Jugo de Palma de Dátil y Riesgos para la Salud en Bangladés
Examinando el vínculo entre el consumo de savia de palmera datilera y el virus Nipah en Bangladés.
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Tabla de contenidos
La savia de las palmas de dátiles ha sido parte de la vida en Bangladesh y en áreas cercanas del sur de Asia desde hace mucho tiempo. La gente recoge la savia de las palmas de dátiles, especialmente durante los meses de invierno, de noviembre a abril, cuando se mantiene fresca. Sin embargo, tomar esta savia está relacionado con serios riesgos para la salud, especialmente el Virus Nipah, que puede causar enfermedades graves en humanos. Entender cómo el Consumo de savia se relaciona con este virus puede ayudarnos a encontrar maneras de detener futuras infecciones.
Riesgos de Salud de la Savia de Palma de Dátiles
El virus Nipah ha estado relacionado con brotes en Bangladesh. El virus puede transmitirse de animales a humanos, sobre todo cuando la gente consume savia de palma de dátiles cruda. Estudios han mostrado que beber esta savia ha sido un factor de riesgo para infectarse con el virus Nipah. El virus es altamente peligroso, con una alta probabilidad de causar la muerte. Los brotes pueden propagarse rápidamente de persona a persona, aumentando la posibilidad de crisis de salud más grandes. Desde que se reportaron los primeros casos en 2001, Bangladesh ha visto más casos que cualquier otro país.
Uso Estacional de la Savia de Palma de Dátiles
La savia se puede recolectar durante todo el año, pero se consume principalmente cruda en invierno. Se cree que los Murciélagos, que pueden portar el virus Nipah, contaminan la savia mientras se alimentan de ella. Cuando consumen la savia, pueden dejar saliva o orina que lleva el virus. A pesar de este conocimiento, todavía hay mucho que no sabemos sobre cómo la gente consume la savia y cómo se relaciona con los brotes de virus.
Varios estudios indican que los inviernos más fríos podrían llevar a más casos del virus Nipah. Por ejemplo, los investigadores han notado que más brotes ocurren durante años más fríos. Una posible razón es que el virus puede vivir más tiempo en condiciones más frescas y secas. Sin embargo, las pruebas han mostrado que el virus puede sobrevivir en jugos de frutas a temperaturas más cálidas que las de Bangladesh durante la temporada de savia.
Otra idea es que el clima frío afecta el comportamiento de los murciélagos. Cuando hace frío, los murciélagos pueden comer más savia porque su comida habitual es más difícil de encontrar. Este acceso aumentado a la savia podría dar más oportunidades para que las personas se infecten. Sin embargo, los estudios muestran que las visitas de los murciélagos a las palmas de dátiles no aumentan consistentemente con las temperaturas diarias más frías.
Una tercera posibilidad es que los humanos cambien sus hábitos de consumo según el clima. Algunos hallazgos sugieren que la gente podría beber más savia en días más fríos porque la encuentran más dulce y abundante. También hay evidencia de que menos lluvia en los meses previos a un brote puede aumentar la posibilidad de que el virus se propague. La preocupación aquí es que la lluvia intensa podría diluir la savia, haciéndola menos deseable para los compradores, lo que podría afectar los niveles de consumo.
El Estudio sobre el Consumo de Savia y el Clima
Para entender mejor cómo el clima afecta el consumo de savia, los investigadores estudiaron datos de adultos en Bangladesh entre 2013 y 2016. El estudio recopiló información de más de 10,000 hogares en varias regiones, asegurándose de incluir tanto áreas urbanas como rurales. Esta aleatoriedad buscaba obtener una imagen clara de cuán a menudo la gente consumía savia durante diferentes temporadas.
Los datos climáticos se recopilaron de múltiples estaciones meteorológicas. Esta información incluía temperaturas y niveles de precipitación durante el período de estudio. Los investigadores buscaban patrones en cómo el consumo de savia se relacionaba con los cambios en el clima, enfocándose específicamente en los meses de invierno, cuando la savia se consume más a menudo.
Resultados del Estudio
Durante la temporada de savia, solo alrededor del 7% de las personas reportaron haber bebido savia en el mes anterior a la encuesta. Las tasas más altas de consumo se encontraron durante la temporada 2013-2014. Se notó que el consumo de savia fue más alto en enero y febrero de cada año, coincidiendo con las temperaturas más frías.
El análisis reveló un patrón claro: a medida que las temperaturas mínimas caían, el consumo de savia tendía a aumentar. Esta relación variaba según la temporada, siendo las conexiones más fuertes en la temporada 2015-2016. Curiosamente, el menor consumo se notó al inicio y al final de la temporada de savia, pero algunos niveles altos de consumo se observaron durante ciertos meses en los años más fríos.
