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# Biología# Biología evolutiva

Rasgos únicos de las mariposas relacionados con su hábitat

Un estudio revela cómo las mariposas adaptan sus rasgos según diferentes entornos.

― 7 minilectura


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Las mariposas que viven en diferentes entornos pueden desarrollar Rasgos únicos que les ayudan a sobrevivir y reproducirse. Cuando las poblaciones de una especie se adaptan a entornos separados, pueden empezar a verse y comportarse de manera diferente. Esto puede llevar a un aislamiento reproductivo, lo que significa que, incluso si se encuentran, puede que no se reproduzcan con éxito. Una razón para esto es que algunos individuos pueden no estar bien adaptados al nuevo entorno, lo que puede resultar en menos descendencia.

Los rasgos que ayudan a las mariposas a encontrar comida y vivir en sus hábitats pueden cambiar rápidamente después de mudarse a una nueva área. Este cambio se llama Presión de selección. Para las mariposas, su capacidad para ver y responder a su entorno es crucial para forrajear, que es buscar y recolectar comida. Cuando las mariposas llegan a un nuevo lugar, la forma en que ven el mundo puede no coincidir con lo que necesitan para tener éxito en ese entorno, lo que provoca que cambien con el tiempo.

Algunos de los mejores ejemplos de esta Adaptación ocurren en el agua. Por ejemplo, los peces ciegos mexicanos que viven en cuevas oscuras desarrollan estructuras cerebrales diferentes en comparación con los peces que viven en ríos brillantes. Cuando estos peces se colocan en un nuevo entorno luminoso, les cuesta sobrevivir porque sus sistemas visuales no están diseñados para esas condiciones.

Identificar qué rasgos ayudan a las mariposas a convertirse en diferentes Especies sigue siendo un tema de estudio. Sin embargo, a los investigadores les resulta más fácil ver cómo la selección afecta a especies estrechamente relacionadas. Si dos poblaciones viven en entornos similares y muestran cambios similares en los rasgos, es probable que se estén adaptando a esas condiciones en lugar de simplemente cambiar por casualidad.

Por ejemplo, algunos peces espinosos de agua dulce han perdido su armadura protectora al vivir en ríos en comparación con sus parientes en el océano. De manera similar, los insectos palo se han adaptado para usar plantas hospedadoras específicas según su situación. Estos ejemplos subrayan que los cambios en el hábitat a menudo van de la mano con adaptaciones que ocurren bajo presiones de selección similares.

Las mariposas se encuentran en muchos entornos diferentes, lo que las convierte en excelentes candidatas para estudiar cómo los cambios en el hábitat afectan su biología. Un grupo específico de mariposas, el complejo Heliconius erato de regiones tropicales, es un enfoque ideal para esta investigación. Dentro de este grupo, dos especies-H. chestertonii y H. himera-están adaptadas a bosques de gran altitud en las montañas de los Andes en Colombia y Ecuador, respectivamente.

A altitudes más bajas, estas mariposas entran en contacto con otras poblaciones, como H. erato. Los híbridos-descendencia de la cría entre diferentes especies-son menos comunes de lo esperado. Esto se debe probablemente a una mezcla de que las mariposas eligen parejas que se parecen a ellas y al hecho de que ciertos patrones de color tienen más éxito en entornos específicos.

La investigación sugiere que estas mariposas se adaptan a las características distintas de sus entornos, que pueden diferir drásticamente entre áreas de gran altitud y de tierras bajas. H. e. cyrbia, que vive a elevaciones más bajas, tiene rasgos diferentes de H. himera, que vive en las montañas más altas. Estas dos especies muestran cambios en su biología, como su tamaño y cómo se desarrollan.

Cuando los científicos examinan los cerebros de estas mariposas, han encontrado que la cantidad de cierto tejido cerebral varía entre especies. Notablemente, H. e. cyrbia tiene lóbulos ópticos más desarrollados (partes del cerebro que procesan información visual) en comparación con H. himera, que tiene más tejido en la parte del cerebro que procesa el olfato.

Estas diferencias en la estructura cerebral son importantes porque pueden influir en cómo se comportan estas mariposas. Por ejemplo, una mariposa que puede procesar información visual de manera más efectiva puede ser mejor para encontrar comida en entornos de baja luz.

Para entender mejor cómo se comparan las estructuras cerebrales de H. chestertonii con H. e. venus, otra especie de mariposa de altitudes más bajas, los científicos llevaron a cabo estudios para ver si había diferencias significativas. Recogieron mariposas de varias ubicaciones en Colombia, enfocándose tanto en las capturadas en la naturaleza como en las criadas en entornos controlados. Esto les ayudó a entender cómo vivir en diferentes hábitats podría impactar la estructura cerebral.

En sus experimentos, los investigadores encontraron que H. chestertonii tenía lóbulos ópticos más pequeños en comparación con H. e. venus. Estos hallazgos sugirieron que las mariposas que se adaptan a diferentes entornos muestran cambios claros en la estructura cerebral vinculados a sus hábitats.

