al aplicar técnicas de filtrado, pudieron aislar el rango de frecuencia beta y estudiar los cambios en la amplitud de la actividad beta.
El análisis reveló patrones distintos en la actividad de las neuronas, permitiendo a los investigadores evaluar qué tan sincronizado estaba el disparo neuronal entre diferentes grupos. Esta sincronización es crucial ya que puede indicar cómo se procesa y transmite la información en el cerebro.
Identificación de ensamblajes beta
A través de sus análisis, los investigadores descubrieron que la actividad de grupos de neuronas, llamados ensamblajes beta, a menudo estaba correlacionada. Esto significa que cuando un grupo de neuronas mostraba un aumento o disminución en la amplitud beta, era probable que otro grupo exhibiera un cambio similar. Este hallazgo apoya la idea de que la actividad beta juega un papel significativo en cómo los circuitos cerebrales se comunican durante tareas relacionadas con el movimiento.
Los investigadores encontraron un total de 85 ensamblajes beta notables durante sus grabaciones. La mayoría de estos ensamblajes estaban compuestos por neuronas del GP, pero algunos también incluían neuronas del STN. Mientras que muchos canales miembros estaban adyacentes, algunos no lo estaban, lo que indica que la actividad beta puede coordinarse a distancias más grandes de lo que se entendía anteriormente.
El papel de los clústeres de neuronas
También se observó que aunque muchos de los ensamblajes identificados estaban agrupados espacialmente, algunos no lo estaban. Esto sugiere que las neuronas aún pueden sincronizar su actividad incluso cuando no están ubicadas justo una al lado de la otra. Las implicaciones de esta observación son significativas, ya que muestra que el procesamiento del cerebro puede involucrar interacciones complejas entre poblaciones neuronales dispersas.
Sincronización de fase y correlaciones cruzadas
Para profundizar su comprensión, los investigadores analizaron cómo la fase de la actividad beta en diferentes pares de neuronas se relacionaba entre sí. Al examinar el tiempo de actividad a través de los canales, pudieron determinar si ciertos pares de neuronas mostraban una mayor sincronización de lo esperado. Esta sincronización de fase es crucial para entender cómo las oscilaciones beta podrían influir en el control motor.
Los hallazgos mostraron que los pares de canales que eran parte del mismo ensamblaje beta tenían más probabilidades de mostrar cambios de fase sincronizados en comparación con los canales no miembros. Esto indica que las neuronas agrupadas en ensamblajes específicos son más propensas a trabajar juntas al responder a estímulos externos o durante el movimiento.
Importancia de la frecuencia beta
Al comparar la dinámica de las oscilaciones beta con la de otras bandas de frecuencia, los investigadores encontraron que la actividad beta era más efectiva en coordinar la actividad neuronal. La cantidad de varianza explicada por las oscilaciones beta fue mayor que la de otras bandas de frecuencia. Esto sugiere que las oscilaciones beta tienen un papel único en facilitar la comunicación entre neuronas en el contexto de la enfermedad de Parkinson.
Observando cambios a lo largo del tiempo
El estudio también investigó cómo la fuerza de la actividad neuronal fluctuaba con el tiempo. Los investigadores monitorearon con qué frecuencia ocurrían estas activaciones de ensamblajes beta y el impacto que tenían en el sobre todo el envoltorio beta. Notaron que cuando se desencadenaban activaciones de ensamblajes, había una suma de sincronía de fase entre las neuronas involucradas, lo que indicaba una respuesta coordinada.
Vinculando con la actividad cortical
Otro enfoque fue la relación entre la actividad de los ensamblajes beta y la actividad cortical más amplia. Se examinó la coherencia entre las oscilaciones beta en el GP y el STN y las grabaciones de electroencefalograma (EEG) de la corteza. Se encontró que los miembros de los ensamblajes beta mostraban conexiones más fuertes con la actividad cortical, destacando la importancia de estos grupos locales de neuronas en la función cerebral más amplia durante el movimiento.
Implicaciones para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson
Los hallazgos arrojan luz sobre los mecanismos subyacentes a los síntomas motores en la enfermedad de Parkinson. Sugerían que diferentes partes del cerebro pueden verse impedidas de funcionar armoniosamente, lo que puede llevar a dificultades de movimiento. El uso de la estimulación cerebral profunda, un tratamiento efectivo para estos síntomas, ha mostrado promesas en la reducción de las oscilaciones beta, mejorando así la coordinación motora.
Potencial para estimulación adaptativa
A medida que la investigación avanza, surge el potencial de utilizar enfoques de estimulación más específicos. Al entender cómo los ensamblajes beta se coordinan e influyen en el control motor, podría ser posible desarrollar tratamientos más efectivos que apunten específicamente a estas áreas. Esto podría implicar estimular de manera adaptativa distintos ensamblajes según su actividad sincronizada.
Direcciones futuras
Más investigaciones podrían buscar observar estas dinámicas en animales despiertos para confirmar hallazgos. Además, explorar cómo diferentes tratamientos afectan las oscilaciones beta podría llevar a estrategias mejoradas para manejar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. La relación entre la actividad beta y el control motor sigue siendo un campo de investigación importante, ya que entender estas conexiones podría impactar significativamente en las intervenciones terapéuticas.
Conclusión
El estudio de las oscilaciones beta proporciona valiosos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro en relación con la enfermedad de Parkinson. Al identificar cómo emergen y se coordinan estas oscilaciones a través de grupos de neuronas, los investigadores pueden entender mejor los mecanismos subyacentes de los síntomas motores. Este conocimiento no solo mejora nuestra comprensión de la enfermedad de Parkinson, sino que también allana el camino para estrategias de tratamiento más efectivas que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Título: Beta bursts in the parkinsonian cortico-basal ganglia network form spatially discrete ensemble.
Resumen: Defining spatial synchronization of pathological beta oscillations is important, given that many theories linking them to parkinsonian symptoms propose a reduction in the dimensionality of the coding space within and/or across cortico-basal ganglia structures. Such spatial synchronization could arise from a single process, with widespread entrainment of neurons to the same oscillation. Alternatively, the partially segregated structure of cortico-basal ganglia loops could provide a substrate for multiple ensembles that are independently synchronized at beta frequencies. Addressing this question requires an analytical approach that identifies groups of signals with a statistical tendency for beta synchronisation, which is unachievable using standard pairwise measures. Here, we utilized such an approach on multichannel recordings of background unit activity (BUA) in the external globus pallidus (GP) and subthalamic nucleus (STN) in parkinsonian rats. We employed an adapted version of a principle and independent component analysis-based method commonly used to define assemblies of single neurons (i.e., neurons that are synchronized over short timescales). This analysis enabled us to define whether changes in the power of beta oscillations in local ensembles of neurons (i.e., the BUA recorded from single contacts) consistently covaried over time, forming a "beta ensemble". Multiple beta ensembles were often present in single recordings and could span brain structures. Membership of a beta ensemble predicted significantly higher levels of short latency (
Autores: Andrew Sharott, I. Grennan, N. P. Mallet, P. J. Magill, H. Cagnan
Última actualización: 2024-03-11 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.03.05.583301
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.03.05.583301.full.pdf
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