Al centrarse solo en los meses de diciembre a marzo, seguía siendo evidente una relación negativa constante entre el consumo de savia y las temperaturas. A través de las diferentes regiones de Bangladesh, se notó frecuentemente el mismo patrón de temperaturas más bajas vinculadas a un mayor consumo de savia.
Diferentes regiones mostraron tasas de consumo máximas variadas. Por ejemplo, algunas áreas vieron su pico de consumo en enero, mientras que otras lo alcanzaron en febrero. Las regiones con un consumo total de savia más bajo no mostraron una conexión tan fuerte entre la temperatura y el consumo de savia.
El Impacto del Clima en el Consumo de Savia
El estudio encontró que los promedios móviles de las temperaturas mínimas jugaron un papel importante en explicar cuánto se consumía. Al observar patrones climáticos diarios, los investigadores notaron que las temperaturas más frías y menos lluvia estaban asociadas con un aumento en el consumo de savia. Esto fue cierto incluso al considerar otros factores como la temporada o la ubicación.
Curiosamente, factores como la humedad y la visibilidad no parecían influir en cuánto se consumía. Comparando diferentes métodos de análisis de datos, se reveló que considerar tanto la temporada como el clima daba la imagen más precisa de los patrones de consumo de savia.
Comprendiendo las Conexiones
Esta investigación destaca una posible conexión entre el clima y el consumo de savia. Algunos creen que la gente podría beber más savia durante inviernos fríos porque los árboles podrían producir más savia en esos momentos. Observadores han sugerido que la calidad de la savia podría ser mejor en noches más frías, lo que la hace más atractiva tanto para compradores como para bebedores.
Todavía hay mucho que aprender sobre cómo el clima afecta la producción y calidad de la savia. La dilución de la savia por la lluvia es otra área que necesita más investigación, ya que puede impactar las decisiones de compra.
Además, el estudio notó que cambios en las actitudes hacia el consumo de savia podrían resultar de campañas de salud. Estas campañas, dirigidas a educar a la gente sobre los riesgos asociados con el consumo de savia, podrían haber influido en lo que las personas eligen beber.
Conclusión
Si bien la relación entre los patrones climáticos y el consumo de savia de palma de dátiles se está clarificando, aún hay mucho por descubrir. Las interacciones complejas entre los murciélagos, la producción de savia y el clima juegan un papel en entender cómo se propaga el virus Nipah. Al combinar perspectivas de diversos campos como la ecología y la antropología, los investigadores pueden obtener una visión más completa de los factores que influyen en el consumo de savia y, por extensión, en la propagación de enfermedades como el Nipah.
Entender estas dinámicas puede ayudar a desarrollar estrategias para minimizar los riesgos de salud relacionados con el consumo de savia de palma de dátiles, mientras se respetan las prácticas culturales que la rodean. Los hallazgos de este estudio sirven como un recordatorio de la intrincada red que conecta el comportamiento humano, la vida silvestre y el medio ambiente.
Título: Identifying weather patterns affecting household date palm sap consumption in Bangladesh, 2013-2016.
Resumen: Nipah virus spillovers via consumption of date palm sap in Bangladesh vary substantially between years and have been associated with lower winter temperatures and precipitation. However, the mechanisms driving the interannual variation and the influence of weather remain unexplained. Here we investigated the hypothesis that weather patterns change human sap consumption and explain interannual variation in observed spillovers. We analyzed responses from a nationally representative survey conducted among 10,000 households in Bangladesh in 2013-2016 on household date palm sap consumption and weather data for each division of Bangladesh, using logistic regression to examine whether sap consumption is associated with weather variability. We found significant associations of lower minimum temperatures and precipitation with increased household sap consumption during the sap harvesting season. This relationship was largely similar within all months and divisions, and strong associations of temperature ({chi}2 (1, n =5,027) = 7.74, p < 0.01) and, independently, precipitation ({chi}2 = 8.00, p < 0.01) remained strong after accounting for month, location, and annual sap season. Interannual variation in date palm sap consumption in Bangladesh is likely best explained by temperature and precipitation patterns, where colder, drier winter days pose a higher risk for Nipah virus spillover. The synthesis of approaches to determine the driving forces of seasonality in our study may be a valuable method for investigating seasonality in other zoonotic pathogens.
Autores: Emily Gurley, J. Jackson, I. S. Shanta, C. McKee, S. P. Luby, N. Haider, Y. Sharker, R. Plowright, P. Hudson
Última actualización: 2024-05-07 00:00:00
Idioma: English
Fuente URL: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.06.24306951
Fuente PDF: https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2024.05.06.24306951.full.pdf
Licencia: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
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