Además, los investigadores observaron estas diferencias cerebrales en mariposas tanto salvajes como criadas. Confirmaron que las variaciones encontradas en los lóbulos ópticos eran debido a rasgos hereditarios y no solo al estrés ambiental. Esto muestra que las adaptaciones no son meras respuestas al entorno, sino que se transmiten a través de generaciones.

El estudio también incluyó comparaciones de mariposas de diferentes hábitats en Ecuador y Colombia, mostrando que las mariposas en áreas de gran altitud consistentemente tenían lóbulos ópticos más pequeños que las de altitudes más bajas. Este patrón sugiere que presiones ambientales similares llevan a cambios similares en la estructura cerebral, reforzando la idea de que la adaptación es una fuerza impulsora en la evolución.

Las mariposas dependen en gran medida de sus sentidos para sobrevivir-especialmente la visión y el olfato. El estudio mostró un patrón claro. Cuando las mariposas se adaptaron a entornos de gran altitud, desarrollaron lóbulos ópticos más pequeños, probablemente porque estas áreas requieren un procesamiento visual menos complejo. En contraste, las mariposas de entornos de bosque más denso que reciben menos luz necesitan procesar la información visual de manera diferente, lo que lleva a variaciones en sus estructuras cerebrales.

Curiosamente, la investigación encontró que el lóbulo antenal, que procesa el olfato, mostró diferentes patrones evolutivos. Mientras que H. himera tenía un lóbulo antenal más grande, H. chestertonii tenía uno más pequeño en comparación con su contraparte de tierras bajas, H. e. venus. Esta diferencia destaca cómo las mariposas en hábitats similares pueden desarrollar adaptaciones únicas basadas en sus condiciones ambientales específicas.

En resumen, esta investigación proporciona pruebas sólidas de que las especies de mariposas pueden evolucionar rasgos únicos en sus estructuras cerebrales basados en los entornos en los que viven. Al estudiar variaciones en los cerebros de especies estrechamente relacionadas, los científicos están descubriendo cómo adaptarse a diferentes hábitats influye en su biología.

Estos hallazgos subrayan la importancia de las presiones ambientales en la evolución de las especies. Las adaptaciones observadas en H. chestertonii y H. himera indican que las mariposas pueden desarrollar rasgos distintos incluso en nichos ecológicos similares, moldeadas por sus conexiones únicas a hábitats específicos. Entender esto le da a los investigadores más información sobre cómo las especies pueden divergir y adaptarse con el tiempo, contribuyendo a la rica diversidad de la vida.

Fuente original

Título: Repeated evolution of reduced visual investment at the onset of ecological speciation in high-altitude Heliconius butterflies.

Resumen: Colonisation of new habitats is typically followed by divergent selection acting on traits that are immediately important for fitness in the new habitat. For example, shifting sensory environments are often associated with variation in sensory traits critical for navigation and foraging. However, the extent to which the initial response to novel sensory conditions is mediated by phenotypic plasticity, and its contribution to early species divergence remains unclear. We took advantage of repeated cases of speciation in Heliconius butterflies with independent allopatric distributions in the west of the Colombian and Ecuadorian Andes. Using volumetric brain measurements, we analysed patterns of investment in sensory processing in brain components across different localities and habitats. We find that a higher-altitude species, H. chestertonii, differs in levels of investment in visual and olfactory brain centres compared to its lower altitude relative H. erato venus, mainly attributable to heritable variation as inferred from comparisons between wild and common-garden reared individuals. We compared these shifts with those reported for another high-altitude species, H. himera, and its parapatric lowland counterpart, H. erato cyrbia, and demonstrate parallel reductions in the size of specific optic lobe neuropils. Conversely, for the antennal lobe, we detected disparate trait shifts in H. himera and H. chestertonii in respect to their lowland erato neighbours. Overall, our findings add weight to the adaptive potential for neuroanatomical divergence related to sensory processing during early species formation. Lay summaryRepeated associations between trait variation and environmental shifts may indicate adaptation to local sources of natural selection. For instance, in fish, the presence of certain morphological traits in specific ecological conditions across independent populations is well documented, suggesting equivalent phenotypic responses to shared sources of natural selection. We compared independent cases of ecological divergence in Heliconius butterflies distributed along altitude gradients from sea level to mid mountain in the west of the Colombian and Ecuadorian Andes. Shifts in altitude involve repeated, abrupt transitions from wet, large-leaved, warm forests to higher dry, open, cold scrubs. We tested hypotheses about the role of these ecological shifts in driving adaptive evolution in neuroanatomical traits during early speciation. We showed that in Heliconius, independent changes in forest-type have been accompanied by heritable parallel patterns of divergence in sensory investment in visual processing in the brain. We propose these differences likely facilitate species divergence in the face of ongoing geneflow.

Autores: David F Rivas-Sánchez, D. F. Rivas-Sanchez, C. A. S. Clavijo, C. Pardo-Diaz, R. M. Merrill, S. H. Montgomery

Última actualización: 2024-06-14 00:00:00

Idioma: English

Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.06.12.598660

Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.06.12.598660.full.pdf

Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

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