Interacciones Microbianas: Competencia y Cooperación Reveladas
La investigación revela cómo los factores ambientales moldean las relaciones bacterianas.
― 9 minilectura
Tabla de contenidos
- Competencia y Cooperación
- Dinámicas de la Microbiota Intestinal
- Investigación sobre Interacciones Microbianas
- El Papel de los Modelos Metabólicos
- Evaluando Interacciones
- Hallazgos Clave
- Investigando Cambios en las Interacciones
- El Papel de Compuestos Específicos
- Implicaciones y Futuras Investigaciones
- Fuente original
En ecología, una pregunta clave es cómo dos organismos vivos interactúan entre sí. Esto es especialmente interesante al observar organismos microscópicos como las bacterias. Estas pequeñas criaturas a menudo se afectan indirectamente al cambiar su entorno con cambios químicos. Si dos bacterias necesitan los mismos recursos, pueden competir entre ellas. En sistemas simples, esto puede llevar a que un tipo de bacteria empuje a otro a la extinción, una situación conocida como exclusión competitiva. Por otro lado, si dos organismos producen recursos que el otro necesita, pueden trabajar juntos; esto se conoce como Cooperación. La cooperación puede llevar a relaciones más estrechas entre especies, como lo que vemos en redes sintróficas.
Existen muchos tipos diferentes de interacciones entre organismos, y saber qué tipo ocurre en una situación particular es importante. Nos ayuda a aprender más sobre cómo evolucionan las bacterias y cómo podemos crear comunidades bacterianas que hagan trabajos útiles. A pesar del interés en este tema, muchas preguntas sobre estas interacciones siguen sin respuesta.
Competencia y Cooperación
Una gran pregunta es si dos microbios aleatorios son más propensos a competir o a cooperar. Investigaciones recientes sugieren que la competencia podría ser más común. Sin embargo, los estudios también han encontrado mucha cooperación entre microbios en ambientes naturales y artificiales. Estas diferencias pueden surgir de los diversos hábitats de los que se recolectan los microbios. Diferentes Entornos pueden fomentar diferentes patrones de Interacción. Por ejemplo, en entornos ricos en recursos, la cooperación tiende a prosperar entre las especies más pequeñas que dependen unas de otras, mientras que en hábitats de vida libre, la competencia prevalece entre especies más grandes con necesidades superpuestas.
La investigación indica que el tipo de interacción puede variar mucho según el ambiente. Incluso el mismo par de microbios puede tener relaciones muy diferentes dependiendo del contexto. Por ejemplo, cambiar solo dos recursos disponibles para ellos puede causar un cambio en sus interacciones, como cuando dos bacterias auxotróficas comparten aminoácidos esenciales. En general, estos hallazgos implican que el ambiente es vital en la formación de nuestras expectativas sobre cómo interactúan los microbios.
Dinámicas de la Microbiota Intestinal
Un ejemplo claro de estas interacciones se puede ver en la microbiota intestinal, donde muchas especies interactúan dentro de un espacio controlado. El organismo anfitrión puede influir en estas interacciones simplemente cambiando lo que está disponible en ese espacio. Algunos estudios sugieren que la competencia o la cooperación pueden dominar el entorno intestinal. Sin embargo, hallazgos recientes muestran que incluir la alimentación cruzada en modelos de interacciones de bacterias intestinales puede llevar a predicciones más precisas. Esto apunta a una red compleja de interacciones donde tanto la competencia como la colaboración pueden ocurrir dependiendo de los recursos disponibles.
Las interacciones entre microbios también pueden cambiar dependiendo de los nutrientes disponibles. Por ejemplo, las fibras dietéticas diversas apoyan una comunidad microbiana rica y variada, lo cual es crucial para la salud de la barrera intestinal, ya que la fermentación de fibras juega un papel beneficioso. Por el contrario, no consumir suficiente fibra puede llevar a un declive de bacterias especializadas que se alimentan de fibra y un aumento de microbios generalistas que recurren a la mucosa del hospedador para obtener energía.
Investigación sobre Interacciones Microbianas
A pesar de la intrincada red de posibles interacciones entre bacterias, los experimentos encaminados a construir estas comunidades han mostrado estructuras comunitarias consistentes. Entender cómo estas interacciones impulsan la formación de comunidades puede ayudarnos a predecir cómo estas comunidades se formarán en entornos específicos. Uno de los enfoques de tales estudios es identificar los mecanismos de cooperación y competencia, ya que estos podrían influir en la composición de la comunidad.
La cooperación a menudo surge de la alimentación cruzada metabólica, que puede ocurrir entre bacterias con diferentes procesos metabólicos. Esto puede ayudar a crear comunidades diversas. Por el contrario, la competencia suele suceder entre especies similares que compiten por recursos limitados. Esto se ha demostrado tanto en configuraciones de laboratorio controladas como en entornos complicados como los intestinos de nematodos y en las superficies de plantas.
Para entender mejor estas interacciones, los investigadores han adaptado herramientas utilizadas para estudiar comunidades microbianas. Una herramienta útil son los modelos metabólicos a escala genómica, que pueden simular los procesos químicos de diferentes especies bacterianas. Estos modelos pueden predecir cuán rápido pueden crecer las bacterias en diversas condiciones ambientales.
El Papel de los Modelos Metabólicos
Recientemente, se han creado modelos metabólicos para miles de especies bacterianas, y estos se han utilizado en diversas aplicaciones. Ayudan a identificar características de diferentes procesos metabólicos que llevan a la competencia o cooperación. En el contexto de la salud intestinal humana, estos modelos se han empleado para estudiar cómo diferentes dietas afectan las interacciones microbianas. También pueden ayudar a señalar entornos que fomentan interacciones esenciales entre bacterias.
Al utilizar modelos metabólicos de grandes colecciones de acceso abierto, los investigadores examinaron las interacciones entre grandes cantidades de pares aleatorios de bacterias en una variedad de entornos. Este enfoque permite una mirada profunda a cómo diferentes ambientes influyen en la competencia y colaboración entre bacterias.
En particular, se varió el número de compuestos químicos presentes en el entorno para evaluar su impacto en estas interacciones. Al eliminar sistemáticamente varios compuestos, los investigadores midieron qué tan bien se mantenían las interacciones en condiciones cambiantes y cómo evolucionaban a medida que los entornos se volvían menos favorables.
Evaluando Interacciones
En esta investigación, los científicos utilizaron dos grandes colecciones de modelos metabólicos: AGORA, que se centra en las bacterias encontradas en el intestino humano, y CarveMe, que incluye una variedad más amplia de bacterias. La colección AGORA contiene modelos para 818 cepas bacterianas intestinales, mientras que CarveMe incluye modelos para 5,587 cepas de diferentes hábitats. Al comparar bacterias del mismo entorno con las de diferentes entornos, la investigación pudo resaltar cómo interactúan las bacterias que coocurren comúnmente frente a aquellas que es poco probable que hayan interactuado antes.
Cada modelo incluye un ambiente predeterminado, que contiene varios compuestos y concentraciones que aseguran que los organismos respectivos puedan crecer. Al combinar los ambientes predeterminados de dos bacterias en uno conjunto, los investigadores pudieron evaluar cómo crecen juntos en comparación con individualmente. Buscaron interacciones competitivas, donde la tasa de crecimiento de al menos un organismo disminuye cuando se empareja, y interacciones cooperativas, donde ambas bacterias crecen más rápido juntas.
Hallazgos Clave
Al examinar miles de pares aleatorios, los investigadores encontraron que las interacciones neutras eran las más comunes. La cooperación fue relativamente rara, particularmente en la colección CarveMe. Luego, los investigadores exploraron estas interacciones en varios entornos, centrándose en cuán a menudo podían encontrar condiciones para cooperación o competencia en pares que inicialmente mostraban neutralidad.
El análisis reveló un alto grado de variabilidad en los tipos de interacción dependiendo de las condiciones ambientales. Por ejemplo, las interacciones cooperativas eran más comunes cuando había menos recursos disponibles. En contraste, a medida que los entornos se volvían más ricos, las instancias de cooperación disminuían, llevando a una mayor diversidad en los tipos de interacciones.
Investigando Cambios en las Interacciones
Para ver cuán estables eran estas interacciones, los investigadores eliminaron compuestos ambientales uno a uno de entornos competitivos o cooperativos. Descubrieron que los entornos competitivos tendían a seguir siendo competitivos incluso después de la pérdida de varios compuestos, pero quitar solo unos pocos podría cambiar las interacciones hacia la cooperación. Por el contrario, las interacciones cooperativas eran generalmente estables, pero la pérdida de un solo compuesto podía fácilmente convertirlas de nuevo en interacciones competitivas.
Los investigadores también categorizaron las interacciones cooperativas en tres tipos según su dependencia mutua. El tipo más común era el obligato de una vía, donde un microbio necesita al otro pero aún puede sobrevivir solo. El segundo tipo, obligato de dos vías, es donde ninguno puede sobrevivir sin el otro, mientras que las interacciones facultativas permiten que ambos crezcan de manera independiente.
Estos hallazgos revelan que, aunque muchas bacterias pueden competir y cooperar, sus interacciones están fuertemente influenciadas por el ambiente. La investigación también destacó que las condiciones pueden cambiar rápidamente las interacciones, a menudo impulsadas por un solo compuesto.
El Papel de Compuestos Específicos
Al examinar la frecuencia con la que aparecen diferentes compuestos en entornos competitivos y cooperativos, los investigadores encontraron compuestos esenciales para ambos tipos de interacciones. Algunos de los compuestos más comunes que desencadenaron cambios iban desde aminoácidos hasta aceptores de electrones, como el oxígeno y el nitrato. Curiosamente, se identificaron varios compuestos conocidos por apoyar la alimentación cruzada, subrayando su importancia en la regulación de interacciones microbianas.
A medida que los entornos se deterioraban, la mayoría de las interacciones se desplazaban hacia la cooperación obligada antes de llevar finalmente a una falla en el crecimiento para al menos una de las bacterias. Esto muestra que los cambios en la disponibilidad de recursos afectan significativamente cómo interactúan los microbios entre sí.
Implicaciones y Futuras Investigaciones
En general, esta investigación arroja luz sobre la naturaleza dinámica de las interacciones microbianas, enfatizando cómo el ambiente da forma a la competencia y cooperación entre las bacterias. Estas ideas son importantes para comprender la evolución de las comunidades microbianas y su dinámica funcional. El estudio desafía los modelos tradicionales que a menudo suponen interacciones fijas, sugiriendo una necesidad de enfoques que tengan en cuenta la variabilidad de los recursos y su impacto en el comportamiento comunitario.
En conclusión, los hallazgos destacan la necesidad de considerar tanto las capacidades metabólicas de las bacterias individuales como el contexto ambiental más amplio para entender las interacciones microbianas. La futura investigación puede beneficiarse de explorar las estrategias que las bacterias emplean para adaptar sus comportamientos en respuesta a condiciones ambientales cambiantes, así como estudiar las complejas redes de interacciones que surgen en comunidades microbianas diversas.
Título: Competition and cooperation: The plasticity of bacteria interactions across environments
Resumen: Bacteria live in diverse communities, forming complex networks of interacting species. A central question in bacterial ecology is why some species engage in cooperative interactions, whereas others compete. But this question often neglects the role of the environment. Here, we use genome-scale metabolic networks from two different open-access collections (AGORA and CarveMe) to assess pairwise interactions of different microbes in varying environmental conditions (provision of different environmental compounds). By scanning thousands of environments for 10,000 pairs of bacteria from each collection, we found that most pairs were able to both compete and cooperate depending on the availability of environmental resources. This approach allowed us to determine commonalities between environments that could facilitate the potential for cooperation or competition between a pair of species. Namely, cooperative interactions, especially obligate, were most common in less diverse environments. Further, as compounds were removed from the environment, we found interactions tended to degrade towards obligacy. However, we also found that on average at least one compound could be removed from an environment to switch the interaction from competition to facultative cooperation or vice versa. Together our approach indicates a high degree of plasticity in microbial interactions to the availability of environmental resources.
Autores: Eric Libby, J. Solowiej-Wedderburn, J. T. Pentz, L. Lizana, B. Schroder, P. Lind
Última actualización: 2024-07-03 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.07.03.601864
Fuente PDF: https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.07.03.601864.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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